Pintando un pasado y un presente
Marcela Muñoz Pan cuenta una iniciativa de exalumnos de la Escuela San Martín, que acaba de cumplir 80 años de vida.
La Escuela N°9-001 "Gral. José de San Martín" en el departamento de San Martín, cumplió 80 años, una escuela creada por personalidades de la sociedad sanmartiniana entre educadores, empresarios, médicos, comerciantes que, con su voluntad de progreso y conciencia sobre la necesidad de contar con una escuela de formación media, pusieron en marcha algo más que un nuevo e innovador establecimiento: una proyección de nuestra casa.
Soy la menor de cuatro hermanas y lo único que quería era llegar pronto al secundario porque veía todos los días cómo mis hermanas venían felices del colegio, contándose lo que había hecho cada una con su promoción, los chistes a los profesores, las "sincolas" o la rata de algunos alumnos y alumnas, las escapaditas detrás de los preceptores, las tortitas de Doña Mercedes en el recreo, cómo se ajustaban el cinturón del guardapolvo para que quedara más corta la falda las chicas, las peleas por la mañana temprano por el espejo del baño para quedar bien peinadas, la que fue abanderada y su dedicación al estudio como ninguna pero también la compañera de travesuras tremendas para esa época. Yo reía escuchándolas todos los días, "yo quería ser mayor" (como dice la canción) los amores que dejaban y los amores que persistían. De alguna manera empecé siendo parte de ese gran colegio Nacional hasta que fui parte del todo cuando llegó mi momento de comenzar la secundaria que tanto anhelaba.
Pisé esa vereda tantas veces transitada, de la mano de mi tía Negra, la profesora de Actividades Prácticas, con los dedos pinza nos enseñó variadas soluciones a la vida cotidiana y haciendo miles de nudos y trenzas como para no olvidar al primer año de 1979, plena dictadura donde no sabíamos realmente qué estaba pasando en nuestro país, aunque algunos teníamos cierta información pero "de eso no se hablaba"; el rock nacional era una manera de conectar con lo que estaba pasando. Así y todo, en el colegio desde primer año cuando escuchábamos música progresiva o nacional como se la conocía también y llegaban los primeros cassette, corríamos a Pipen a comprarlos y los que vivían en Palmira a Casa Tanús, yo fui una de las primeras en San Martín que tuvo el de Peperina de Serú Girán porque mi hermana me lo había comprado en Chile, y fue toda una algarabía, alegría y todos los ía (No aplica a la IA) fuimos tan felices con poco, mucho o nada. Un grupo humano de adolescentes que en esa casa de estudios determinó, formó y encontró un camino seguro para seguir en la vida, donde la amistad fue la abanderada de nuestros días, comulgados hasta hoy.
Los amores también dijeron presente, muchos con un extenso epistolario donde esas cartas iban y venían pasando por el tubo de los bancos para expresar lo que de frente nos daba vergüenza (tal vez) y para los que tenían amores con los del comercial que iban a la tarde. La música siempre de nuestra mano, descubriendo un mundo más que infinito de posibilidades, aunque no era fácil acceder a ese milagroso aparato que la reprodujera, es más, mi primera cassetera me la compraron mis padres en unas vacaciones en Chile, era muy original ya que tenía las teclas de colores, por ej el Play era azul, para pasar el cassette la tecla era amarilla y para rebobinar era verde y para grabar había que apretar la roja y la azul. Íbamos a la casa del Pancho a escuchar los mejores discos de Los Beatles, Peter Framptom, The Police, y en los recreos la Zaida y Adriana tocaban la guitarra y de pronto cantábamos "Pupitre marrón" "Humanos" de Pastoral, Manso y tranquilo de Piero, Semimare de Serú Girán, compartir todo el tiempo la música que nos unió, como también el deporte ya que nuestro Colegio contaba con la formación de equipos de Vóley, Básquet, Gimnasia Artística, donde íbamos a competir con otros colegios de Mendoza y después a la competencia Nacional en Río Tercero, un año nuestro equipo de vóley salió 2° y nos hicieron una nota en el diario Los Andes.
Pasando la hoja, en realidad, este colegio con grandes profesores que jamás olvidaremos como el Pucho Córica, Olguita Polidori, Teresita Llaver, Susi Meli, la Quitita, mi tía Negra, la Edith Bayón y la Pepita Abdala, fueron las trillizas morenas con un gran corazón. La Profe de francés que tanto hicimos rabiar al escondernos en su clase entre los mapas y ella tomaba lista, pero no nos veía, sólo escuchaba "Presente professeure Moyano", moríamos de risa obviamente, a sabiendas que la Bebela nos daría un correctivo, pero bueno valió siempre esa complicidad única con los compañeros.
La promoción 1983 fue a la que pertenecimos, pero en el sentido literal de pertenecer a algo o algún lugar, porque se formaron muchas amistades que hasta hoy se siguen cultivando, se reforzaron aquellas que venían de la primaria y se entremezclaban los amigos de los amigos y así fuimos muy felices, divertidos, estudiosos, alumnos del Proyecto 13 con técnicas de estudios casi diría únicas; con las 2 L, 2 S y 2 R.
Hoy nuestro querido colegio cumple 80 años y se organizó una movida solidaria para comprar pintura para el gimnasio, nosotros estuvimos presente por supuesto y hoy están presentes en este Memo, pintando un pasado que se vuelve a encontrar con el presente como si nada hubiera ocurrido mientras tanto. También en 1983 se creó el Departamento de Aplicación, consolidando el ciclo completo de educación desde el jardín de infantes hasta el nivel terciario, transformando a la institución en la Escuela Nacional Normal Superior "Gral. José de San Martín". Gracias Nacional, por tanto, por siempre Naciente 83.