Una mujer policía quiso ayudar a un hombre, él le quitó el arma y la mató de dos tiros
Maribel Zalazar cumplía funciones en la estación Retiro del Subte. Tenía dos hijos. Su muerte reabrió el debate por las Taser.
Una mujer policía fue asesinada de dos balazos en la estación de subte de Retiro, cuando quiso ayudar a un joven que dijo sentirse mal. El hecho despertó nuevamente la discusión por el uso de las armas Taser no letales.
Según publicó Infobae, Oscar Gustavo Valdez, un albañil paraguayo que vivía en la villa 31 de Retiro, se levantó descompuesto en la casa de su novia y decidió ir a pedirle plata a una tía para atenderse en un hospital. Viajó con su pareja hasta Retiro y cuando bajó del subte se sintió mal. Un guardia de seguridad privada le ofreció una silla y, al ver la situación, la agente de la Policía de la Ciudad, Maribel Zalazar, le acercó un vaso de agua.
Luego, le dijeron a Valdez que se recostara en una camilla, pero el hombre no quería. Mientras Zalazar y el guardia intentaban calmarlo para que se recostara, Valdez le quitó el arma a Zalazar y abrió fuego en varias direcciones. La mujer policía recibió un disparo en el tórax y otro en el cuello. Valdez escapó con el arma, luego la tiró en la calle.
Un helicóptero trasladó a la mujer policía al hospital Churruca pero al mediodía informaron que había muerto. Tenía 35 años y dos hijos, de 13 y 5 años.
A Valdez lo apresaron a pocas cuadras de la estación de Retiro y gritaba mientras intentaban subirlo al patrullero. Tenía causas en la Ciudad de Buenos Aires por resistencia a la autoridad y por violencia de género.
Maribel Zalazar se había formado en la Policía Federal y luego pidió el pase a la policía de CABA. En las redes sociales, ambos organismos lamentaron su muerte. En un principio se dijo que la agente había intervenido en una discusión, pero sólo se acercó a ayudar al hombre que luego la asesinó.
El hecho generó el repudio de la oposición que volvió a insistir con las pistolas Taser, que el gobienro de Mauricio Macri había implementado y, apenas asumió Alberto Fernández, la por entonces ministra de Seguridad, Sabina Frederic, las inhabilitó.