Quino y el sueño incumplido de volver a San José por las tortitas de Miralles
En una entrevista en 2016, cuando vivía en Buenos Aires, Quino habló de un posible retorno a Mendoza, que finalmente se concretó. Allí, consultado sobre a qué lugar le gustaría volver, no dudó: la panadería de la esquina de su casa, en Guaymallén, adonde compraba las tortitas.
"Me gustaría ir a los lugares a los que iba cuando era chico. A la panadería donde compraba las tortitas, por ejemplo, que se llamaba Miralles". En 2016, desde Buenos Aires, Quino ya vislumbraba su retorno a Mendoza, que finalmente se concretó un par de años después, y contaba un pequeño sueño: regresar a su barrio, a San José, a rememorar aquellas pequeñas historias de su niñez en Guaymallén.
Aquella referencia de Quino fue parte de una entrevista con el autor de esta nota. Allí, contó que "vuelvo todos los años a Mendoza", e insistió en recordar su niñez, evitando hablar de los exóticos lugares que recorrió durante una carrera que generó reconocimientos en diferentes países. Incluso, nunca abandonó su mendocinismo: qué otra cosa se puede concluir de alguien cuyo sueño está relacionado con las "tortitas".
Miralles cerró en 1990 y el sueño de Quino no pudo concretarse. "No sé si seguirá abierta", había dicho en la entrevista de 2016. Sin embargo, aún se conservan las marcas que dejó esta panadería que se inauguró en 1890: un viejo cartel sobre una pared de adobe que sobrevivió a la decisión del municipio de derrumbar el predio por precaución, al igual que la vieja bodega Toso.
Así lucía el predio años atrás y así luce ahora:
La dueña del lugar contó una perlita de la panadería que marcó a distintas generaciones. "Buscando entre las cosas antiguas que quedaron, encontramos un cartel que decía que los empleados tenían prohibido llevar bolsos", relató. El objetivo, evitar que se llevaran tortitas de contrabando.
Gerardo Tovar, vecino de San José y sobrino de Quino (su padre era primo del Joaquín Salvador Lavado), contó más detalles de la panadería a la que quiso regresar su tío: "Debajo del cartel de Miralles se alcanza a ver la inicial de Rebozol, cuyo eslogan era 'reboza mejor'; era el producto insignia de la marca, que se distribuía con furgones DKW verdes".
En los fondos de la propiedad aún se conservan unas argollas de metal amuradas a una pared, donde se ataban los caballos que traccionaban los carros que precedieron a los furgones a motor. "También hay un enorme horno semiesférico, de ladrillones, de donde salían las inigualables raspaditas", agregó.
La entrevista completa con Quino en 2016:
Mirá en el video superior cómo luce hoy el lugar al que siempre quiso regresar Quino, quien falleció este miércoles a los 88 años.