Las "zonas erróneas" del Parque: fuera de control
Frente a un Parque San Martín que luce con nueva iluminación y bien mantenido, hay un bloque, en el extremo sur, que aparece descontrolado o dominado por "propietarios" de dudosa procedencia.
El Parque San Martín luce de buen semblante en las zonas habituales y más concurridas. Sin embargo, hay un tramo en el que se concentran las deudas que tiene la administración pública: zonas usurpadas o mal usadas por sus destinatarios, en las que no se pueden meter los responsables de su cuidado y limpieza y en donde sus usuarios actuales hacen lo que quieren con los terrenos.
Ayer hablamos del replanteo que se está haciendo desde Bosques y Paseos Públicos con el Parque Xerófilo, que luce en estado de abandono, con el alambrado perimetral roto, sin cartel ni indicio de que se trate de tal. Aseguraron que están trabajando en su relanzamiento. Pero a su alrededor hay otros predios que resultan inmanejables, debido a que están en manos de personas o grupos en forma irregular o directamente ilegal, sin que se actúe con suficiente fuerza para revertir la situación.
El día del viento Zonda llamó poderosamente la atención que en un predio lindero con el Club Hípico y detrás del Centro Regional del CONICET, quemaban hojas, representando un peligro para todo el Parque. Las autoridades informaron que se trata de familias a las que se les permitió instalarse provisoriamente cuando ocurrió el terremoto de 1985 y fueron parte de las miles de damnificados que se quedaron sin casa. Pero han pasado 38 años, la mayoría se reubicó y algunos quedaron allí. Así lo informó ante la consulta de Memo, Bosques y Paseos Públicos.
También se lucen carteles de "propiedad privada" en algunos espacios que, señalan, fueron entregados a trabajadores del Parque para que armaran su camping. Y otros son terrenos baldíos que, inclusive, frente al ingreso sur del estadio Malvinas Argentinas, han desmontado para usarlo como estacionamiento clandestino, cobrando estadía, cada vez que hay espectáculos deportivos.
Junto a ello, hay predios cargados de residuos del propio Parque, ajenos al área cuyo mantenimiento está tercerizado y funciona bien, además de amplios espacios abandonados que lucen hasta quemados.
En estas zonas el Estado no tiene el control y resurge el debate en torno a qué rol y a qué velocidad debería actuar, sobre todo las áreas judiciales y de defensa de las propiedades por parte de los responsables en el Gobierno y las instituciones correspondientes, como Fiscalía de Estado.