Lucas Paganini, el mendocino que emigró en busca de su sueño y hoy es científico de la NASA
El ingeniero dejó la provincia tras recibirse en la Universidad de Mendoza y hoy estudia las lunas de Júpiter en el centro espacial más importante del mundo.
En un pequeño barrio en Mendoza creció Lucas Paganini, a quien de niño le apasionaba observar el programa del trasbordador espacial de la NASA.
Durante su infancia, su padre trabajó como ingeniero en una de las tantas bodegas vitivinícolas mendocinas, localizada a diez minutos a pie de su casa. En esa época, muchas de las personas a su alrededor trabajaban en el cultivo de la vid y la elaboración del vino, una de las industrias más importantes de la provincia.
Pero, aunque la viticultura era omnipresente en la vida de Paganini, su sueño era convertirse algún día en caminante espacial o piloto de aviación.
"Observar a los astronautas partir e investigar el espacio tuvo un fuerte impacto en mi niñez. Pero, en aquel entonces, no existía la posibilidad de estudiar un grado en la temática de las ciencias espaciales en mi provincia", recuerda.
Para él, la ingeniería era el campo que más lo acercaba al espacio, por lo que estudió ingeniería electrónica y de telecomunicaciones en la Universidad de Mendoza.
Cuando completó sus estudios de grado, Paganini decidió expandir sus horizontes. Con un equipaje repleto de ganas de conocer el mundo, el argentino cruzó el océano Atlántico hasta llegar a Europa.
"Fue la primera vez que viajé fuera de Sudamérica. Mudarme no fue fácil, y el alejamiento de mis costumbres, mi familia y amigos se notó al comienzo. Pero aprendí la importancia de adaptarme, valorar las oportunidades y lo nuevo que nos trae la vida", destaca.
Tras vivir unos meses en Palma de Mallorca, España, Paganini se trasladó, con 23 años, a Göttingen, Alemania, en donde obtuvo una beca de posgrado en el Instituto Max Planck para el Estudio del Sistema Solar. Allí, completó un doctorado en física y astronomía.
Durante sus estudios de doctorado en Alemania, se dedicó a la construcción de instrumentos que medían la atmósfera de planetas y cometas, lo que despertó una curiosidad en él que lo llevaría, años después, a enfocarse en el campo de las ciencias planetarias.
"Quería comprender la física y química de los cuerpos celestes medidos por el espectrómetro que construía. Así fue como, de tener un perfil técnico como ingeniero, terminé desarrollándome más como científico planetario", explica.
Luego, se mudó a Estados Unidos e ingresó al programa postdoctoral de la NASA, que brinda, tanto a científicos que se inician en sus carreras como a los más experimentados, la oportunidad de trabajar en misiones de la agencia.
Paganini es un científico interesado en las lunas heladas, los cometas y las atmósferas planetarias. Actualmente, trabaja en misiones y programas espaciales de la NASA desde su conceptualización hasta su desarrollo y gestión.
De Argentina a Júpiter
¿Cuál es el origen del sistema solar? ¿Cuáles son las condiciones necesarias para que haya habitabilidad en otros planetas o en sus lunas? ¿Estamos solos?
Estas son algunas de las preguntas que Paganini, junto con su equipo, trata de responder desde la División de Ciencias Planetarias en la sede de la NASA en Washington, D.C.
Se desempeñó como científico de programa de la misión Juno, una sonda espacial dedicada al estudio del planeta Júpiter y de sus lunas Ío, Europa y Ganímedes.
Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA (GSFC)
"Juno ha sido una misión muy interesante. Ha estado orbitando el planeta Júpiter desde 2016 y ha logrado descubrimientos realmente importantes. Por ejemplo, como Juno es un orbitador polar, nos permitió capturar por primera vez la existencia de un sistema de ciclones en los polos de Júpiter", menciona.
"También, nos ha ayudado a estudiar su atmósfera, que se caracteriza por estar cubierta de estructuras de nubes en bandas oscuras y zonas brillantes, con intensos vientos zonales alternantes en latitud. Gracias a los instrumentos de Juno, hemos podido comprender mejor lo que ocurre debajo de esas nubes, así como las velocidades de estos vientos", agrega.
En este proyecto, Paganini supervisó el cumplimiento de los objetivos establecidos a inicios de la misión. Además, se encargó de transmitir información de los hallazgos a directores y administradores de la NASA y al público en general.
Uno de los momentos más importantes de su carrera ocurrió en 2019 cuando lideró un equipo que descubrió vapor de agua sobre la superficie helada de la luna joviana Europa en un proyecto que duró más de cinco años.
"Hace 40 años, la misiones espaciales Voyager de la NASA tomaron las primeras imágenes detalladas de Europa y, a través del trabajo conjunto de distintos grupos, hemos podido avanzar cada vez un poco más en lo que sabemos de esta luna de Júpiter, que resulta muy intrigante por su potencial de habitabilidad", señala.
Hoy, Paganini, es ejecutivo adjunto del programa del Telescopio Espacial Romano en la sede de la NASA en octubre de 2022. Roman es el telescopio de próxima generación de la NASA que explorará el universo en luz infrarroja para revelar los secretos de la energía y la materia oscuras y buscar y Imagen de planetas alrededor de otras estrellas (también conocidos como exoplanetas). Con experiencia en ciencia, ingeniería y gestión de programas de vuelo, actúa como interfaz entre el liderazgo de la NASA y los gerentes de proyectos para monitorear la gestión de proyectos y el desarrollo de las misiones de vuelo de la NASA.
Disciplina mediante el deporte
En su tiempo libre, al científico planetario se le puede encontrar practicando triatlón, un deporte que consta de pruebas consecutivas de natación, ciclismo y carrera a pie. Esta actividad no solo le ha ayudado a desconectarse de la rutina, sino que le ha enseñado la importancia de trazar objetivos intermedios para cumplir sus metas.
"Como triatleta, día a día tengo que ponerme objetivos cercanos para avanzar un kilómetro más y, eventualmente, avanzar en los desafíos que nos proponemos. En mi carrera profesional ha sido igual. Me fijé metas a corto plazo y poco a poco fui cumpliéndolas, hasta llegar a trabajar en la NASA", comenta Paganini, quien también practica remo.
También, aconseja a los niños y jóvenes estudiar una carrera profesional en el campo de las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). "Mis padres siempre nos inculcaron a mí y a mis dos hermanas mayores que la educación era fundamental para progresar en la vida", subraya.
"A los niños y niñas que les guste STEM, busquen formas de familiarizarse con las misiones de la NASA. Hay mucho material en internet. Ustedes son los futuros empleados de la agencia. Y, con suerte, tendré el gusto de trabajar con ustedes", afirma.
De igual forma, Paganini, que habla español, inglés, alemán y portugués, recomienda aprender idiomas y conectarse con cuantas más personas posibles en STEM para abrir puertas. "Así fue como me enteré de oportunidades laborales durante mi carrera", dice.
Con su historia, el científico espera que la comunidad hispana pueda entender el valor de la perseverancia y la importancia de nunca ponerse límites.
"A pesar de que a veces uno enfrenta obstáculos, ya sea por el contexto social o lo que nos rodea, lo importante es ir paso a paso y tener una mentalidad positiva", expresa. "Uno nunca se imagina cómo las pequeñas enseñanzas y desafíos de la vida nos forman y ayudan a desempeñarnos como personas y profesionales".
Fuente: NASA