Los sesenta: el Mayo Francés, en "modo Mendoza"
Un tiempo altamente simbólico políticamente y fundacionales en muchos aspectos. Gustavo Capone trae al presente un pantallazo de Los '60, década en la que estalló el arte. Mendoza y París, tan lejos, tan cerca.
Tan lejos y tan cerca. El 28 de mayo se cumplieron 53 años del final de una serie de acontecimientos ocurridos en Paris, que no solo hicieron tambalear al gobierno de Charles de Gaulle, sino que se convirtieron en un hito a nivel internacional. "El mayo francés", movimiento que no cambió el poder. Tampoco el sistema. Pero transformó ideas y valores. Levantó la bandera del ecologismo, el feminismo, el anti belicismo, el humanismo, la lucha contra el racismo y el puritanismo. También ese tiempo francés consagró una reforma universitaria. Y vaya paradoja, en el país icónicamente referenciado con la educación y la cultura, la reforma universitaria francesa llegó 50 años después que en Argentina.
"Ni el mundo ni la vida volverán a ser como eran". Dany "El Rojo" Cohn-Bendit.
"Papá, cuéntame otra vez, esa historia tan bonita". Es el comienzo de una estrofa de la canción del español Ismael Serrano cuando describe la situación de un padre explicándole a su hijo lo que para él representaron los "sesenta" en la historia contemporánea.
Década significativa que dejará una huella imborrable por el espíritu de cambio que irradió. Cambios a los cuales nadie pudo mantenerse indiferente.
Eric Hobsbawm, un historiador clave para interpretar la historia del siglo XX, sostuvo que la revuelta estudiantil de fines de los años sesenta fue global: "no solo porque se inscribía en la tradición del internacionalismo revolucionario, sino porque por primera vez el mundo era realmente global. Los mismos libros aparecían, casi simultáneamente, en las librerías de Buenos Aires, Roma y Hamburgo (...) Todo era parte del mismo acontecimiento en la misma aldea global".
Mundo que te (nos) parió
Como breve resumen, y a modo de contextualización, va un escueto escenario para tomar cabal magnitud de la importancia de la época.
Por aquel entonces se profundizaba la carrera espacial entre EEUU y la URSS, que tuvo como referencia la llegada del hombre a la Luna en 1969. Se expuso abiertamente la "guerra fría" con enfrentamientos en distintos rincones del planeta. Pero además la década reflotó "la tercera posición" como una forma de marcar distancia entre la bipolaridad del mundo capitalista y socialista.
Era asesinado John F. Kennedy en Dallas y la sociedad norteamericana, al igual que todo el planeta, se conmovía y protestaba contra la Guerra de Vietnam. Mientras tanto, Medio Oriente, ocupaba un lugar relevante en la agenda por la crisis del petróleo y los conflictos árabes - israelí. Alemania se dividía por el Muro de Berlín (1961) y se profundizaba la revolución cubana de la mano de Fidel.
El Papa Juan XXIII hacía temblar los cimientos de la iglesia católica después de la Encíclica "Mater e Magíster" y del Concilio Vaticano II, estimulando el surgimiento de expresiones renovadas como fue la Teología de la Liberación y "los curas para el tercer mundo".
El movimiento hippie llenó las grandes ciudades. Woodstock se convirtió en leyenda. Mientras que Martin Luther King, Mandela, Hendrix, Bob Marley, Los Beatles y los Rolling Stones, tomarán el inmortal sentido de iconos. En Bolivia mataban al "Che".
Hollywood lloró la muerte de Marilyn Monroe. Bobby Fisher (EEUU) y Boris Spassky (URSS), revivieron en cada enfrentamiento ajedrecístico la nombrada "guerra fría". Cristian Barnard realizó el primer trasplante de corazón. Volkswagen inventó "el escarabajo". En tanto "ellas", ya tienen la píldora anticonceptiva, aunque pronto llegarán los "bebé de probeta".
Francia, jugando de local armó un "equipo" ofensivo: Jean Paul Sartre, Wilhelm Reich, Herbert Marcuse, Raoul Vaneigem, Guy Debord, Pierre Bourdieu, Jean-Claude Passeron y Louis Althusser. Faltó Zidane (no había nacido todavía).
Por último, la novedosa ciencia ficción monopolizará todas las pantallas televisivas. Obvio, en blanco y negro. El "Enterprise" de "Viaje a la Estrellas" anunciaba algo fantástico. Cada inicio del popular programa interplanetario nos decía: "Misión, buscar nuevas civilizaciones y formas de vida, donde no ha estado ningún hombre aún". Muy "los 60" y "la imaginación al poder".
Una foto de Mendoza por aquellos ‘60
"La mayoría de los participantes de los '60 querían cambiar el mundo y hacer la revolución. Pero lo cierto es que aun no habiendo logrado nada de eso, generaron una formidable renovación en las prácticas culturales y una apertura mental", manifestaba una editorial del tradicional Diario Los Andes.
Por aquellos '60, el centenario diario de los Calle empezaba a competir con "colegas" de fuste. Nacieron "Tiempo de Cuyo", por las tardes aparecerá "El Andino" (1968) y pegado al Automóvil Club Argentino surgió "Diario Mendoza" (1969).
Pero si de medios comunicacionales se trataba, la época fue prolífera en grandes novedades. La televisión llegó a Mendoza. Primero "LV 89 TV Canal 7", cuya planta de funcionamiento fue en el céntrico Edificio Gómez. En 1965 surgió Canal 9, y con ellos figuras que compartirán la vida diaria de los mendocinos: Julio Rafael Rojo, Santos Humberto Giunta, Edgardo Palet, José Domínguez Palacini, Lila Levinson y personajes nacionales que por mérito y obra de la pantalla chica se hicieron altamente populares: Olmedo, Biondi, Bores, Pinky, Mancera y "Sábados Circulares", Fontana y "Odol Pregunta", Karadagián y todos sus titanes.
Y vaya como referencia algunos datos ilustrativos de la época: un TV costaba $35.000 y se podían adquirir en cuotas de $1.450. Era "salado"; el sueldo promedio era de $2.400. La desocupación en Mendoza oscilaba el 3%. El consuelo es que hoy ese televisor valdría $350.000.000.000.000.000. O sea, TRESCIENTOS CINCUENTA MIL BILLONES DE PESOS, si consideramos que desde la ley 18.188 del 1 de enero 1970, hasta la fecha nuestra moneda perdió 13 ceros. "Prohibido, prohibir" (¿la inflación?).
Una vuelta al centro "menduco"
El centro mendocino en los '60 adquirió una fisonomía moderna. A las recientes galerías inauguradas: Tonsa y Piazza, se agregaron las grandes tiendas en vistosas esquinas: El Guipur, The Sportman, Gath y Chaves, Arteta, Heredia. Pero si existía un negocio que los deportistas no podía obviar era "Casa Bermúdez", y como decía su histórico slogan: "Dale Fútbol y el Deporte, Casa Bermúdez, primero". Slogan que además anticipaba la constitución de los equipos en las canchas de fútbol por la voz del estadio. (no quisiera olvidarme de los populares slogans de "Felipe Bellene", "Tintorería Tri" o "Confitería Española").
Por otro lado, Chacras de Coria (y sus "boites") ya empezaba a convertirse en la zona "Top" mendocina, compitiendo con los clubes tradicionales, salones bailables o los populares "asaltos" a puro Wincofon. Los más avezados bailan el twist de "Bill Haley y sus cometas" o la música del "Club del Clan". Programas como "Scala Música" marcaban el último grito de la moda para que se lucieran los "petiteros" en "G7" o Kangaroó. Todos soñaban ser como "Isidoro", y ellas como "Cachorra", con sus despampanantes minifaldas y altísimas botas, pero había que estar bien lejos del "carcamán" tío Coronel Cañones y su camarada Metralla, según describía la historieta del caricaturista Dante Quinterno.
La "muchachada" anhelaba viajar en los "tuercas" Torino (sobre todo después de Nürburgring) o en los novedosos Falcón, tristemente célebres una década después. Para "la barra" no había como escuchar a los "extraños de pelo largo" de La Joven Guardia, Los Náufragos, Los Iracundos, Katunga o Pintura Fresca. Aunque un sector más transgresor prefería los fogones al son de la naciente "música progresiva" de Almendra, Arco Iris o Sui Generis.
A la par, y con la "Spica" pegada en la oreja, el pueblo ya consagraba como ídolos deportivos indiscutidos a "el intocable" Nicolino Locche, "al maestro" Víctor Legrotaglie y al "Cóndor de América" Ernesto Contreras.
Mendoza ‘60
En síntesis, esta era la Mendoza de todos los días en aquella década. Provincia que según el Censo Nacional de 1960 tenía 824.036 habitantes, mientras que diez años después (C.N. de 1970), había aumentado 150.000 habitantes (973.075). Todo un record producido por la fuerte migración interna de provincias vecinas. El mito de la provincia rica.
Mendoza, la que promediando los ‘60 contaba con 647 escuelas primarias y 14 hospitales provinciales. Extremadamente poderosa en recursos: durante 1963 produjo 1.900 millones de litros de vino, convirtiéndose en el 4º productor del mundo, con un consumo interno de 86 litros al año por habitante. Mientras que YPF generaba 2.862.481 m3 de crudo en 639 perforaciones.
Pero también aquella Mendoza fue la que empezó con la explotación de "soda solvay" en Malargüe en 1960. La que estatizó Bodega Giol y la del viñedo más grande del mundo: Gargantini en Rivadavia. La que "compadreaba" con el Cine City y su famoso "Cinerama" (1963), pero también con el trasgresor "Cine Bar La Bolsa" (1965). La que se manifestó al mundo a través del "Nuevo Cancionero Cuyano" (1963).
La que construyó la Ciudad Universitaria (1968) e inició las obras de la actual terminal de ómnibus. La de sus "Niños Cantores" viajando por Europa (1968) dirigidos por Volpe. La que realizó su fiesta mayor entre los cerros (desde 1963 ininterrumpidamente en el Teatro Griego Frank Romero Day). La del famoso Quino, oriundo de San José (Guaymallén), escribiendo la primera tira de Mafalda en el ‘64. La que cobijó a Cortazar y aplaudió las vendimias de Abelardo Vázquez. La que inspiró a Leonardo Favio y elogia los escritos de Di Benedetto, Nacarato y del rivadaviense Américo Cali. La que se incendia con Cúneo y sueña en el humanismo de Silo.
Mendoza, la provincia también, donde mataron a Paco Urondo. La de Ceruti, Ferrari, Roig, Bazán, Dussell y los "27 curas rebeldes del ‘65". La provincia que se enorgullece con Julio Le Parc, activo y directo protagonista en aquel mayo francés.
Ya llegarán
Faltan nombres y sucesos. Cuando nombro a un puñado, quedo en deuda con muchos. Trataré desde este espacio de ir subsanando la deuda.
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