Recuerdos, anécdotas e historias: el legado del Víctor

El periodista Jorge Barbieri, amigo del emblemático jugador del fútbol mendocino, contó algunas anécdotas e historias sobre el legendario número 8 que nos dejó el pasado fin de semana.

Este fin de semana falleció el querido Víctor Antonio Legrotaglie, gloria del fútbol mendocino y uno de los mejores jugadores que ha dado nuestro país. Jorge Barbieri, periodista y conductor de Radio Jornada, habló con "Tenés que saberlo" y contó anécdotas y experiencias junto al legendario Víctor.

Así fue el último adiós a Víctor Legrotaglie

"Se ha dicho tanto del Víctor que sería redundante hablar de su talento inconmensurable, yo no fui testigo de poder verlo. Pero cuando llegué a Mendoza hace más de 30 años,uno de los primeros que conozco vinculado al fútbol es a él y nació una relación de amistad, él estuvo en el cumpleaños de mi hija, yo fui a cumpleaños de él, teníamos una relación de amistad", señaló el relator

Barbieri señaló que se reunían en Via Veneto, café emblemático del fútbol mendocino, y contó algunas anécdotas de su época como jugador: "Cuando Menem era gobernador de La Rioja, lo contrata para jugar en Américo Tesorieri una especie de regional que logra clasificar y jugar el Nacional. Él salió la noche anterior, llegó al Automóvil Club como a las seis de la mañana y se quedó durmiendo en el auto", relató.

"Llegó a La Rioja y el secretario de la gobernación le trae lo que habían arreglado por partido. Él dijo que era más y al final terminó recibiendo lo que pedía y jugando. Hizo dos goles de tiro libre y fue sacado en andas ovacionado. Se fue sin dormir a La Rioja, pidió más guita para no jugar porque estaba cansado y del mal humor", contó Barbieri.

El conductor de Radio Jornada también contó que una vez el presidente de Independiente Rivadavia lo invitó a almorzar en la previa de un clásico y ese día convirtió 3 goles: "Era un fuera de serie, un extraterrestre, lo comparan con Maradona o con Pelé. Cuando se armó el Cosmos de Nueva York, que llevó a Pelé y Beckenbauer para darle auge al fútbol norteamericano, lo vinieron a buscar. Él fue en micro hasta Buenos Aires, dos personas lo esperaron en el consulado de Estados Unidos y se fueron a comer. El dijo que acá tenía tres autos y comía asados, para qué iba a ir a Estados Unidos si no hablaba ni siquiera castellano".

El periodista contó que podría haber jugado en cualquier club del mundo y que Gimnasia era su lugar porque, según el propio Víctor, no le duraban los enojos: "Él pedía algo y después faltaba a un entrenamiento, que no faltaba nunca, y cuando te lo cruzabas en la peatonal decía "no me cuenten para el domingo, me quedo tomando mate", entonces le resolvían los enojos. Tenía un gran sentido de pertenencia, si bien jugó 20 años en Gimnasia, fue refuerzo de Godoy Cruz y de Independiente Rivadavia, nunca dejó el territorio, siempre quiso estar acá. Otro ejemplo es el Gato Oldrá, que ha recibido ofertas para dirigir muchos equipos y no se va".

A su vez, Barbieri vinculó a Legrotaglie con el Gitano Carlovich, gloria de Independiente Rivadavia: "También lo vinieron a buscar de todas partes, era un fenómeno y tuvo una muerte inesperada por robarle una bicicleta. Eran compadres, eran bohemios. Nacen con condiciones naturales que no tienen una explicación lógica. La única dificultad que tenía el Víctor era que no podía acostarse temprano, últimamente no dormía y su hija le dijo a la enfermera "mire que a mi papá nunca le gustó dormir", era el único vicio que tenía. Nunca probó un cigarrillo, no era alcohólico".

Barbieri también destacó que Legrotaglie tenía "un físico privilegiado" y que tenía un tranco que a los 70 años no lo podías creer: "Iba a la farmacia haciendo un trote largo que no lo podías alcanzar, era un tipo que estaba genéticamente superdotado, de otro planeta. Además era muy divertido, por eso se ganó el cariño de toda la gente, es poco posible que una persona sea querida y querible en otros clubes".

El relator contó que siempre que visitaba otra provincia nunca faltaba alguien que se acercara a preguntarle por el Víctor: "Algunos le decían Negrotaglie, el apellido no era fácil de pronunciar, por eso era el Víctor. Fue un gran hallazgo del presidente y la comisión directiva haber bautizado el estadio con su nombre, lo inmortalizó. El sábado, Gimnasia le ganó a Colón y el último gol lo hizo Jeremías Puch, con la camiseta número 8 y minutos después se conoció la noticia de su deceso".

Finalmente, Barbieri señaló que Víctor no se fue, sino que quedará vivo entre nosotros: "La muerte termina convirtiéndolos en más mito de lo que son. Víctor no era una persona que había pasado al ostracismo. Tomábamos un café y de cada 20 personas, 15 lo saludaban. Uno lo quiso mucho y anoche me conmoví, no me da vergüenza decir que se me cayeron algunas lágrimas. Era un tipo fantástico, pero cuando se genera un deterioro tan grande, la última vez que lo vi ya no estaba bien, estaba muy delicado, lo mejor es que Dios tome la decisión de llevárselo para que queden los mejores recuerdos", concluyó.

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