La Señoría de Ferrara "La Familia Dell'Este"
José Jorge Chade continúa con la serie de historias de familias italianas. Una recorrida histórica por la influencia y el poder en la Península Itálica.
Siguiendo con la serie de las Familias Italianas del 1500 hoy hablamos de la dinastía Dell'Este de Ferrara, una familia que puede presumir orígenes muy antiguos.
El núcleo original de su poder, antes de que lograran extender su dominio, residía en un pequeño pueblo hoy en la provincia de Padua y que aún lleva el nombre de sus antiguos señores, pero a lo largo de los siglos la historia de la familia Dell'Este siempre será profunda entrelazados con los de la ciudad de Ferrara primero y luego de Módena.
Ferrara se convertirá con el tiempo en el nuevo eje de su poder y gracias a sus señores se elevará, en el Renacimiento, a la categoría de capital europea del arte y la cultura.
Matrimonios favorables, políticas sin escrúpulos y sabia administración. Con esta fórmula, la familia Dell' Este logró sentarse en los tronos más importantes de Italia y Europa.
1. Las raíces de la familia
Cuando hablamos de los Dell'Este pensamos sólo en Ferrara, pero en realidad las raíces de esta prestigiosa familia se encuentran en el territorio paduano, en el feudo del mismo nombre donde, en 1073, se instaló Alberto Azzo II, el verdadero progenitor de la familia.
Era el bisnieto del marqués Oberto degli Obertenghi, a quien el emperador Otto I de Sajonia había creado conde palatino.
El destino de la familia seguía entrelazado con el de Alemania en la segunda mitad del siglo XI, cuando el duque de Carintia Guelph III murió sin herederos en 1055 donando sus feudos al monasterio de Altdorf, donde su madre se había retirado como abadesa.
A su vez, fue ella quien se los entregó a Guelph IV , hijo de una hermana de Guelfo III y Alberto Azzo II. Guelph IV se convirtió así en miembro de la casa de los Welfen, los famosos Guelph, que en los siglos venideros darían lugar al linaje Hannoveriano.
Era la misma familia que en el siglo XVIII, habiéndose trasladado de Alemania a Inglaterra, habría ceñido la corona del imperio colonial más grande jamás conocido. En cambio, la continuación de la rama italiana se confió a Folco, el segundo hijo de Alberto Azzo II.
A partir de ese momento, los hechos de la familia Del l'Este continuaron de manera más lineal. En 1196 Azzo VI fue elegido alcalde de Ferrara cuando la ciudad aún era un municipio libre. Expulsado de un levantamiento gibelino, regresó en 1208, recuperando Ferrara e imponiéndole su propia dinastía.
Al colocar a sus hijos y nietos en los tronos más codiciados del Viejo Continente, se ganó el apodo de "abuela de Europa". Y es a través de ella, después de todo, que los Dell'Este logró reinar en la mitad del mundo.
2. Conquistando Ferrara
El artífice de la estabilidad lograda fue Nicolás III (Nicolò III 1392-1441), hábil estadista e incansable seductor.
Según un refrán popular de Ferrara que nos transmitió el escritor del siglo XVI Matteo Bandello, dice: "De acá y de allá del Po(Rio màs caudaloso de Italia), todos los hijos son de Nicolò" ("di cuà e di là del Po, tutte le donne sono di Nicolò")
La picardía se refería a las innumerables filas de hijos e hijas que el marqués habría esparcido por todo el territorio a lo largo de sesenta años de vida, honrando a ochocientas mujeres con su virilidad.
En 1425, Niccolò fue el protagonista de uno de los episodios más famosos y trágicos de la Edad Media italiana.
En ese año, de hecho, envió a la muerte a su segunda esposa, la joven Laura Malatesta (llamada "la Parisina"), y a su hijo Ugo, nacido de su favorita, Stella de 'Tolomei (también conocida como la Estrella del Asesino), culpable de adulterio.
Los había pillado in fraganti el 18 de mayo, y ya tres días después los dos infortunados amantes subían a la horca, unidos en la muerte como lo habían estado, brevemente, en vida. Tras el sangriento episodio, destinado a inspirar poemas y tragedias en el siglo XIX, Niccolò III se volvió a casar por tercera vez, en 1429.
La elegida fue Ricciarda di Saluzzo, descendiente en línea paterna de Galeazzo I Visconti, señor de Milán. En cuatro años, Ricciarda le dio dos hijos, Ercole, en 1431, y Sigismondo, en 1433.
Sin embargo, a la muerte de Niccolò, ocurrida en 1441, le sucedieron, uno tras otro, los hijos ilegítimos de Stella de 'Tolomei y, por tanto, medio hermanos del infortunado Ugo: primero Leonello y luego Borso, que se convirtió en señor de Ferrara en 1450.
3. Matrimonios estratégicos
Un hábil movimiento diplomático de Borso fue la consolidación de excelentes relaciones con el Imperio Germánico, en virtud de las cuales, en 1452, pudo obtener el rango de duque, aunque solo en relación con las posesiones de Módena y Reggio Emilia.
En cuanto a Ferrara, entonces bajo jurisdicción papal, tuvo que esperar hasta 1471 para que el Papa Pablo II le concediera el título de duque de la ciudad.
Borso murió a los 58 años sin herederos, por lo que dejó pasar el ducado de Ferrara a Ercole, que entre tanto había completado su formación cultural, política y militar en la corte del Reino de Nápoles.
La larga estancia en Nápoles rindió frutos cuando, el 3 de julio de 1473, Ercole I d'Este se casó con Eleonora d'Aragona, hija de Fernando I de Nápoles. Criado en el refinado ambiente cultural napolitano, una vez que se convirtió en duque, Hércules demostró ser un magnífico mecenas.
Fue gracias a él que los dos principales cantantes italianos de la epopeya caballeresca de Orlando, Matteo Maria Boiardo y Ludovico Ariosto, pudieron dar a luz a sus inmortales obras.
Ercole también supo ser un hábil estadista y gracias a una astuta política matrimonial logró colocar a muchos de sus hijos en posiciones estratégicas para el futuro de la familia.
Así, en 1502, había dejado que su hijo Alfonso se casara con Lucrezia Borgia, la joven y comentada hija del papa Alejandro VI, que a los 21 años ya tenía dos matrimonios a sus espaldas: el primero con Giovanni Sforza de Pesaro, cancelado por el papa padre, y el segundo con Alfonso II de Nápoles, que acabó trágicamente con la muerte de este último a manos del hermano de Lucrecia, César.
Alfonso, sin embargo, no quedó impresionado en absoluto por la cuestionable fama de los Borgia; más bien, estaba preocupado por el romance entre Lucrezia y su cuñado Francesco II Gonzaga.
Alfonso I dell'Este Lucrezia Borgia
En 1490, se había casado con la hermana mayor de Alfonso, la espléndida Isabella D'Este,(de quien hablaremos en el pròximo articulo) quien recibió informes detallados de Ferrara sobre el comportamiento casual de la vivaz Lucrezia por decir lo mínimo.
Culta, refinada y elegante, fue una de las personalidades femeninas más admiradas y autorizadas del Renacimiento (la Cocò Chanel del Renacimiento), capaz de gobernar al marquesado en ausencia de su marido y en nombre de su hijo.
Matteo Bandello la llamó "suprema entre las mujeres" y el diplomático Niccolò da Correggio la llamó "la primera mujer del mundo". Hablaremos de ello en el próximo artículo sobre los Gonzagas de Mantova.
En 1506, poco después de su padre Ercole I, Alfonso I recibió a Francesco Gonzaga en Ferrara, con motivo del Carnaval.
4. Hacia el declive
Lucrezia le dio a su esposo seis hijos, entre ellos el heredero directo Ercole y el futuro cardenal Ippolito.
En 1519 dio a luz a una niña, que murió pocas horas después; La propia Lucrezia, presa de la fiebre puerperal, murió pocos días después, querida sinceramente por su familia y toda Ferrara.
Alfonso falleció en 1534 y fue sucedido por su hijo Ercole II, quien, obligado a navegar (con éxito) entre Francia y España en la tumultuosa época de las guerras italianas, logró mantener a Ferrara en su papel de centro cultural.
A su muerte en 1559, lo reemplazó su hijo Alfonso II, pero la estrella Dell'Este comenzó a decaer. Alfonso murió en 1597 sin herederos, designando a su primo Cesare como su sucesor.
5. La splendida Ferrara
Con el señorío Dell'Este, Ferrara vivió una auténtica época dorada, que duraría unos tres siglos.
Gracias a Leonello, la ciudad se convirtió en uno de los centros culturales más refinados del Renacimiento italiano: el marqués llamó a la corte a artistas y eruditos famosos, dando vida a un animado círculo intelectual.
Después de él, su hermano Borso promovió importantes obras para mejorar la zona y encargó obras de arte de una belleza inigualable, como los frescos que se pueden admirar en el Palazzo Schifanoia.
Su sucesor, el duque Ercole I, fomentó el teatro y la literatura caballeresca, pero también una impresionante renovación urbana conocida como la "Herculean Addition".
Posteriormente Alfonso I continuó la obra reforzando las murallas defensivas de la ciudad. Finalmente, Ercole II procedió a renovar el Castillo Estense, luego de los enormes daños causados por el desastroso terremoto de 1570.
Catedral de Ferrara. Estilo Romànico (1135).