Enrique Gaviola, el maestro mendocino de Mario Bunge

Murió Mario Bunge, el científico y filósofo argentino que había sido discípulo de un mendocino ilustre, Enrique Gaviola, cuyo nombre solo quedó restringido a un núcleo selecto a pesar de su importancia y de haber trabajo junto a Albert Einstein. Aquí recordamos a Bunge al traer al presente a su maestro.

Murió Mario Bunge, una eminencia argentina de la filosofía y las ciencias. Pero Bunge tal vez no hubiera sido quien fue sin su maestro: Enrique Gaviola, un pilar de la investigación científica en la Argentina y el mundo que trabajó junto a Albert Einstein, entre otros. Por Bunge, recordamos también a Gaviola.

Enrique Gaviola, el maestro mendocino de Mario Bunge

Guido Ramón Enrique Gaviola nació en Rivadavia, Mendoza, el 31 de agosto de 1900. Siempre fue "el Negrito" para su familia. Era hijo de Modesto Gaviola, comprometido vecino de la zona este mendocina, quien fuera intendente municipal de Rivadavia en tres oportunidades, además de reconocido concejal y diputado provincial en otras tantas ocasiones. Su tío Estanislao también supo ser un destacado benefactor del pueblo, ocupando varias veces la banca de concejal, hasta que en 1894 se erigió en la máxima magistratura rivadaviense. 

Mientras tanto, una hermana del mismo Modesto Gaviola, Virginia, fue la primera mujer abogada de Mendoza. 

Pero para realzar a Enrique Gaviola deberíamos mencionar que una vez graduado en la alemana Universidad de Berlín (luego de recibirse de Agrimensor en la Universidad de La Plata en 1922) formó parte del selecto grupo de trabajo de Albert Einstein, el Premio Nobel de Física en 1921, y sin lugar a duda una de las personas que más contribuyeron al progreso de la humanidad. A tal punto forjaron una extraordinaria relación que Einstein solicitó a Gaviola y a un grupo de eminencias, el 22 de junio de 1948, su adhesión al llamado "Manifiesto de Chicago" o "Manifiesto de los Nobel" en que se alertaba a la humanidad sobre los peligros que implicaba el uso de la energía nuclear en sus aplicaciones bélicas. Pero no solamente eso marcó la vida de Gaviola. 

Tuvo, además de Einstein, como profesor y compañero de trabajo, nada menos que a 23 premios Nobel de ciencia en toda su carrera profesional, lo que convirtió al científico rivadaviense en una referencia insoslayable en la dimensión de la astrofísica mundial, siendo considerado en 1998 entre los 20 mejores del siglo XX. 

Notable trayectoria: descubridor del rayo laser 

En su trayectoria trabajó con Jean Pierre Perrin, premio Nobel en el '26, quien fue el primero en medir la carga del electrón y mostrar el átomo organizado a semejanza del sistema solar. También estimulado por Einstein participó y ganó una beca que le permitió trabajar en Baltimore (Estados Unidos) con el físico Robert W. Wood, científico de la Universidad Hopkins, conocido a nivel mundial por su trabajo al desacreditar la existencia de los rayos N y ganador de la medalla Henry Draper de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidas en 1940 por su contribución a la astrofísica. 

Gaviola resultó primero en el orden de mérito, pero la beca le fue denegada porque no estaba prevista la adjudicación a alguien que no fuese norteamericano o europeo. La situación provocó el enojo del mismísimo Einstein quien le reclamó por escrito al representante de la fundación Rockefeller, haciéndolo revertir la situación, siendo Gaviola el primer caso de un ganador proveniente del Hemisferio Sur. Pero la rutilante aparición en las "grandes ligas" de Gaviola fue cuando en 1928 realizó la primera comprobación experimental de la emisión atómica estimulada, ya predicha por Einstein, siendo la verificación experimental de lo que posteriormente se conociera como rayo láser.

Nunca es triste la verdad 

El derrotero científico de Gaviola le permitió ganar el reconocimiento universal por sus investigaciones sobre la aceleración de partículas, los rayos cósmicos y la fusión fría. De regreso a la Argentina formó parte de gran cantidad de emprendimientos científicos: el más renombrado fue en la planta piloto de energía atómica en la isla Huemul, San Carlos de Bariloche, donde se llevaron a cabo reacciones termonucleares, generando un diseño de bomba atómica junto con el austríaco Robert Richter, en tiempos de Perón. 

Le tocará a Gaviola desenmascarar la patraña. Fue él mismo, el encargado de anticiparle al mismo General que el experimento sucumbiría, pues Richter lo estaba engañando en cuanto a los avances inmediatos que declaraba, y que dicho experimento representaba una estafa al país. Dura verdad que no cayó muy bien por esa época. 

Lo que debió ser "el Instituto Gaviola" 

También fue uno de los fundadores del actual Instituto Balseiro, proyectando paralelamente, la instalación en el país de la primera estación del Hemisferio Sur para el seguimiento de satélites espaciales. Y fue el mismo José Balseiro quien propuso que el Instituto que hoy lleva su nombre, se denominara Enrique Gaviola, pero como no era condescendiente con el peronista, la propuesta no fue acepta. Por el contrario, cuando tempranamente muere Balseiro (1919 - 1962) fue el mismo Gaviola quien propuso el nombre de su joven discípulo fallecido. Gaviola también trabajó en el diseño de los observatorios "El Palomar" y "Mont Grande", oportunidad en que además inventó el sistema de pulimiento de los grandes espejos. Diseñando el primer espectrógrafo estelar del mundo, construido íntegramente con espejos y elaboró una vanguardista teoría respecto a la cascada de los rayos cósmicos. Entre sus discípulos se cuentan Mario Bunge, el mencionado José Balseiro y Ernesto Sábato, antes de dedicarse definitivamente a la literatura.

Gaviola, "el del asteroide" 

Enrique Gaviola, el maestro mendocino de Mario Bunge

Con innumerable reconocimientos en los más altos y prestigiosos centros científicos del mundo, "el Negro" Gaviola forma parte de la enciclopedia Notable Tweintieth Century Sdentist, editada por Emily Murray para reconocer a los más destacados científicos del mundo. Además su foto figura en el Museo de Ciencia y Tecnología de Washington DC junto con los grandes físicos de la historia de la humanidad y, como si todo esto fuera poco, la Unión Astronómica Internacional bautizó en 1981 a un asteroide con su nombre. "El asteroide 2504" lleva su nombre, en merito a su descubrimiento en Córdoba (1967). 

Fue el primer astrofísico argentino. Precursor de la Comisión Nacional de Energía Atómica y creador de la Asociación de Física Argentina y del famoso Instituto de Matemáticas, Astronomía y Física. La ética y el reformismo Pero también, según relatan las crónicas, cuando la incomprensión política se hacía notar, vendió huevos y dulces caseros por las calles mendocinas con el fin de "parar la olla familiar". 

Enrique Gaviola, el maestro mendocino de Mario Bunge

Fue un reformista cabal, contemporáneo a los sucesos que generaron la histórica "Reforma Universitaria de 1918" como estudiante de la Universidad de La Plata. Su preocupación por la 5 educación se manifestó en su libro: "Reforma de la Universidad Argentina. Breviario del Reformista" (1931). Su amplia concepción humanista hizo además que cada día trascurrido en el Instituto Balseiro plantara un árbol, por lo que el parque del Balseiro lleva su nombre. Aunque su trascendencia ética se reflejó cuando contribuyó en pleno proceso del nazismo a salvar la vida de varios científicos alemanes que no comulgaban con el régimen de Hitler. 

"En 1931 regresó en forma definitiva a la Argentina, donde recibió una carta del Premio Nobel Max Born, decano en la Universidad de Göttingen, solicitándole ayuda para tratar de salvar a Yuri Rumer, su principal colaborador, de los vientos del nazismo que ya soplaban con gran intensidad. Rumer era un físico judío que se había refugiado en Alemania escapando de las purgas del régimen de Stalin en la Unión Soviética. Su vida nuevamente estaba en peligro, pero ahora bajo la nueva "etiqueta" de judío y comunista. La carta de Born demostraba el prestigio, el respeto y la consideración que merecía Gaviola entre la elite científica internacional de esa época". ("La lista de Gaviola" - Omar Bernaola. En: "Enrique Gaviola y el Observatorio Astronómico de Córdoba. Su impacto en el desarrollo de la ciencia argentina. Ediciones Saber y Tiempo, Buenos Aires, 2001"). Actitudes como estas, protegiendo a varios académicos europeos perseguidos le valió el mote de "Schindler de los científicos". 

Mendocino brillante 

"El Negro" Gaviola (Premio Konex de Platino en 1983, entre ciento de muchas más distinciones) murió en Mendoza el 7 de agosto de 1989, como uno más de nuestros tantos geniales e ilustres desconocidos. Afortunadamente su departamento natal, honra con su distinguido nombre a un renovado espacio dedicado a los altos estudios y la cultura. 

Informe: DGE

Esta nota habla de: