Cambio climático: la importancia de impulsar la producción de energías limpias
Fidel Roig, científico director de Ianigla (Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales), señaló la importancia de poner el foco en la generación de energías limpias para poder disminuir las emisiones de dióxido de carbono.
El cambio climático es una realidad que no puede negarse y los especialistas sobre el tema buscan concientizar acerca de la importancia de realizar una transición energética hacia energías más limpias. Fidel Roig, director de Ianigla (Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales), habló con "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, sobre la importancia de fomentar la producción de energías limpias.
"Las temperaturas que se están experimentando en Mendoza, en el territorio argentino en general y globalmente, indican aumentos progresivos. Esos aumentos progresivos se están observando desde un punto de referencia que se ha tomado en el año 1850, que se supone que es el periodo a partir del cual empiezan los procesos intensivos de uso de combustibles fósiles y de procesos de industrialización masiva, que liberan gases de efecto invernadero", explicó Roig.
El científico señaló que desde el momento previo a la industrialización masiva se ha observado un crecimiento progresivo de liberación de gases invernaderos: "Estamos observando que los aumentos de temperatura y las modificaciones en los regímenes de precipitaciones están cambiando y se está intensificando la frecuencia de eventos extremos a causa de mecanismos producidos por el aumento de la temperatura", señaló.
Roig explicó que al producir mayor calentamiento, la atmósfera impacta mayor energía en los sistemas físicos, produciendo desequilibrios climáticos. "Esos desequilibrios impactan a su vez en los sistemas biológicos, incluidas las sociedades. Hay toda una interacción entre todos estos factores, producto de un aumento de la temperatura. Ese aumento de la temperatura se da porque en el último siglo se ha intensificado la liberación de dióxido de carbono, que es un gas muy importante para la vida terrestre porque es el insumo fundamental para que las plantas puedan producir, a través de la fotosíntesis, carbohidratos y eso se traduce en madera, en frutos, en hojas, en biomasa".
Sin embargo, advirtió que cuando se exceden los límites y sobra dióxido de carbono, no se libera toda la energía que llega a la tierra y eso produce un aumento de la temperatura: "Las evidencias físicas del aumento de la temperatura son evidentes: todas las masas de glaciares del mundo están retrocediendo, se está perdiendo hielo. Ese hielo se funde y va a los mares, con el consecuente aumento del nivel de los mares, entonces hay una pérdida de los recursos hidrológicos muy importante. Nuestra economía depende del agua que se acumula como hielo y nieve en la cordillera de los Andes y si esos procesos se modifican, impactan en nuestra economía. No tener agua en Mendoza o en el centro oeste de Argentina es crítico para la supervivencia no solamente de la sociedad, que vive de ese recurso, sino también para sostener las economías. Eso lo estamos observando y las pérdidas de masas glaciares que se observan en los Andes son gigantescas, producto de estos procesos de mayor calentamiento atmosférico".
Roig señaló que no es posible negar el cambio climático y que Argentina dio un paso importante al suscribir a los Acuerdos de París: "Se realizó un compromiso de no incrementar la temperatura en un grado y medio por encima de los valores de referencia previos a la era de industrialización. Globalmente eso no se ha cumplido: en el 2024 ya superamos el grado y medio de temperatura por encima de este nivel, hemos roto el Acuerdo de París. Representa un fracaso para la humanidad porque no nos hemos puesto de acuerdo en tratar de descarbonizar las economías y las energías del país".
El titular de Ianigla explicó que los combustibles fósiles son los que producen mayor contenido de dióxido de carbono en las atmósfera y que desconocer eso es también perder oportunidades: "Hay países que están tratando de aumentar lo que se conoce como ‘economía verde', en contraposición de la economía tradicional, que es la economía de uso de combustible fósil. Si el mundo va hacia un esquema de economía verde, que es bastante complejo de implementar pero que sería la solución para descarbonizar todos los procesos de generación de energía que necesita el mundo, implica inversiones, estrategias y nuevas tecnologías para llegar a esos niveles de reducción de dióxido de carbono en la atmósfera, implica demandas a nivel mundial de productos que son elaborados siguiendo esos estándares de economía verde. Si la Argentina no se alinea con eso, desconoce el problema del cambio climático y no empieza a trabajar fuertemente en descarbonizar la energía que nosotros producimos, vamos a perder oportunidades enormes en el contexto de la economía mundial", analizó.
Roig señaló que es una problemática que no se soluciona a corto plazo y que la cantidad de dióxido de carbono que hay en la atmósfera hoy supera las 420 aportes por millón, cuando antes de la industrialización era de 270 partes por millón: "Si paramos definitivamente la emisión de dióxido de carbono, se calcula que van a pasar cientos y cientos de años hasta lograr un equilibrio. Es un proceso acumulativo y no es automático, que inmediatamente la tierra va a regular ese exceso de dióxido de carbono, vamos a tardar cientos de años en absorber el dióxido de carbono que está en la atmósfera y poder bajar los niveles térmicos".
A su vez, señaló que la eliminación de bosques y el uso de la tierra impactan también en las emisiones de dióxido de carbono: "Hay un montón de condicionantes que producen liberación de dióxido de carbono. Parar eso es muy difícil, lo que tenemos que hacer es lograr un equilibrio: descarbonizar la energía e ir a energías limpias. Tenemos enormes posibilidades en nuestro territorio de energía solar, energía eólica, energía hidráulica".
Roig mencionó la posibilidad de pequeñas unidades de generación eléctrica en los canales, como en el Cacique Guaymallén, y de la energía solar como alternativas de energía limpia: "Tenemos una enorme cantidad de días al año libres de nubes en Mendoza y estamos desaprovechando la energía solar que se necesita para el consumo de los hogares, de la industria, la agricultura. Tenemos que avanzar en los procesos tecnológicos que apliquen a la producción de energías limpias. Hay países que lo están haciendo con mucho esfuerzo, transformando sus parques automotores en automóviles eléctricos y tratando de generar energía de esos recursos".
A su vez, marcó que hay tanto falta de conciencia como falta de recursos: "La Argentina, como muchos otros países, tienen dificultades económicas y de inversión, no les faltan ideas o recursos para generar tecnología. Creo que hay un esfuerzo que hay que lograr entre la sociedad, el Estado y todas las empresas privadas que puedan aportar y generar esos recursos. Tomando conciencia de que es un trabajo que hay que hacerlo sí o sí, porque no queda otra alternativa me parece que hay que sentarse a una mesa y discutirlo con seriedad".
En esa línea, señaló que lo que hay que buscar son soluciones pragmáticas: "Son energías de implementación cara, pero hay que buscarle el punto positivo: no van a generar mayores índices de contaminación atmosférica por el uso de otros combustibles y a la larga eso nos va a beneficiar. Es un compromiso de contexto mundial, no podemos aislarnos. Una isla no puede generar un beneficio para todo el planeta. Se necesita una política en conjunto: si nosotros ahora estamos cuestionando el Acuerdo de París, la realidad del cambio climático, creo que vamos por un mal camino".
Además, mencionó que de continuar por este camino, el futuro es incierto: "Hay modelos que se generan simulando qué pasaría dentro de 50 años si continuamos con distintos niveles de inyección de dióxido de carbono en la atmósfera. Hoy estamos superando el el grado y medio después de casi 200 años, pero vamos camino a superar los dos grados y hay modelos que dicen que si seguimos con mucha intensidad de liberación de dióxido de carbono podemos llegar a niveles de 4 a 6 grados de diferencia respecto de ese nivel de referencia, eso sería catastrófico. No solamente aumentaría las condiciones de calor, que son dañinas para la salud y para todos los sistemas biológicos del planeta, sino que también produciría una disrupción climática al punto de que el desequilibrio sería incontrolable. Creo que hay que tomar conciencia real de lo que nos estamos enfrentando y lo que hemos llegado a conseguir hasta el día de hoy".
En referencia al plan nuclear que impulsa el gobierno, Roig señaló que no es la energía más limpia, pero es mucho mejor que quemar gas, petróleo o desmontar bosques: "Nosotros hacemos una relación muy simple: negocio actividad lucrativa y no tenemos en cuenta el impacto ambiental. Hoy el país necesita divisas, entonces las divisas vienen por el lado de la agricultura. La agricultura es un fuerte impulsor de la riqueza, nadie lo niega y nadie quiere que se deje de hacer agricultura. Pero la agricultura tiene un impacto sobre los suelos: crecen las plantas leñosas, los árboles, que son los que retienen el dióxido de carbono en la atmósfera".
Finalmente, señaló que hay prácticas que podrían implementarse en Argentina, como la producción de energía hidroeléctrica, eólicas o solares: "Tenemos muchas posibilidades de generar energías limpias, hay que arremangarse y decir ¿es costoso la infraestructura? Sí, pero ¿qué diagnóstico hacemos al futuro y qué beneficios puede tener esa inversión? Creo que ahí está la cuenta que tienen que hacer el Estado, los organismos privados y la sociedad en general, tiene que plantearse eso", concluyó.