Solicitan que el Gobernador dé respuestas por una mendocina desaparecida
La familia de Viviana Luna, vista por última vez en diciembre de 2016 en Potrerillos, actualizó su pedido en la web de change.org para que sigan buscando a la mujer. Quieren que se contrate a un especialista en búsqueda de personas e invitan a firmar a todos los que deseen ayudarlos.
Viviana Luna desapareció el 7/12/16 luego de asistir a una entrevista de trabajo en Las Vegas, Potrerillos, Mendoza, Argentina. Al día de hoy nada se sabe de ella, absolutamente nada. La denuncia fue radicada en su momento y las acciones que se llevaron hasta el momento no arrojaron ningún resultado. Actualmente la carátula sigue siendo "averiguación de paradero".
Sus hijos, Yanina, Matías, Nahuel y Ayelén; sus cinco nietos y la que viene en camino; sus hermanas y sobrinos y toda la gente que la conoció y quiere, necesitamos que nos apoyen en este pedido.
Marcos Herrero y su perro de rastreo (de restos humanos) se han ofrecido a colaborar en la búsqueda, necesitamos que lo incluyan y le permitan ayudarnos.
-Que se compare el ADN del que ya tienen muestra con los NN que hayan en toda Argentina y que coincidan con las características de Viviana.
-Que se consulte en hospitales, albergues y demás lugares donde Viviana pueda haber ingresado ya que no tenía sus documentos cuando se perdió.
-Que se incluya en el expediente lo que sabemos que aún no han incluido.
-Que las personas que la hayan visto antes o después de desaparecer lo cuenten, ayuda muchísimo.
A continuación, la carta con la que la que Matías Julián Luna, uno de los hijos de la mendocina desaparecida, acompaña el pedido de change.org que puede firmarse en este link:
"Hola soy Matías, hijo de Viviana Luna. Primero quiero agradecer a todas esas personas que nos apoyan, que difunden y viralizan nuestros pedidos. Después de escribir la carta con mi pareja, que tuvo repercusiones, escribo desde el dolor, del dolor que se anidó en mi pecho desde aquel 7 de diciembre del 2016, cuando desapareció mi mamá. Me queda esa última imagen de su cara cuando la vi ese día. Esa cara que mientras más pasa el tiempo se va viendo borrosa. Pero el dolor aumenta, la incertidumbre crece y se transforma en una mochila, la cual tengo que llevar todos los días sobre mi espalda. Escribo desde la impotencia, la impotencia de ver que las cosas no se hacen como yo quisiera, como yo pienso que sería útil hacerlas. Ver como pasa el tiempo y siempre recibir la misma respuesta ‘Estamos trabajando en todo lo que podemos, pero todavía seguimos sin pistas' o ‘no tenemos ninguna novedad'. Quizás piensan que eso nos tranquiliza, que eso nos va a calmar el dolor que sentimos. Pero se equivocan, esas cosas hacen que aumente. Que nos dé impotencia, que pasen los años y todavía no haya ni siquiera el mínimo indicio de qué pasó con mi mamá. ¿Cuántos años más vamos a tener que esperar?, ¿Cuánto dolor más vamos a tener que soportar?, ¿Por qué no hacen caso a nuestros aportes, a nuestras ideas?. Cuatro años han pasado. Termino esta carta citando a Frida Kahlo: ‘Me van a entender cuando les duela el Alma, como nos duele a nosotros'".