Por qué las marcas blancas son las más buscadas por la generación Z

Las marcas blancas están creciendo de forma significativa a nivel mundial, impulsado por varios factores. Entre ellos, la elección de las nuevas generaciones, como los millennials.

Según un estudio de NIQ, el 46% de los millennials y la generación Z están dispuestos a gastar más en productos de marcas blancas, en comparación con solo el 23% de los baby boomers. Esto sugiere que las generaciones más jóvenes ven un valor significativo en estas marcas.
A su vez, los consumidores están cada vez más preocupados por la sostenibilidad de los productos que compran. Esto llevó a un aumento en la demanda de productos de marcas blancas que enfatizan ingredientes naturales, envases ecológicos y prácticas de producción responsables.

Un informe de NielsenIQ indica que el 50% de los consumidores globales están comprando más productos de marcas blancas que nunca antes. Esta tendencia refleja una búsqueda de mayor valor y calidad en las compras.
Además de ofrecer opciones económicas, este tipo de marcas están lanzando líneas premium para atraer a consumidores que buscan productos exclusivos y de alta calidad.

Otra de las tendencias es que están expandiéndose en categorías como moda, belleza y tecnología. Por ejemplo, la ropa de moda, los productos de belleza natural y los accesorios tecnológicos se están convirtiendo en áreas clave para la innovación y la personalización.

Tendencias

Los millennials y la generación Z transformaron los patrones de consumo con una serie de características distintivas.
Al ser nativos digitales, su relación con la tecnología influye fuertemente en sus hábitos de compra. Utilizan redes sociales, reseñas en línea y comparadores digitales para informarse y tomar decisiones. Además, su capacidad para acceder a plataformas de comercio electrónico impulsa la demanda de experiencias de compras rápidas y personalizadas.

Otro punto es que valoran marcas que demuestren transparencia y autenticidad. Buscan productos que cumplan con sus expectativas en calidad y precio y que reflejen valores sociales y medioambientales. Vale decir que prefieren empresas que adopten prácticas sostenibles, éticas y responsables.

Para ellos, la experiencia de compra y el servicio al cliente tienen un papel crucial. La interacción personalizada, ya sea en línea o en puntos de venta, es clave para generar fidelidad. La idea de "comprar una experiencia" se convirtió en un valor añadido, más allá del simple producto.

La tendencia hacia la personalización es notable. No se trata solo de consumir un producto, sino de obtener una solución adaptada a sus necesidades y estilo de vida. Esta expectativa impuso a las marcas a invertir en tecnologías que permitan customizar ofertas y generar una conexión directa con el consumidor.
La preocupación por el impacto ambiental y social de sus compras es otro factor decisivo. Buscan productos elaborados con ingredientes naturales, procesos de producción éticos y empaques ecológicos.