La razón por la que se elige la cremación y los valores de cada servicio fúnebre

La muerte es tan parte de la vida como la vida misma. Si bien puede ser un tema difícil de abordar y que, lógicamente, genera diversos sentimientos con los que no es -quizá- agradable conectar, sabemos que todos vamos hacía ahí.

Más allá de las creencias personales y de que cada quien puede pensar y sentir lo que quiera respecto a lo que sucede "luego de" o, incluso, si esa posteridad existe, el hecho fáctico es que todos los mortales tendremos el mismo desenlace.

Por eso, siempre desde el respeto absoluto que la situación amerita, es un tema interesante de abordar incluso desde lo periodístico. Y, tarde o temprano, es necesario conocer algunos datos duros vinculados a los distintos servicios fúnebres que se ofrecen para los fallecimientos.

Así es que Memo consultó con distintas cocherías y crematorios de Mendoza para ahondar en las distintas opciones que existen actualmente en este sentido. Aquí, el primer dato que surge es que la tendencia de estos tiempos (2022, siglo XXI) es más a elegir la cremación que la sepultura.

Y las razones para ello son varias pero, lo que llama la atención y a la vez no (en el contexto socioeconómico de la Argentina actual es perfectamente entendible, de hecho), es que el principal motivo por el que mucha gente elige la cremación es porque es más accesible al bolsillo.

Principalmente, en lo que al mantenimiento posterior respecta. Ya que, en el primer caso, se paga la cremación y ahí terminan los gastos. En cambio, en el caso de la sepultura, luego el entorno de la persona fallecida debe seguir pagando distintos gastos para ese espacio que se alquila en un cementerio, tanto tradicional como parque.

El crematorio de Lavalle y los motivos por los que se lo elige

Si bien en Mendoza actualmente existen cuatro departamentos en los que se realizan cremaciones (General Alvear, Luján, Godoy Cruz y Lavalle), es este último el que tiene una trayectoria más extensa y completa en el rubro. Se trata de Sepelios Mangione, fundada en 1963.

"El crematorio está reemplazando al cementerio, no al sepelio. La cremación puede incluir un velatorio previo (según si quiere o no la familia), la elección del ataúd y todo lo que atañe al servicio fúnebre. La idiosincrasia de cada pueblo va cambiando, es cierto. Nosotros, incluso, hicimos un estudio en el cementerio de Capital y se vio que la gente cada vez va menos. Por eso se decidió hacer la inversión para tener el servicio de la cremación, que incorporamos hace unos 11 años", cuenta Rubén Mangione, el dueño de la cochería lavallina.

Consultado respecto a los motivos por los que las personas eligen la cremación por sobre la sepultura, explica que es económicamente más accesible porque no hay que seguir pagando una vez que la persona fallece. "La gente por ahí no quiere o no puede seguir teniendo ese gasto luego del fallecimiento de su familiar. En ese caso, se puede llevar a un incensario, dejar en su casa o, incluso, llevar a un cementerio también", detalle el empresario.

También en diálogo con Memo y respondiendo a la misma consulta sobre esta tendencia a elegir la cremación, Jorge Decarre (dueño de una de las cocherías más antiguas de San Rafael), explica que el motivo es que a la gente cada vez le gusta menos el concepto del cementerio.

"Y en el caso de que les guste, tienen que pagar. Les cobran tasas, mantenimiento, tienen que estar siempre dependiendo de eso. Entonces, con la cremación es como que se termina ahí. Se llevan las cenizas, vienen a buscarlas a la cochería, y deciden dónde colocarlas; en la Catedral, en Valle Grande, esparcirlas en algún lado que le gustaba a la persona y ahí se termina todo, no pagas más", se explaya.

En cambio, sigue Decarre, en el cementerio si, por ejemplo, se elige la opción de nicho, hay que pagar alquilar y posterior mantenimiento mensual. "Hay quienes ya vienen pagando hace una pila de años y bueno, siguen pagando, pero los que no tienen nada o ya lo tienen decidido, lo llevan a cremación", puntualiza.

La inseguridad, un factor decisivo para no hacer velorios de noche

Hay otro hecho a tener en cuenta que tuvo que ver, más que nada, con la pandemia y perduró luego. Tiene que ver con la nueva costumbre de hacer velorios cortos, no como ocurría antiguamente que -incluso- había velatorios que se extendían durante toda la noche y finalizaban el día siguiente del fallecimiento.

"Después de la pandemia quedó así, duran como mucho tres o cuatro horas los velorios. Es todo con mucho cuidado y respeto porque estás trabajando con un fallecido que aparentemente tenía neumonía bilateral y no covid, por ejemplo, son todas cosas a tener en cuenta", grafica el propietario sanrafaelino.

Y agrega: "La opción de velar de noche ya se está terminando pero eso es más que nada por la inseguridad. Ya no te lo piden más el velorio de un día para el otro porque dejan la casa sola y es peligroso por los robos. Nosotros nunca publicamos la dirección del fallecido pero por ahí se enteran y le desvalijan la casa mientras lo están velando".

Los costos de los servicios fúnebres

Yendo al tema concreto del precio que tienen los distintos servicios fúnebres, hay dos factores fundamentales a tener en cuenta: uno, el valor del ataúd que se elija y, el otro, el lugar de la provincia en el que la persona fallezca.

Alguien a quien recientemente 'se le murió' un familiar (se preservan, por respeto, las identidades) contó a Memo que, en Mendoza capital, le ofrecieron el servicio de cremación por $57.000 y, el de sepultura, por $123.000. "Para cualquiera de los dos casos, ya sea para depositar las cenizas o el cajón, te cobran un extra de $21.000", ejemplificó esta persona que optó por la cremación de su pariente. 

En el caso de la casa fúnebre de Lavalle, que realiza unas 450 cremaciones por mes e incluso presta servicio a otras provincias, como San Juan, Mangione remarca que todo depende del ataúd que elija la familia.

"Se considera que es el último homenaje a tu ser querido entonces hay gente que, dentro de sus posibilidades, quiere poner lo mejor. Y otras que lamentablemente no pueden por la situación económica y hay que buscarle la vuelta para solucionarles el problema. Tienen que irse con una solución porque somos la única empresa que está en el departamento y siempre lo hemos hecho, tengan o no dinero. No hay nadie que pueda decir que de acá se va a alguien sin encontrar una solución para sepultar, cremar o lo que ellos decidan, claro", afirma el hombre.

En Sepelios Mangione ofrecen todos los servicios vinculados al fallecimiento de la persona y es de las más completas y modernas que hay en Mendoza. "El servicio fúnebre cuesta a partir de los $80.000; uno intermedio ya ronda los $ 150.000 e incluye ataúd, velatorio, traslado, carroza, coche de duelo, avisos en los medios, todo. Pero siempre depende del ataúd que se elija", vuelve a indicar. Y suma: "En Mendoza, la gente está optando mucho más que en otros lugares por la cremación".

En el mismo sentido, desde San Rafael explican que todo depende del precio del ataúd y del lugar en el que fallece la persona. "En Mendoza, la logística es más sencilla porque si fallece en el hospital, se coloca en el ataúd y se lleva directamente al crematorio. Acá tenemos que ir a Alvear. Pero más o menos se puede elegir un servicio de $ 100.000 (sin cremación) y si optan por la cremación, puede salir unos $95.000", enumera Decarre.

Así, un servicio de sepultura término medio, que incluye un ataúd intermedio, velatorio de dos o tres horas, traslado al cementerio o al parque, cuesta $120.000. Y, si el servicio pedido es similar pero cambiando cremación por sepultura, el costo total es de $95.000 pesos.

"A veces se abarata un poco con la cremación. Porque quizá se elige un ataúd más sencillo que el que se usaría para un velatorio y posterior traslado al cementerio. Capaz hay gente que no quiere velatorio. Entonces queda acá en depósito hasta que nos dan el turno en Alvear para poder llevarlo al crematorio. En ese caso, no se usa ni la sala velatoria ni el acompañamiento, que también son partes del servicio", cierra el empresario del sur provincial.

De esta manera, hay quienes ya "dejan dicho" qué es lo que quieren tras su muerte e, incluso, los que ya van pagando el servicio anticipadamente. Pero, como decíamos al comienzo, el final es -ciertamente- inevitable.