Qué pasa en el mundo con la inflación de los alimentos
Los índices de precios agrícolas y de exportación bajaron un 2 %, y el índice de precios de los cereales, un 1 % en comparación con la última actualización del 28 de septiembre de 2023.
La inflación de los precios de los alimentos internos sigue siendo alta. Una inflación superior al 5 % se registra en el 57,9 % de los países de ingreso bajo, el 86,4 % de los países de ingreso mediano bajo y el 62 % de los países de ingreso mediano alto. Muchos países experimentan una inflación de dos dígitos. Además, el 67,3 % de los países de ingreso alto registran tasas elevadas de inflación de los precios de los alimentos. Los países más afectados se encuentran en África, América del Norte, América Latina, Asia meridional, Europa, y Asia central. En términos reales, la inflación de los precios de los alimentos superó la inflación general en el 78 % de un conjunto de 163 países.
Descargar la última reseña sobre el aumento de la inseguridad alimentaria y las respuestas del Banco Mundial (PDF, en inglés)
Los índices de precios agrícolas y de exportación bajaron un 2 %, y el índice de precios de los cereales, un 1 % en comparación con la última actualización del 28 de septiembre de 2023. Los precios del trigo, que disminuyeron un 5 %, fueron el principal factor que impulsó el descenso del índice de precios de los cereales; los precios del arroz fueron un 1% más bajos, y los del maíz, un 1 % más altos comparados con la última actualización. En términos interanuales, los precios del maíz y el trigo fueron un 29 % y un 35 % más bajos, respectivamente, mientras que los precios del arroz han seguido su tendencia ascendente desde mayo y fueron un 41 % más altos. Los precios del maíz fueron un 6 % más bajos que en enero de 2021; los precios del trigo, un 15 % más bajos, mientras que los precios del arroz, un 23 % más altos. (Véanse los datos de la "hoja rosada" [i] sobre los índices de precios de los productos básicos agrícolas y de los alimentos básicos, que se actualizan mensualmente).
En la edición de octubre de 2023 del Informe de seguimiento del mercado del Sistema de Información sobre los Mercados Agrícolas (SIMA) (PDF, en inglés) se destacan acontecimientos en los mercados de productos básicos, como el alza de los precios del arroz tras la prohibición de India de exportar arroz no basmati impuesta en julio de 2023. Esto ha generado inquietud sobre la posibilidad de que otros países, como Myanmar y Filipinas, también pudiesen aplicar restricciones comerciales. Otro factor que está contribuyendo al alza de los precios es la probabilidad de que el fortalecimiento del fenómeno El Niño interrumpa la producción de arroz en los principales proveedores asiáticos. Para proteger la seguridad alimentaria, los líderes de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN, por sus siglas en inglés) han expresado su compromiso de mantener el flujo de productos agrícolas y evitar barreras comerciales "injustificadas".
En el Informe de seguimiento del mercado también se analiza la aplicación de políticas monetarias restrictivas por parte de los bancos centrales en todo el mundo para combatir la inflación, una medida que tiene consecuencias importantes en los mercados mundiales de cereales. Las mayores tasas de interés restringen el acceso al crédito de los participantes en el mercado, aumentando los costos de los préstamos para los agricultores y los comerciantes de cereales, los que a su vez pueden limitar el crecimiento de la producción a largo plazo e incrementar los gastos de almacenamiento de estos productos. Además, el alza de las tasas de interés reduce la liquidez en los mercados financieros, y esto puede dar pie a ventas masivas de fondos de inversión y disminuir los precios de los cereales. Las tasas de interés más altas pueden también provocar un aumento del valor de las divisas, y por consiguiente elevar el costo de las importaciones de granos para los países de ingreso bajo con déficit de alimentos. Se prevé que estas altas tasas de interés se mantendrán, y ello genera preocupación sobre los efectos permanentes en los mercados agrícolas y en la seguridad alimentaria mundial.
El Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias destaca los factores que, según proyecciones, contribuirán a un aumento de los precios del arroz (i) en los próximos meses. El principal es la medida de India adoptada el 20 de julio de 2023 de prohibir todas las exportaciones de arroz no basmati. En agosto de 2023, impuso un recargo del 20 % a las exportaciones de arroz vaporizado y fijó un precio mínimo de venta para el arroz basmati. El impacto se refleja en el reciente aumento de los precios del arroz. La decisión de Myanmar, a fines de agosto, de prohibir las exportaciones de arroz durante 45 días agravó la situación, ya que el país es el quinto mayor exportador del cereal en el mundo, y representó el 5 % del comercio mundial de arroz en 2022. Los dirigentes de la ASEAN se reunieron en agosto y se comprometieron a abstenerse de aplicar políticas comerciales restrictivas. Los precios minoristas del arroz habían seguido una tendencia al alza durante el año pasado debido al aumento de los precios de los productos básicos relacionados con este grano y los costos posteriores a la producción. Se prevé que esta tendencia continuará. A la incertidumbre se suma el pronóstico de un fuerte episodio de El Niño, que puede afectar considerablemente los rendimientos del arroz en Asia meridional y sudoriental, que en conjunto representan el 58 % de la producción mundial y el 80 % de las exportaciones del cereal.
Según la Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna (PDF, en inglés), aproximadamente 100 millones de personas en todo el mundo necesitarán asistencia alimentaria hasta principios de 2024, en parte debido al fuerte episodio en curso de El Niño. Las precipitaciones inferiores a las normales aumentan los riesgos de sequía y hacen subir el precio de los alimentos, mientras que las precipitaciones superiores al promedio pueden provocar inundaciones en las zonas bajas, lo que puede reducir el acceso al mercado de los productos agrícolas y contribuir a problemas relacionados con el agua, el saneamiento y la higiene. Se anticipa que el actual episodio de El Niño, en comparación con los seis eventos más fuertes contenidos en el registro histórico, afectará más la seguridad alimentaria en algunas regiones o países, como África meridional, América Latina y el Caribe, África oriental, África occidental y Afganistán, que en otras.
Después de la invasión de Rusia a Ucrania, se ha incrementado el número de políticas relacionadas con el comercio impuestas por los países. La crisis alimentaria mundial se ha agravado en parte por el creciente número de restricciones al comercio de alimentos establecidas por los países con el objetivo de aumentar la oferta interna y reducir los precios. Hasta el 9 de octubre de 2023, 19 países habían establecido 27 prohibiciones a la exportación de alimentos, y 7 habían implementado 15 medidas que limitan las exportaciones.
Labor del Banco Mundial
En mayo de 2022, el Banco Mundial se comprometió a destinar USD 30 000 millones a lo largo de un período de 15 meses para hacer frente a la crisis. La institución ha superado esa meta. El Banco Mundial ha ampliado su respuesta en el ámbito de la seguridad alimentaria y nutricional y ha puesto a disposición USD 45 000 millones, un monto que comprende USD 22 000 millones en nuevo financiamiento y USD 23 000 millones que provienen de la actual cartera.
La cartera de seguridad alimentaria y nutricional abarca 90 países, e incluye intervenciones a corto plazo, como la ampliación de programas de protección social, y proyectos de resiliencia a largo plazo, como iniciativas sobre el aumento de la productividad y la agricultura climáticamente inteligente.
Se espera que la labor del Banco Mundial beneficie a 335 millones de personas, una cifra que equivale al 44 % del total de personas que sufren desnutrición. Alrededor del 53 % de los beneficiarios son mujeres, quienes se ven desproporcionadamente más afectadas por las crisis. Algunos ejemplos son:
- El Programa de Resiliencia de los Sistemas Alimentarios de África Occidental (i), por valor de USD 766 millones, trabaja para aumentar la preparación frente a la inseguridad alimentaria y mejorar la resiliencia de los sistemas alimentarios en África occidental. La iniciativa ayuda a incrementar los servicios de asesoría digital destinados al sector de la agricultura y dirigidos a la prevención y gestión de las crisis alimentarias; aumentar la capacidad de adaptación de los actores del sistema agrícola, e invertir en el comercio y la integración regional de los mercados de alimentos para aumentar la seguridad alimentaria. Actualmente se está preparando la entrega de un financiamiento adicional de USD 345 millones para Senegal, Sierra Leona y Togo.
- Una donación de USD 150 millones (i) destinada a la segunda fase del Proyecto de Respuesta y Resiliencia para la Seguridad Alimentaria de Yemen ayudará a abordar la inseguridad alimentaria, fortalecer la resiliencia y proteger los medios de subsistencia.
- Una donación de USD 50 millones en concepto de financiamiento adicional para Tayikistán (i) se destinará a mitigar los impactos de la inseguridad alimentaria y nutricional en los hogares y aumentar la resiliencia general del sector agrícola.
- Un proyecto por un monto de USD 125 millones en Jordania (i) tiene como objetivo fortalecer el desarrollo del sector agrícola incrementando su resiliencia climática, aumentando la competitividad y la inclusión, y garantizando la seguridad alimentaria a mediano y largo plazo.
- Un proyecto de USD 300 millones en Bolivia contribuirá a aumentar la seguridad alimentaria, el acceso a los mercados y la adopción de prácticas agrícolas climáticamente inteligentes.
- Un préstamo de USD 315 millones ayudará a Chad, Ghana y Sierra Leona (i) a aumentar su preparación frente a la inseguridad alimentaria y mejorar la resiliencia de sus sistemas alimentarios.
- El Proyecto de Apoyo de Emergencia para Aumentar la Seguridad Alimentaria y la Resiliencia por valor de USD 500 millones (i) tiene como objetivo impulsar los esfuerzos de Egipto para garantizar que los hogares pobres y vulnerables tengan acceso ininterrumpido al pan, ayudar a fortalecer la resiliencia del país frente a las crisis alimentarias y respaldar reformas que ayudarán a mejorar los resultados nutricionales.
- Un préstamo de USD 130 millones para Túnez (i) busca reducir el impacto de la guerra en Ucrania, financiando importaciones vitales de trigo blando y proporcionando apoyo de emergencia para cubrir las importaciones de cebada que se utiliza en la producción de productos lácteos y de las semillas que necesitarán los pequeños agricultores durante la próxima temporada de siembra.
- El Programa de Resiliencia de los Sistemas Alimentarios para África Oriental y Meridional (i) por valor de USD 2300 millones ayuda a los países de África oriental y meridional a aumentar la resiliencia de los sistemas alimentarios de la región y su capacidad para abordar la creciente inseguridad alimentaria. El programa, que reforzará la respuesta interinstitucional ante la crisis alimentaria, impulsará también los esfuerzos a mediano y largo plazo para lograr una producción agrícola resiliente, el desarrollo sostenible de los recursos naturales, la ampliación del acceso a los mercados y una formulación de políticas con mayor énfasis en la resiliencia de los sistemas alimentarios.
En mayo, el Grupo Banco Mundial y la Presidencia del Grupo de los Siete (G7) convocaron de manera conjunta la Alianza Mundial para la Seguridad Alimentaria (i), cuyo objetivo es catalizar una respuesta inmediata y concertada a la crisis mundial del hambre que se está produciendo. La Alianza ha establecido un Panel Global de Seguridad Alimentaria y Nutricional (i), una plataforma de acceso público que proporciona información oportuna a los encargados de tomar decisiones a nivel mundial y local, de modo de mejorar la coordinación de las políticas y la respuesta financiera a la crisis alimentaria.
El 8 de febrero de 2023, las máximas autoridades de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Grupo Banco Mundial, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) publicaron una tercera declaración conjunta. En la declaración, se insta a evitar que empeore la crisis de seguridad alimentaria y nutricional y se exigen nuevas medidas urgentes para i) atender los focos de hambre, ii) facilitar el comercio, mejorar el funcionamiento de los mercados y reforzar el papel del sector privado, y iii) reformar y reorientar los subsidios perjudiciales con eficiencia y una cuidadosa focalización. Mientras responden a la crisis, los países deben buscar un equilibrio entre las intervenciones urgentes a corto plazo y los esfuerzos de resiliencia a largo plazo.