El FFCC Trasandino, el globo aerostático y el cambio turístico en Mendoza
El historiador Pablo Lacoste traza un paralelismo entre el impacto del tren Trasandino en su tiempo y lo que debe comenzar a ocurrir con la Mendoza Este en materia de turismo y economía.
El Ferrocarril Trasandino y el Globo Aerostático se destacan por su capacidad de cambiar el mapa turístico de Mendoza, al desempeñarse como impulsores de nuevos destinos turísticos que antes de ellos no existían: el Trasandino abrió el camino hacia la montaña, y el Globo está cumpliendo un papel similar en Mendoza Este. Ambos medios de transporte son fascinantes, apreciación compartida por los lectores del Memo: ellos estuvieron entre los tres artículos más leídos la semana pasada en este diario.
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Antes de la llegada del Trasandino, la montaña era un lugar desértico, que no recibía visitantes, salvo arrieros y soldados (en tiempos de San Martín). Casi nadie se atrevía a internarse en aquellos aislados parajes, signados por la soledad. Para la población de Mendoza, la montaña era apenas un desierto de piedra. Allí había muchos atractivos turísticos, que permanecieron ociosos durante siglos.
La llegada del Trasandino aportó nueva energía, capaz de movilizar recursos e inversiones, principalmente los hoteles de Puente del Inca (1904), Cacheuta (1913) y el Gran Hotel de Uspallata (1935). Comenzó entonces la era de las expediciones internacionales al Aconcagua, junto con los deportes invernales y el turismo termal. Alrededor de ellos surgieron las hosterías, posadas y muchas pymes de prestadores de servicios, con múltiples iniciativas.
Igual que la montaña antes del Trasandino, Mendoza Este tiene numerosos atractivos que han permanecido durante mucho tiempo sin desarrollarse: las termas de Santa Rosa; los sublimes paisajes de las Huayquerías; las casonas tradicionales de las bodegas históricas, los museos y lugares de interés: verdaderos tesoros, que permanecen ocultos y casi totalmente desconocidos.
Pero poco a poco, la presencia disruptiva del Globo Aerostático de Junín, ha comenzado a movilizar recursos e inversiones que, en poco tiempo, cambiarán completamente el paisaje e instalarán Mendoza Este como destino turístico de alto interés.
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Para fin de año, bodega Divendres abrirá un restaurant a mil metros del globo que, junto con la posada de Santos Lugares, el hotel Molino La Tebaida y su restorán María Paz (San Martín), enriquecerán la oferta regional. Y están en preparación tres grandes hitos, llamados a servir como referentes del turismo regional: Bodega Los Haroldos-Viñas de Balbo en San Martín, el Museo Histórico Militar y el Palacio Gargantini (próximo hotel boutique)
Desafiando el lugar secundario que el discurso hegemónico ha instalado sobre la vitivinicultura del Este, bodega Los Haroldos/Viñas de Balbo se destaca por su alto nivel tecnológico (Figura 1). Basta recordar que su planta de fraccionamiento, con capacidad para 24.000 botellas por hora, se encuentra en la punta de América Latina, por encima de Concha y Toro, Peñaflor, Santa Rita y CCU. Demuestra el compromiso de la empresa por la reinversión de las utilidades para asegurar estándares internacionales. Con su robot que extiende los brazos para levantar las botellas y colocarlas en la caja, ofrece un espectáculo hipnótico, que muy pocos conocen. Ahora la bodega está avanzando en el diseño de las instalaciones y equipamiento para contar su propia historia y recibir al turista con una propuesta emocionante.
El complejo Los Haroldos/Viñas de Balbo fue sede del encuentro empresario, agrupado en el Cluster Mendoza Este, el pasado 13 de junio. Concurrieron empresas del sector vitivinícola, hotelero, gastronómico, artístico, profesional y demás sectores comprometidos con el proyecto de desarrollo del territorio como destino turístico (Figura 2).
Además de la incipiente apertura de las bodegas a los visitantes, por iniciativa de Pepe Valenti y su esposa Ignacia, se están impulsando dos iniciativas que dentro de un tiempo, podrán recibir turismo nacional e internacional: el Palacio Gargantini y el Museo Histórico Militar, ambos en Rivadavia. El Palacio será el tema del próximo artículo. Ahora conviene focalizarse en el Museo.
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El Museo Histórico Militar cuenta con colecciones extraordinarias, incluyendo un tanque de la II Guerra Mundial, cañones, obuses y vehículos blindados con sus orugas, en pleno funcionamiento (Figura 3). También conserva uniformes originales de los granaderos de San Martín, armamento de la Guerra del Paraguay, la montura que recibió Juan Perón al graduarse de subteniente en la Escuela Militar, y equipamiento de "los pibes de Malvinas que jamás olvidaré", entre otros objetos de singular valor que, durante más de 30 años, ha reunido Pepe Valenti para formar el único museo militar privado de Argentina. La tarea pendiente es el desarrollo del guion museográfico para la puesta en escena de las colecciones con las técnicas de iluminación, diseño y puesta en escena de este patrimonio.
Junto con las armas, este museo contiene colecciones singulares de material ferroviario y de transporte. Ello incluye señalética, faros referenciales y herramientas del mundo del transporte férreo. Este tipo de colecciones tienen un profundo significado en un país como Argentina, que supo tener la mayor red ferroviaria latinoamericana, con más de 40.000 km de extensión. Lamentablemente, la corrupción del Estado, sindicatos y demás sectores, generó una pérdida patrimonial irremediable. Pero poco a poco, algunos coleccionistas han comenzado a recuperar, poner en valor y sistematizar estos materiales, entre ellos, el Museo de Valenti (Figuras 4 y 5).
La colección de faroles representa parte del patrimonio intangible del patrimonio ferroviario. Porque ellos constituían las llaves maestras del sistema de comunicación para los movimientos de los trenes, lo cual incluía los códigos afectados a los mecanismos de seguridad. Los faroles tenían la función de iluminar y señalizar; servían para ver y ser vistos. El manejo de estos faroles formaba parte del ritual, regulado a través del RITO, es decir, el Reglamento Interno Técnico-Operativo de la red general de los ferrocarriles argentinos. Parte importante de los saberes específicos del mundo ferroviario se encontraban, precisamente, en el manejo preciso y oportuno de los juegos de luces.
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El Museo Histórico Militar, junto con el Palacio Gargantini, bodega Los Haroldos y los Globos de Junín forman los cuatro pilares fundamentales que el sector privado está impulsando en Mendoza Este, para convertirla en un destino turístico de primera línea, con propuestas únicas y variadas.
¿Cuál es el potencial de estos atractivos turísticos? Como referencia se puede considerar el caso de Vicuña, en el Valle de Elqui, situado 50 km al este de La Serena, Chile. Los principales atractivos turísticos del lugar son las destilerías de pisco, principalmente la artesanal ABA y la industrial CAPEL. ABA recibe entre 25 y 30.000 turistas por año, mientras Capel supera los 50.000. A ello hay que añadir la convocatoria de las destilerías de la comuna de Paihuano (Mistral, doña Josefa y Los Nichos), con lo cual, la cifra total supera los 100.000 visitantes al año.
Estas columnas se van articulando con las pymes, que cada vez ganan más relevancia. Cerca de los globos se espera inaugurar, para fines de año, el restorán de Bodega Divendres, que se sumará a la posada de Santos Lugares. A ello se suma la posada de bodegas Lancelotti, en San Martín, el hotel Molino La Tebaida y su restorán María Paz, entre otras iniciativas. Tal como ocurrió en la montaña hace cien años, el proceso es lento, pero avanza con pasos firmes.
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Lamentablemente, el Trasandino dejó de funcionar y fue abandonado por la desidia de nuestra clase dirigente; las nuevas generaciones han sido privadas de la emoción de este viaje. Pero ahora tenemos el Globo Aerostático, en el cual sí es posible viajar y con él, descubrir un nuevo destino turístico emergente.