Fede Cócola, el soguero
Federico Cócola trabajaba en la administración pública pero optó por abocarse de lleno a su pasión; el trabajo artesanal en cuero. Desde allí, con su oficio de soguero, fue seleccionado para la Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria, edición 2024, en donde mostrará sus artesanías en el Cuarto de las Sogas. La historia de este mendocino que apostó todo por su pasión.
Es mendocino, tiene 41 años y en este 2024, a poco transitar cuatro décadas de su vida, Federico Cócola decidió dar un giro importante. Dejó temporalmente su trabajo en el Estado mendocino para dedicarse de lleno a lo que lo apasiona desde que era niño: trabajar el cuero, ser "soguero". Es artesano y desde que optó por abocarse full time con toda su energía, ganas y creatividad a lo que hasta hace poco mencionaba como un "hobby rentado", le ha comenzado a ir muy bien.
A tal punto que, recientemente, Cócola fue seleccionado para exponer sus trabajos en la edición 136° de la Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria (https://www.exposicionrural.com.ar/), más conocida como Expo Rural, y que en esta ocasión se realizará del 18 al 28 de julio en Buenos Aires. Allí, en el predio de La Rural ubicado en Palermo, Fede podrá mostrar sus artesanías en el denominado Cuarto de las Sogas. Fue seleccionado junto a Juan Muñiz, mendocino también, y según cuenta hacía mucho tiempo que no elegían a gente de Cuyo para este mega evento de relevancia internacional. Lo cual lo enorgullece y considera fundamental para visibilizar el talento que hay por esta región del oeste argentino.
"Tanto a mi viejo como a mi abuelo siempre les gustó el campo. Sobre todo lo relacionado a lo criollo y a lo cuyano. Desde que yo era muy chiquito, me llevaban con ellos en sus salidas. Así es que me fueron gustando mucho los caballos, hasta que tuve los míos propios. Cuando tenía 16 años, fuimos al campo -fue una de las últimas veces que fui con mi abuelo- y el puestero del lugar con un cuchillo sacó un tiento de una lonja y se hizo una sortija en el dedo. Me impactó lo que vi, me encantó su destreza. El hombre vio ese interés en mí y le dijo a mi papá que me comprara el libro ‘Trenzas gauchas' y mi viejo me lo regaló", comienza relatando Fede Cócola.
Seguidamente, el joven artesano que dejó su trabajo administrativo para abocarse a lo que realmente le gustaba, cuenta que siguió incursionando en el mundo de los caballos y en ese contexto conoció a Leandro Calót, un amigo que le enseñó a sacar tientos y le mostró adónde comprar cuero de chivo para tal fin. "Así es que yo fui practicando, viendo cómo poder hacer cosas; vainas, cabezadas, riendas y todo lo vinculado al campo. Luego apareció Internet, había un foro donde la gente compartía sus experiencias y lo que iba aprendiendo. Después con Facebook y YouTube se abrió un poco más la cancha, conocí a más artesanos y personas con intereses similares a los míos. Ahí ya era un vínculo más personal el que se generaba y, a raíz de eso, fui aprendiendo otras técnicas, perfeccionándome, logrando que mi hacer fuera más prolijo. Haciendo mucha prueba y error, todo el tiempo. Nunca me conformo con cómo me quedan mis trabajos, siempre trato de hacer todo un poco mejor", contó.
Así comenzó, haciendo llaveros y otros productos del estilo para regalarle a sus amigos, a sus familiares. Hasta que alguien le dijo: "Che, haceme un juego de cabezal y rienda. Te lo compro" y le resultó una excelente oportunidad, que aprovechó como una suerte de trampolín para lanzarse en ese camino que era el que siempre había querido: "Empecé con eso a usar más las redes sociales para mostrar mis trabajos. Fui metiéndome más en el oficio y pasé a hacerlo como un hobby rentado".
- ¿Por qué decidiste dejar tu trabajo y dedicarte exclusivamente a las artesanías?, ¿cómo fue ese proceso?
- Yo laburé 12 años en la parte administrativa del Gobierno de Mendoza. Mientras trabajaba ahí, el tiempo que me quedaba libre se lo dedicaba a los cueros, a las cosas que me iban encargando y trataba de avanzar así en mi hobby. Con la Administración ya no me sentía cómodo, me sentía un número más. Tenía esta sensación de que no sumaba ni económica ni personalmente. Así es que con el apoyo de mi familia, de mi esposa fundamentalmente, decidí dejar mi trabajo y apostar todo a este oficio que hoy en día me ocupa la mayor parte del tiempo.
- ¿Hace cuánto que empezaste con dedicación full time a esto y cómo te está yendo?
- Exclusivamente al cuero, y un poco a la platería criolla, desde marzo de 2024 que me estoy dedicando; desde que me levanto hasta que me acuesto. Me está yendo bien, la verdad es que me encanta tener la cabeza todo el día ocupada ahí, en hacer diseños nuevos, en incursionar a fondo todo el tiempo y progresar. Voy bien, muestro mi trabajo en Instagram. Me gusta mucho y estoy feliz de haber tomado esta decisión.
Me muevo por ahí y con los clientes que ya tenía de antes y me va bien. La idea es expandirme más, buscar nuevas cosas, hacer nuevos proyectos tanto de cuero como de platería y ver si fusiono con otros artesanos. Eso me encantaría.
- ¿Por qué te gusta trabajar el cuero y qué productos hacés?
-Porque me acerca a mis abuelos, a mi pasado, al campo, a lo criollo. El cuero es parte del gen argentino. Me apasiona mucho, me levanto y me acuesto pensando en qué puedo hacer para mejorar mis trabajos, en qué puedo diseñar. El cuero es parte de mi vida, al 100%. Las cosas que más hago siempre son relacionadas a lo regional; cabezadas, riendas, vainas, mates, bombillas, cinturones, tiradores, culeros. Es lo que más me piden. Siempre trato de poner mi impronta, que es bien cuyana y sobre todo mendocina.
Soguero, el origen del oficio del artesano
El oficio se llama soguero. Por regiones va cambiando de denominación; para el norte por ejemplo les dicen guasquero. En Cuyo antiguamente se le decía trenzadores. Pero se fue perdiendo mucho. La función que cumplía el soguero era en la época de los inmigrantes que venían en barco, el criollo tuvo que reemplazar cuerdas y cosas relacionadas al barco con cuero -que había mucho en Argentina-. De ahí el origen de la palabra soguero.
- Ahora fuiste seleccionado para la Expo Rural 2024. ¿Cómo fue que llegaste ahí, en qué consistirá tu exposición?
- Para un soguero, un artesano tradicional del cuero, trenzador, llegar a la Sociedad Rural de Palermo es como un podio. Todos queremos estar ahí porque es una vitrina al mundo. Es muy lindo y muy importante que a uno lo seleccionen, da mucho orgullo. Así que una vez que te seleccionan hay que prepararse. Calculo que me seleccionaron a través de las redes, me convocaron por un mail que me llegó. Me pidieron que hiciera algunas piezas porque había una preselección que tenía una fecha determinada. Una vez que llegás ahí, tenés que esperar un mail de respuesta para que te confirmen que realmente estás adentro de la Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria.
Para mí es muy muy importante, por mendocino, por cuyano y porque hace mucho tiempo que no va nadie de acá al Cuarto de las Sogas. Quizás sí a stands puestos por la Provincia, pero al espacio en el que vamos a estar, junto a Juan Muñiz, hace mucho tiempo ningún mendocino participa. Tuvimos la suerte, la gracia, la dedicación de poner todo el corazón en nuestras manos, en el cuero, de ser seleccionados de Mendoza para ir a mostrar el trabajo local en la Expo Rural de este año.
La exposición comienza el 18 de julio, el Cuarto de la Sogas son vitrinas donde cada artesano del país expone tanto piezas regionales como piezas de uso y de trabajo, siempre relacionadas al campo. Yo en particular voy con tres piezas regionales, de usanza muy cuyana porque quiero destacar la cantidad de productos que podemos hacer relacionados al gaucho cuyano. Que creo que se fueron perdiendo y se fueron desvalorizando. Así es que la intención es tratar de mostrar que acá, en Mendoza, hay un nivel de artesanos que puede destacarse a nivel nacional. Estamos muy contentos y vamos a ir con la familia a disfrutar.