El Gobierno nacional termina septiembre con las metas "casi" cumplidas ante el FMI
El Gobierno tendría un superávit mayor al exigido, pero le faltan USD 2.000 millones de reservas. Este lunes concluye el esquema de metas del programa con el Fondo Monetario Internacional que Argentina implementó en marzo de 2022.
Este lunes concluye el esquema de metas del programa con el Fondo Monetario Internacional que Argentina implementó en marzo de 2022, al alcanzar la fecha límite para los últimos objetivos de superávit fiscal y acumulación de reservas requeridos en el acuerdo, condiciones necesarias para que el Gobierno reciba los desembolsos del organismo.
De esta manera, se cierra una etapa de dos años y medio del programa Extended Fund Facility (EFF), durante la cual el FMI proveyó a Argentina los dólares necesarios para cumplir con los vencimientos del acuerdo previo, el Stand By de 2018, dado que el país no disponía de los fondos propios para hacer frente a esa deuda.
La siguiente fase implica la devolución de los 45.000 millones de dólares que el Estado aún adeuda, entre 2026 y 2032. En las próximas semanas se abrirá la puerta a negociaciones para un nuevo acuerdo, lo que podría reconfigurar el panorama a mediano y largo plazo de la relación con el Fondo Monetario Internacional. Este lunes concluye, después de dos años y medio, la primera etapa del programa EFF, durante la cual el FMI proveyó a Argentina los fondos necesarios para cumplir con los vencimientos del acuerdo Stand By de 2018.
En términos prácticos, las metas que se cumplen hoy requerirán del Gobierno argentino una serie de desempeños macroeconómicos que, por norma, funcionan como condición técnica previa para que el directorio del FMI autorice los desembolsos. El programa EFF establece una variedad de metas, siendo las principales la acumulación de reservas -un indicador clave para Washington que permite prever la capacidad de pago del país- y la meta fiscal.
Existen otras variables como la emisión monetaria, que perdió relevancia bajo el nuevo gobierno tras eliminar el financiamiento monetario del Banco Central al Tesoro, la deuda flotante o con acreedores, la intervención en mercados de futuros y un mínimo de gasto social.
El gobierno de Javier Milei se aproxima a las metas con un escenario que incluye la consecución de los objetivos de diciembre, marzo y junio -aunque el último aún no ha sido oficializado a la espera de la novena revisión técnica trimestral- y con una última evaluación pendiente, principalmente sobre la acumulación de divisas por parte de la autoridad monetaria.
Con una sesión pendiente en el mercado cambiario, el Banco Central aún se encuentra distante de la meta propuesta. Para el último día del mes, se espera que el BCRA demuestre haber acumulado USD 8.700 millones adicionales a las reservas que poseía al momento del cambio de gobierno. Según estimaciones de fuentes privadas y cálculos de la consultora LCG, la brecha con respecto a la meta podría alcanzar hasta USD 2.000 millones.
El gobierno está evaluando si un préstamo a corto plazo de bancos internacionales podría proporcionar suficientes divisas para cumplir con la meta a último momento. Sería un acuerdo de financiamiento entre varias entidades y el BCRA, respaldado por sus bonos en dólares -Bopreal- y oro. El equipo económico no ha confirmado si el resultado de esta negociación es inminente. Con una sesión pendiente en el mercado cambiario, el Banco Central aún no ha alcanzado la última meta de acumulación de reservas y está considerando opciones como un acuerdo de recompra (repo) con bancos internacionales.
Hasta la semana pasada, los despachos oficiales minimizaban el costo de no cumplir con la última meta, argumentando que si el BCRA no lograba el umbral de acumulación de divisas, se debía a una aceleración en la flexibilización del esquema de pago de importaciones, lo que requirió más dólares de la entidad para pagos internacionales. Este efecto será más notorio en octubre, lo que ya se considera un punto de no retorno para el BCRA en el mercado.
El frente fiscal ha sido más manejable para el gobierno en esta serie de objetivos que finalizará este lunes. La Casa Rosada, con la incorporación de Milei, propuso al FMI metas más estrictas como muestra de compromiso para realizar el ajuste de las cuentas públicas lo antes posible.
Tras conocerse el estado de las cuentas públicas hasta agosto hace diez días, el Gobierno se encuentra en cumplimiento del mínimo de superávit fiscal previsto para finales de septiembre. Se ha generado un "colchón" de superávit fiscal, previendo que septiembre sería un mes fiscalmente más desafiante.
Por un lado, se prevé una disminución en la recaudación debido a la reducción de las alícuotas del impuesto PAIS, que volvieron al nivel anterior al cambio de Gobierno, afectando así los ingresos tributarios. Se espera un aumento compensatorio en los ingresos, cuya magnitud aún se desconoce, por medidas como la actualización del impuesto a las Ganancias, la moratoria impositiva o el plan de adelanto del pago del impuesto sobre Bienes Personales de los próximos cinco años.
El superávit primario acumulado hasta agosto fue de $8,7 billones, superando ampliamente la meta programada. Este excedente fiscal, antes del pago de intereses de la deuda y que es el indicador considerado por el FMI, está casi un billón de pesos por encima del objetivo de septiembre.
infobae