El desafío competitivo para el país y Mendoza
En un contexto donde devaluar no es opción, bajar costos en dólares es la clave. Algunas medidas sugeridas. El análisis del economista Sebastián Laza.
Argentina enfrenta una situación competitiva compleja, tanto por la situación heredada del gobierno anterior como por el contexto global desde la asunción de Trump. Sin embargo, tanto el presidente Javier Milei como su ministro de Economía, Luis Caputo han enfatizado que "devaluar no es el camino" y que la clave para mantenerse en el mercado radica en la reducción de costos en dólares por parte de las empresas.
Si bien no hay consenso unánime entre los economistas, algunas mediciones de tipo de cambio real arrojan un desfasaje aproximado del 30-40% con respecto a épocas más equilibradas del país en cuanto a flujos comerciales y turísticos, mostrando que el desafío es arduo, máxime cuando el ritmo inflacionario aún supera al del tipo de cambio oficial.
Sin embargo, la férrea defensa del equilibrio fiscal por parte de la Administración Milei invita a ser optimistas, o al menos a darle algún crédito a la epopeya competitiva buscada, ya que, por ejemplo, la Convertibilidad explotó, entre otras razones, por inconducta fiscal.
De esta forma, para reducir costos en dólares, la administración de Javier Milei debería enfocarse en las siguientes medidas:
1. Costos Impositivos
- Reducción de impuestos distorsivos: Bajar o eliminar tributos como el Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios y Derechos de Exportación, y en el caso de las provincias Ingresos Brutos.
- Simplificación tributaria: Unificar tributos y reducir la carga administrativa para las empresas.
- Beneficios fiscales sectoriales: Otorgar incentivos impositivos para la inversión a sectores estratégicos con alto potencial exportador y/o de generación de empleo.
- Régimen de promoción de inversiones: Crear un esquema que brinde estabilidad fiscal a largo plazo para atraer inversiones, como el actual RIGI, pero más amplio en cobertura de empresas.
2. Costos del Trabajo
- Reducción de cargas sociales: Disminuir los aportes patronales o establecer incentivos para la formalización del empleo.
- Reforma laboral: Flexibilizar las condiciones de contratación y despido para reducir la litigiosidad y los costos asociados a indemnizaciones.
- Desregulación de convenios colectivos: Permitir acuerdos más flexibles a nivel empresa para adaptar condiciones laborales a la productividad. Algo ya se ha avanzado con algunos decretos, pero aún falta mucho.
- Incentivos a la capacitación: Promover programas de formación que mejoren la productividad de los trabajadores sin elevar los costos salariales.
3. Costos Logísticos
- Desregulación del transporte: Eliminar trabas burocráticas y costos artificiales en la logística terrestre, ferroviaria y portuaria.
- Inversión en infraestructura: Mejorar rutas, puertos y trenes de carga para reducir tiempos y costos de transporte.
- Mayor celeridad en trámites aduaneros: Agilizar procesos de importación y exportación para reducir costos administrativos y tiempos de espera.
4. Costos Financieros
- Desregulación del mercado financiero: Permitir mayor competencia en el sistema bancario y fintechs para que las empresas accedan a créditos más baratos.
- Incentivos al financiamiento en dólares: Facilitar el acceso a créditos en moneda extranjera con tasas más bajas para empresas con ingresos en dólares.
Si la administración Milei logra avanzar fuerte en estas medidas, muchas empresas podrían ver reducidos sus costos en dólares, mejorando su competitividad en el mercado global, y con ello el empleo argentino. Sin embargo, se necesitan acompañamientos políticos mayoritarios en el Congreso y entre los gobernadores para avanzar en muchos de estos puntos, lo que no va a ser tarea fácil para un gobierno en minoría parlamentaria.
Las administraciones provinciales y municipales ayudan en esta gesta, como es el caso de Mendoza y algunas otras (muy bien administradas desde lo fiscal), pero el mayor peso de las medidas recae en Nación, allí es donde tallan el grueso de los resortes de la política económica que tiene impacto real en los costos de producción de las empresas.
En síntesis, el desafío competitivo está planteado desde el primer día en que tanto Milei como Caputo empezaron a sostener, con gran énfasis, que no iban a darse más devaluaciones competitivas. Muchas de las medidas necesarias también están en el firmado Pacto de Mayo de 2024, sin embargo, hace falta un gran compromiso político para aplicarlas a fondo. Los años por venir mostrarán si estas reformas pueden ver la luz o no, y a qué ritmo, siendo las principales condicionantes de que pueda funcionar (a largo plazo) lo que intenta llevar adelante el presidente.