Cómo repartió su fortuna el magante brasileño de la televisión que murió este lunes
El magnate tenía una fortuna valorada en 1.600 millones de reales, según la revista Forbes.
El magnate brasileño de los medios de comunicación Silvio Santos, quien pasó de vendedor ambulante a dueño de un imperio que incluye uno de los mayores canales de televisión del país, murió a los 93 años.
Según el parte médico, Silvio Santos murió de bronconeumonía en la madrugada del sábado, después de haber estado hospitalizado en São Paulo con un caso de gripe H1N1 desde principios de agosto.
El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, compartió sus condolencias en X, llamando a Santos "la mayor personalidad de la historia de la televisión brasileña y uno de los grandes comunicadores del país".
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Santos estaba preocupado por evitar peleas por su herencia y decidió dejar todo en orden. Según información, el fundador de SBT dejó establecido en su testamento que sus bienes se dividirían entre sus seis hijas, Cintia, Silvia, Renata, Rebeca, Patrícia y Daniela, y su esposa, Íris Abravanel.
El magnate tenía una fortuna valorada en 1.600 millones de reales (US$ 328 millones), según la revista Forbes. En el reparto, cada hija, además de otros bienes y propiedades, recibiría el valor de 100 millones de reales.
¿Quién era?
Silvio Santos, nombre artístico que Senor Abravanel adoptó para su carrera mediática, fundó en los años 80 el canal SBT TV, uno de los tres más vistos de Brasil y durante años el único competidor real por audiencia de TV Globo, uno de los mayores conglomerados mediáticos de América.
A diferencia de otros magnates de la industria, Santos era también un showman, presentando regularmente sus propios programas de televisión hasta aproximadamente 2022.
Hijo de inmigrantes judíos sefardíes del antiguo Imperio Otomano que se instalaron en el barrio de Lapa de Río de Janeiro, Abravanel empezó a trabajar de adolescente vendiendo protecciones de plástico para tarjetas en la calle.
Una emisora de radio se fijó en él y le contrataron como locutor. Más tarde se pasó a la televisión y presentó programas en cadenas locales durante los años 1960-1970, incluida TV Globo, antes de fundar SBT TV en 1981.
Su imperio, que incluía una empresa de cosméticos, una firma financiera y activos inmobiliarios, fue valorado por Forbes en más de US$ 1.000 millones en 2016.