Señales de apoyo y cautela: cómo reaccionó el empresariado al nuevo rumbo económico

Qué espera el sector privado tras las medidas económicas del Gobierno y por qué piden avanzar con reformas estructurales.

El anuncio del acuerdo con el FMI y, sobre todo, la eliminación del cepo cambiario sorprendió a buena parte del empresariado argentino, que esperaba esa medida recién después de las elecciones. Sin embargo, la reacción fue inmediata: cámaras y asociaciones salieron en bloque a respaldar el nuevo rumbo económico impulsado por el Gobierno. La expectativa de que estas decisiones contribuyan a estabilizar la macroeconomía, estimular la inversión y generar empleo se reflejó en una avalancha de comunicados.

Desde entidades como la Asociación Empresaria Argentina (AEA), IDEA, AmCham, la Cámara Argentina de Comercio (CAC), la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Cadam y la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), el respaldo fue contundente. En general, valoraron el fin del cepo y el acuerdo con el Fondo como pasos necesarios para reordenar la economía y aportar previsibilidad en un contexto local e internacional desafiante.

El panorama que enfrentaba el Banco Central, obligado a vender dólares todos los días ante la escasa oferta y la fuerte demanda de los importadores, era insostenible, según voces del sector privado. A eso se sumaban señales inquietantes, como la inflación de marzo, que trepó al 3,7%, y la tensión global por la guerra comercial entre EE.UU. y China.

"Era necesario dar una señal. Estirar vencimientos con el FMI y sumar reservas ayuda a fortalecer la posición del BCRA", explicó un empresario financiero a Infobae, reconociendo que, pese a los riesgos, mantenerse en el esquema anterior representaba una amenaza aún mayor para la estabilidad.

Desde la UIA, aunque aún no emitieron su comunicado formal, fuentes internas destacaron el nuevo régimen de bandas cambiarias entre $1.000 y $1.400, y coincidieron en que esto podría mejorar la competitividad, tanto para exportar como para defender la producción local frente a las importaciones.

Su presidente, Daniel Funes de Rioja, ya había advertido que una devaluación aislada no resuelve los problemas estructurales del país. En ese sentido, reiteró la necesidad de avanzar con reformas profundas que apunten a mejorar la productividad.

Riesgos inflacionarios y equilibrio macroeconómico

Uno de los principales desafíos que plantea la medida es evitar que el salto del tipo de cambio se traslade a precios. Aunque el llamado "pass through" es una amenaza latente, referentes del sector señalan que la combinación de un mercado más abierto, menor demanda interna y disciplina fiscal podría atenuar ese impacto.

"Ya hubo ocasiones en las que se ajustó el dólar sin que eso se reflejara plenamente en la inflación. En este caso, el programa económico general aporta credibilidad y previsibilidad", consideró Santiago Mignone, presidente de IDEA, quien además celebró que los dólares del acuerdo con el FMI estén destinados a recomponer el balance del Banco Central y no a financiar el déficit fiscal.

Desde la Cámara de Supermercados Mayoristas (Cadam), destacaron que el esquema de bandas permite mayor flexibilidad cambiaria sin caer en una flotación caótica, y valoraron la eliminación de los pasivos remunerados y la prohibición de emisión para financiar el gasto como herramientas clave para atacar la inflación de raíz.

Reforma tributaria y menor presión fiscal

El titular de Adeba, Javier Bolzico, consideró que el entendimiento con el FMI es una oportunidad para consolidar la estabilidad y avanzar hacia un sistema tributario menos distorsivo. En esa línea, reclamó una reducción sostenida del gasto público para poder eliminar impuestos que afectan negativamente a la producción y la inversión.

Por su parte, desde la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss celebró el rumbo tomado y afirmó que las nuevas condiciones deberían impulsar las inversiones y facilitar la liquidación de exportaciones retenidas.

Inversiones, con cautela

Pese al optimismo inicial, los empresarios son cautos. Reconocen que el proceso de atracción de capital será gradual y que dependerá en gran medida del éxito del programa económico. "Es una apuesta fuerte. El Gobierno necesita que el agro liquide, que lleguen dólares y que el tipo de cambio se mantenga dentro de las bandas. Si eso se cumple, puede funcionar", señaló un industrial.

Otro referente empresarial agregó: "Nadie va a decidir una gran inversión de un día para el otro, pero puede ser el puntapié para que se reactiven decisiones que estaban en pausa".

En la CAC coincidieron: "Estas medidas abren una oportunidad concreta para recuperar el crédito, reactivar la confianza y atraer inversiones. Pero deben estar acompañadas por políticas de Estado orientadas a modernizar el sistema productivo, generar empleo y facilitar la inserción en el comercio global".

El diagnóstico es compartido: si bien el acuerdo con el FMI y el levantamiento del cepo son vistos como señales positivas, el verdadero desafío comienza ahora. El sector privado espera que la próxima etapa esté marcada por una agenda de reformas estructurales y alivio tributario, condiciones indispensables -afirman- para que la reactivación sea sostenible.

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