A pesar del apoyo de Milei, Caputo no consigue convencer al mercado

El presidente lo apoya públicamente, pero el ministro no consigue sintonía con los mercados, tanto locales como internacionales. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

Cuando el ministro de Economía Luis Caputo y Santiago Bausili, presidente del Banco Central, dieron la conferencia de prensa donde anunciaban cómo llevarían adelante la fase 2 del programa de gobierno, la situación de expectativa se transformó en otra de incertidumbre y desconfianza.

El presidente Javier Milei había anunciado que comenzaba la fase 2, que implicaba emisión cero, pero cuando se hicieron presentes el ministro y el titular del BCRA el mercado esperaba que anunciaran el levantamiento del cepo, pero no solo no dieron precisión, sino que, ante una pregunta, la respuesta fe "solo Dios sabe", algo que a los inversores los puso muy nerviosos.

Ante los primeros anuncios, no obstante, los mercados reaccionaron en forma positiva, el valor del dólar bue bajó, al igual que los financieros, pero cuando Caputo quiso aclarar, metió más la pata. Explicó el mecanismo por el cual cerrarán la última canilla de emisión, que habíamos señalado en estas columnas, que es la compra de dólares. El ministro se explayó afirmando que cuando compren dólares, luego los venderán en la proporción necesaria en los mercados financieros, como para eliminar ese circulante.

Las causas de las dudas

El primer factor que generó dudas fue que, al no haber una nueva devaluación ni abrirse el cepo, algunos analistas de mercado estiman que habrá menos flujo de dólares porque los exportadores no estarían entusiasmados en liquidar operaciones con el dólar atrasado. Cabe señalar que, con la reticencia de liquidar, queda casi un 60% de la cosecha de maíz y 70% de la de soja pendiente de ingresar divisas. ¿Es posible que los productores se estén financiando en el mercado bancario para aguantar?

No se sabe, pero lo concreto es que, a diferencia de lo que suele ocurrir, hay tanta retención de cosechas sin liquidar, que podría esperarse que el grueso de la cosecha gruesa se termine liquidando en el segundo semestre e, incluso, podría juntarse con los comienzos de la cosecha fina, en diciembre. Si bien no son los únicos exportadores, el flujo de divisas es poco y el gobierno debería pensar que hacer si todos los exportadores decidieran presionar por una nueva devaluación. Algún anuncio podría esperarse del próximo discurso del presidente en la Rural en Palermo.  

Las "dos buenas" para el Gobierno en medio de la desconfianza de los mercados

El segundo motivo de desconfianza surgió de la metodología anunciada por el ministro de comprar divisas en el mercado oficial y luego venderlas en el CCL, con una diferencia de $400 por dólar, haciendo una especie de maniobra especulativa que antes se criticaba los operadores en una operación que llamaban "rulo". La desconfianza, en este caso, reside en la capacidad que tendría el Banco Central de hacer frente a las obligaciones próximas, que se sitúan en el mes de enero, cuando hay vencimientos por us$ 8000 millones en bonos.

La respuesta del Gobierno

El Gobierno no reconocerá nunca que el dólar está atrasado, pero todas medidas y las explicaciones son para contrarrestar los efectos del atraso cambiario. Realmente sería mucho más fácil terminar con el cepo, pero los argumentos de gobierno, y de muchos economistas, es que aún hay demasiados pesos en circulación. Por eso la decisión de las autoridades de terminar esta semana con los puts, una especie de seguro para recuperar los bonos a elección de los bancos, que ponía mucho riesgo para el BCRA.

La estrategia de Milei, de la emisión cero, consistía en no emitir más moneda. Ya había suprimido la financiación del Tesoro, debía solucionar el pago de intereses de las Leliq a los bancos, algo que terminó de solucionar el viernes, rescatando el 80% de los puts. Y el tercero era eliminar la emisión para compra de dólares. Si bien esto fue lo que se anunció, luego vino una corrección y el anuncio de este mecanismo medio retorcido de emitir para comprar en el oficial y luego vender en el CCL para absorber los mismos pesos.

Y este pude ser un punto crucial para determinar las operaciones del BCRA. En principio, lo ideal sería que los exportadores liquiden directamente en el mercado, al valor del mercado y que el Tesoro sea el que compre dólares en el mercado para hacer frente a los vencimientos de deuda. El Banco Central solo debe tener reservas mínimas, aunque podría comprar y emitir si hubiera una gran demanda de pesos. Todo esto sería posible si no hubiera cepo.

No obstante, el gobierno anunció que el Tesoro, con parte del superávit que tiene acumulado, compraría us$2400 y los enviaría al Banco de New York para pagar vencimientos que operan en enero próximo, como dando entender que esa será la operatoria desde ahora y que será el Tesoro el responsable. Todo esto requiere de algo más: que el Tesoro tenga un superávit cada vez mayor porque, además, debe atende los vencimientos de los bonos en pesos y los intereses de las letras canjeadas. Por esta razón, los subsidios a las tarifas de los servicios públicos deberían terminarse lo más rápido posible.

Mientras tanto el mercado sigue día a día con las dudas respecto del precio del dólar blue. En realidad, lo que habría que mirar es el precio del CCL y el MEP, que son los más operados, ya que el blue tiene pocos jugadores y algunos especuladores lo usan para hacer negocios de oportunidad. Para saber qué futuro podría tener el valor en los mercados libres hay que ver la composición de la base monetaria, que representa todos los pesos en circulación. 

Crece la polémica por el envío de oro a Inglaterra

Con los datos actuales, no hay muchos pesos disponibles para pensar en una mega corrida del dólar y en días venideros la cantidad de pesos disponibles será cada vez menor, si el gobierno cumple su promesa. Caputo dijo esta semana que "la gente va a tener que vender dólares para pagar impuestos y el peso será la moneda fuerte" algo que enojó a mucha gente, pero mostró la determinación del gobierno de frenar la totalidad de las vías de emisión de pesos, pero un extraño cambio en el discurso oficial, de considerar al peso como un excremento a llevarlo al nivel máximo.

Luego deberán mirar con atención como juegan los bancos, ya que las entidades financieras han comenzado a prestar y comienzan a hacer andar el mecanismo del "multiplicador bancario", por el cual pueden llegar a prestar hasta 7 pesos por cada peso depositado y eso, en algún momento, puede ser una fuente de expansión monetaria, aunque lo veamos como una simple expansión del crédito. No obstante, lo pueden regular con los encajes.

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