China flexibiliza su política monetaria
El nuevo enfoque para la política monetaria representa el primer movimiento hacia una postura más laxa desde finales de 2010, según las declaraciones oficiales de las reuniones del Politburó.
China adoptará una política monetaria "más flexible" el próximo año, como parte de las estrategias para impulsar el crecimiento económico, según informó la prensa estatal el lunes, citando una reunión del Politburó. Este cambio representa el primer movimiento hacia una mayor flexibilidad desde 2010.
Además, se implementará una política fiscal más activa y se fortalecerán los ajustes contracíclicos "no convencionales", según informó Xinhua. El país también debe "impulsar con vigor" el consumo y expandir la demanda interna "en todas las direcciones", indicó el informe.
Estas declaraciones se originan de un comunicado oficial después de una reunión de los principales funcionarios del Partido Comunista, el Politburó, y preceden a la Conferencia Central de Trabajo Económico que tendrá lugar esta semana, donde se definirán los objetivos principales y las directrices de política para 2025.
En el próximo año, las autoridades deben adherirse al "principio de buscar el progreso mientras se mantiene la estabilidad", aprovechando los avances para garantizar estabilidad e impulsar la innovación, según Xinhua.
"Se debe implementar una política fiscal más proactiva y una política monetaria apropiadamente flexible, mejorando y refinando el conjunto de herramientas políticas, además de fortalecer los ajustes extraordinarios contracíclicos", señaló el informe.
El nuevo enfoque para la política monetaria representa el primer movimiento hacia una postura más laxa desde finales de 2010, según las declaraciones oficiales de las reuniones del Politburó.
El plan del gigante asiático
El banco central chino definió cinco posturas de política monetaria: "laxa", "apropiadamente laxa", "prudente", "apropiadamente estricta" y "estricta", con cierto margen de flexibilidad en cada una. China adoptó una política monetaria "apropiadamente laxa" después de la crisis financiera global de 2008, antes de cambiar a una postura "prudente" a finales de 2010.
Las acciones experimentaron un alza y los bonos de China mostraron una notable recuperación tras el cambio de postura del Politburó sobre la política monetaria, sugiriendo una mayor flexibilidad, en una acción parecida a la tomada en crisis anteriores.
Los rendimientos de los bonos de referencia a 10 años se redujeron en aproximadamente cuatro puntos básicos, hasta el 1.922%, lo que representa un mínimo histórico. El índice Hang Seng de Hong Kong (.HSI) aumentó un 2.8%, alcanzando su nivel más alto en un mes.
El crecimiento de China se ha visto frenado por el desplome del mercado inmobiliario, afectando la confianza y el consumo. Los inversores han estado expectantes de que el gobierno intervenga para estimular la economía.