Coleccionar monedas antiguas para recordar hitos de la historia nacional
Estos antiguos elementos sirvieron como intercambio no solo en nuestro país sino también en Bolivia y Chile y fueron acuñados en distintos lugares a lo largo de los años.
Pablo Ojeda es coleccionista de monedas del siglo XIX. En esta nota, ofrece deslumbrantes detalles de estos antiguos elementos que sirvieron como intercambio comercial en Argentina, Bolivia y Chile, los que fueron acuñados en distintos lugares a lo largo de los años.
-¿Cómo te presentarías?
-Soy Pablo Ojeda, arqueólogo con diez años de experiencia en el sector de la construcción. Me especializo en evaluaciones de impacto para proyectos de infraestructura, para asegurar que las obras respeten el patrimonio arqueológico. Colecciono monedas y billetes desde que tenía 7 años. Empecé a coleccionar revisando los vueltos de los viajes de mis padres y abuelos.
-¿Qué tiene de especial coleccionar monedas?
-Coleccionar monedas es como atesorar pequeñas ventanas que se abren al pasado. Cada una puede contarnos historias sobre diferentes épocas, eventos importantes o culturas distintas a la nuestra. Es una manera entretenida de aprender sobre una gran variedad de temas. Además, tienen una ventaja única en relación con otros coleccionables. Contando con un presupuesto razonable, alguien de clase media puede adquirir piezas de épocas tan diversas como el Imperio Romano, la Edad Media, la Revolución Francesa, la Segunda Guerra Mundial o la Guerra de Independencia Argentina.
Coleccionar billetes es algo similar, pero tiene una desventaja: aunque los primeros billetes surgieron en China en el año 812, su uso generalizado comenzó recién en el siglo XIX. Por eso, para ciertas épocas históricas no funcionan como esas "ventanas" al pasado que resultan ser las monedas.
-¿Cuáles son tus gustos a la hora de adquirir monedas?
-Si bien cuando empecé de chico, me llamaban la atención las monedas de todo el mundo, con el tiempo mi forma de coleccionar fue cambiando. Hace unos diez años, me desprendí de gran parte de mi colección de monedas mundiales y decidí enfocarme en las monedas acuñadas por Argentina en el siglo XIX.
-¿Cuál fue la primera moneda de nuestro país?
-Las primeras monedas argentinas se acuñaron en 1813, en la ciudad de Potosí, que hoy forma parte de Bolivia. Esto ocurrió durante la Segunda Expedición Auxiliadora al Alto Perú. En ese año, el Ejército del Norte dirigido por Manuel Belgrano, tomó el control de Potosí, en ese entonces el centro económico y financiero de España en Sudamérica. Allí se encontraba la Casa Real de Moneda, que producía una enorme cantidad de dinero en la época colonial. Después de la ocupación, se utilizaron esas instalaciones para crear las primeras monedas argentinas. Algunas de estas monedas eran de plata, mientras que otras, hoy mucho más raras, eran de oro.
-¿Cómo era el diseño de esas primeras monedas?
A diferencia de las anteriores, que mostraban el busto del rey y el escudo de España, nuestras primeras monedas poseían un diseño distintivo. En lugar de esos símbolos, incluían un sol radiante y el sello de la Asamblea del Año XIII. Son piezas con una gran historia y un diseño muy atractivo. Esto hace que tengan mucha demanda por parte no sólo de coleccionistas argentinos, sino también del resto del mundo.
-¿Cuánto tiempo se acuñaron nuestras monedas en Bolivia?
-La acuñación de las primeras monedas argentinas en Bolivia terminó a fines de 1813. Después de las derrotas en Vilcapugio y Ayohuma, el general Belgrano y sus tropas tuvieron que abandonar Potosí y regresar a Jujuy. Dado el valor estratégico de la Casa de Moneda para la economía regional, Belgrano ordenó su destrucción antes de retirarse. Se colocaron suficientes barriles de pólvora para volar el edificio y sus alrededores; se advirtió a los vecinos que se alejaran al menos 20 cuadras y se encendió una mecha larga, para dar tiempo a la retirada segura de las tropas. Sin embargo, el plan falló. Los barriles no explotaron porque un oficial mendocino, de apellido Anglada, fue persuadido para evitar la explosión por una dama potosina, con la que mantenía una relación sentimental. Anglada frustró el plan de Belgrano, salvando no sólo la Casa de Moneda, sino también buena parte de esa ciudad boliviana.
La traición de ese oficial mendocino permitió que, unos años después, en 1815, se reanudara la acuñación de monedas patrias. Esto ocurrió cuando el ejército independentista re-ocupó Potosí bajo el mando del general José Rondeau. En esta segunda serie de monedas, se decidió cambiar la denominación de las acuñaciones de plata. En lugar de los "reales", denominación que tenía una clara asociación con la monarquía, se adoptó el nombre de "soles", con un significado independentista.
-¿Y qué sucedió después de 1815?
-Después de 1815, Argentina experimentó un período de gran diversidad en su amonedación. Distintas provincias empezaron a acuñar monedas propias. Buenos Aires, por ejemplo, emitió monedas de cobre entre 1822 y 1854. Córdoba y La Rioja fueron las provincias donde más se acuñaron. Tucumán, Salta, Santiago del Estero y Mendoza también produjeron las propias, aunque en menor cantidad. Las de Mendoza se hicieron entre 1823 y 1836. Son monedas extraordinariamente raras, de las que hoy se conocen muy pocos ejemplares.
El sistema monetario argentino se consolidó recién hacia 1881, con la emisión de la serie de monedas conocidas como "patacones". Estas fueron las primeras en usar el nombre "peso", denominación que usamos actualmente. Hoy los patacones son un emblema para la numismática nacional.
-¿De qué materiales eran nuestras monedas?
-Durante el siglo XIX, la mayoría de las monedas se fabricaban en tres metales: oro, plata y cobre. No fue hasta 1896 que se empezaron a utilizar nuevas aleaciones, como el níquel y el bronce.
A diferencia de lo que ocurre hoy, en el siglo XIX las monedas en Argentina tenían un valor intrínseco, es decir que su valor estaba directamente relacionado a la cantidad y pureza del metal con que estaban fabricadas. Esta característica hacía que las monedas de otros países, con un valor metálico similar, fueran aceptadas y utilizadas en la vida cotidiana. Por ejemplo, en Mendoza era muy común el uso de monedas bolivianas de plata y en menor medida, algunas chilenas también.
-¿Qué recomendaciones darías para comenzar a coleccionar monedas?
-Aunque es fundamental manejar la colección del modo en que más se la disfrute, a alguien que está empezando, le aconsejaría:
· Comenzar por monedas accesibles y gradualmente, ir adquiriendo piezas más raras a medida que gana experiencia.
· Informarse sobre numismática a través de libros, catálogos y recursos online. Conectarse y buscar consejos de otros coleccionistas.
· Definir qué historia queremos contar con nuestra colección. Esto debería llevar al coleccionista a un objetivo y criterios que ayuden a delimitar qué tipo de monedas buscar. Al mismo tiempo, debe tener en cuenta que el foco de la colección posiblemente cambiará con los años, a medida se adquiere más experiencia. Esto es algo habitual.
· No limpiar las monedas. La limpieza suele rayar la superficie de la moneda, provocando también que pierda la pátina original. Esto reduce mucho su valor y es un error muy habitual.
-¿Qué catálogos recomendarías para consultar?
-Los catálogos de referencia más utilizados para monedas mundiales son las ediciones del Standard Catalog of World Coins, de editorial Krause. Para referencias de monedas argentinas, el catálogo más completo que existe es La Moneda Circulante en el Territorio Argentino, de Héctor Carlos Janson.
De todos modos, existen páginas web que también pueden resultar de gran ayuda: Numista (https://es.numista.com/), Colnect (https://colnect.com/es) y UCoin (https://es.ucoin.net/).
-¿Dónde acudir para saber sobre monedas que la gente tenga?
-Habitualmente asesoro a mucha gente, ya sean coleccionistas o gente que encuentra acumulaciones de monedas y billetes en algún rincón de su casa. Estoy a disposición si alguien quiere contactarse por alguna consulta concreta. La gente puede enviarme fotos de las piezas que tenga por Whatsapp. Mi celular es 2612099858. También existe el "Centro Numismático Mendoza" en calle Patricias Mendocinas de Ciudad y el "Centro Numismático Sur" en San Rafael.
-¿Proyectos futuros?
-Actualmente estoy investigando sobre los billetes que se emitieron en Mendoza durante la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. La provincia de Mendoza no sólo tuvo monedas, sino también billetes propios. La idea es publicar en algún tiempo un libro con la historia detrás de esos billetes.