Requete lindo patrio en San Martín
Marcela Muñoz Pan da cuenta de los eventos programados en San Martín por el 25 de Mayo, no sin convocar a la poesía para la conmemoración.
Fragmento de «Oda escrita en 1966»
Nadie es la patria. Ni siquiera el jinete
que, alto en el alba de una plaza desierta,
rige un corcel de bronce por el tiempo,
ni los otros que miran desde el mármol,
ni los que prodigaron su bélica ceniza
por los campos de América
o dejaron un verso o una hazaña
o la memoria de una vida cabal
en el justo ejercicio de los días.
Nadie es la patria. Ni siquiera los símbolos.
(...)
La patria, amigos, es un acto perpetuo
como el perpetuo mundo. (Si el Eterno
Espectador dejara de soñarnos
un solo instante, nos fulminaría,
blanco y brusco relámpago, Su olvido).
Nadie es la patria, pero todos debemos
ser dignos del antiguo juramento
que prestaron aquellos caballeros
de ser lo que ignoraban, argentinos,
de ser lo que serían por el hecho
de haber jurado en esa vieja casa.
Somos el porvenir de esos varones,
la justificación de aquellos muertos;
nuestro deber es la gloriosa carga
que a nuestra sombra legan esas sombras
que debemos salvar.
Nadie es la patria, pero todos lo somos.
Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante,
ese límpido fuego misterioso.
Fragmento de «Oda compuesta en 1960»
(...)
Patria yo te he sentido en los ruinosos
ocasos de los vastos arrabales
y en esa flor de cardo que el pampero
trae al zaguán y en la paciente lluvia
y en las lentas costumbres de los astros
y en la mano que templa una guitarra
y en la gravitación de la llanura
que desde lejos nuestra sangre siente
como el britano el mar y en los piadosos
símbolos y jarrones de una bóveda
y en el rendido amor de los jazmines
y en la plata de un marco y en el suave
roce de la caoba silenciosa
y en sabores de carnes y de frutas
y en la bandera casi azul y blanca
de un cuartel y en historias desganadas
de cuchillo y de esquina y en las tardes
iguales que se apagan y nos dejan
y en la vaga memoria complacida
de patios con esclavos que llevaban
el nombre de sus amos y en las pobres
hojas de aquellos libros para ciegos
que el fuego dispersó y en la caída
de las épicas lluvias de setiembre
que nadie olvidará, pero estas cosas
son apenas tus modos y tus símbolos.
Eres más que tu largo territorio
y que los días de tu largo tiempo,
eres más que la suma inconcebible
de tus generaciones. No sabemos
cómo eres para Dios en el viviente
seno de los eternos arquetipos,
pero por ese rostro vislumbrado
vivimos y morimos y anhelamos,
oh inseparable y misteriosa patria.
Jorge Luis Borges
La escarapela, esa mirada celeste y blanca que viste nuestros corazones, fue establecida como símbolo patrio a pedido del Gral. Manuel Belgrano en 1812, aunque ya se había creado en 1806 durante la primera invasión británica a Buenos Aires, el regimiento de Patricios fue el que estuvo a cargo de la defesa y conquista de la ciudad, habrían usado este símbolo blanco y celeste para reconocerse en la ciudad y las mujeres porteñas que apoyaron la reconquista también se sumaron al uso de la escarapela, siendo ellas las que pregonaron y sostuvieron el primer amor a la lealtad de la causa argentina.
El departamento de Gral. San Martín hoy saldrá a las calles a retomar esta tradición, de mirarnos los corazones teñidos de blanco y celeste con un desfile cívico, militar y escolar para esta conmemoración patriótica, porque como dice Borges "nadie es la patria, pero somos todos". Es una manifestación visceral que sale a festejar en una lluvia de papelitos y tal vez lluvia de un invierno que no llega, ese "viva la Patria" que nos cala hasta los huesos al escuchar el himno, a ver las comunidades educativas de blancos guardapolvos blancos pasar por las calles como si la victoria y la esperanza fueran de ellos, y yo creo que lo son, a los cuerpos militares que se reconocen en ese marco único de valentía y hermanamiento, a todos los civiles comprometidos en esta cohesión de una celebración que seguirá elevando los espíritus de todos los sanmartinianos. El desfile concluirá en el Museo Las Bóvedas con un exquisito chocolate caliente, tortas fritas (las amo), espectáculos, patio de comidas para disfrutar momentitos que abriguen sus corazoncitos. ¿No es requete lindo?
Y para terminar lo que sucederá hoy me despido con un poema que he aprendido de niña y que todavía amo recitar y ¡Feliz Día de la Patria!
La Patria
Julia Prilutzky Farny
Se nace en cualquier parte. Es el misterio,
-es el primer misterio inapelable-
pero se ama una tierra como propia
y se quiere volver a sus entrañas.
Allí donde partir es imposible, donde permanecer es necesario,
donde el barro es más fuerte que el deseo
de seguir caminando, donde las manos caen bruscamente
y estar arrodillado es el descanso,
donde se mira el cielo con soberbia
desesperada y áspera,
donde nunca se está del todo solo,
donde cualquier umbral es la morada.
Donde se quiere arar. Y dar un hijo.
Y se quiere morir, está la patria.