Al andar se hace camino

La Prof. Nené Ramallo continúa con sus imperdibles columnas sobre el idioma y las palabras que lo componen.

Profesora Consulta por la Universidad Nacional de Cuyo

Al oír musicalizado el poema de Antonio Machado, evoco una vez más aquellos versos "Al andar se hace camino /y al volver la vista atrás /se ve la senda que nunca /se ha de volver a pisar". Entonces, preguntamos la diferencia entre ‘caminar' y ‘andar'.

Si analizamos en primer término el verbo ‘caminar', vemos que posee varias acepciones: la primera y más común nos indica que este verbo significa "andar determinada distancia": "Tiene la disciplina de caminar diez kilómetros cada mañana".

Además, si se habla de una persona o de un animal, ‘caminar' es "ir andando de un lugar a otro", con sinónimos como ‘transitar', ‘trasladarse', ‘recorrer', ‘deambular': "Debe ir a su trabajo caminando porque hoy no hay transporte". Por otro lado, si se trata de una cosa inanimada, ‘caminar' indica que ella sigue su curso: "El tiempo pasaba y el reloj caminaba inexorablemente".

Otras veces, aunque el caminar no se materialice físicamente, con el uso de este verbo se quiere indicar que alguien se dirige a una meta y que avanza inexorablemente hacia ella: "No desista del objetivo fijado, persevere que va caminando correctamente".

Y existe la locución ‘caminar derecho', que señala, coloquialmente, que quien lo hace procede con rectitud: "Si hay algo que caracteriza su conducta es que siempre camina derecho".

Derivado del verbo, se nos da el adjetivo ‘caminante', también utilizable como sustantivo, que equivale a "viandante, peatón, transeúnte": "Los caminantes pueden ingresar al predio por ese costado". En cambio, el adjetivo ‘caminador' se reserva para quien camina mucho: "Es muy caminador, lo toma como un hábito saludable".

Para referirse a la acción de caminar, tenemos varios sustantivos: ‘caminata' se reserva para un paseo largo o fatigoso y, también, para un viaje corto que se hace por diversión: "Nos invitaron a una caminata por los alrededores". Ligero matiz diferencial posee ‘caminadera', término reservado para la acción reiterada de caminar mucho generalmente sin un propósito definido: "En el parque, a la mañana, ves a muchos que realizan sus caminaderas".

Aludimos antes a ‘caminador, -dora', como sinónimo de quien camina mucho: "Se trata de una persona muy caminadora"; pero, si se toma como un sustantivo masculino, nos estaremos refiriendo al aparato de apoyo, dotado de ruedas, que se desliza, al ser empujado, para ayudar a personas que tienen dificultades para caminar: "Ha progresado mucho desde que anda con su caminador".

Dijimos que "se hace camino al andar": ¿cuál es el matiz diferenciador de este verbo? Siempre se refiere al movimiento: si implica a un ser animado, ‘andar' es "ir de un lugar a otro, dando pasos, circular": "Por allí andan exclusivamente los niños"; si se refiere a objetos inanimados, puede ser equivalente a "moverse para ejecutar sus funciones": "El reloj ya anda bien después de la reparación". Si alude al tiempo, significa que transcurre o pasa: "Los años parecen andar rápido".

‘Andar' es muy rico en acepciones; en efecto, puede indicar que alguien se encuentra en determinado estado: "Anda muy triste últimamente"; además, puede señalar existencia, como en "¡Andaba cada loco suelto por la ciudad!"; otras veces puede referirse al modo de obrar: "Ella no anda con contemplaciones" o "Anduvo sin miramientos".

Hay otros usos diversos que conocemos y aplicamos: así, por ejemplo, usamos ‘andar' para indicar el punto exacto en que alguien se encuentra, ya en cuanto a su edad, ya en lo referente a una carrera o estudios: "Creo que debe andar por los cuarenta años" y "Está estudiando leyes, anda por tercer año de la carrera". Otro uso, seguido de un gerundio, sirve para denotar la acción indicada por este: "Me dijeron que anda vendiendo propiedades en la zona cordillerana". Además, puede dar a entender que se pretende en forma insistente algo: "Dicen que anda tras un puesto en ese lugar". En relación con la justicia, se usa ‘andar' para señalar que se busca con diligencia a alguien para aprehenderlo: "La policía anda tras los maleantes".

El verbo se hace interjección, ‘¡anda!', que puede usarse para diferentes expresiones: indica admiración o sorpresa, incita a hacer algo o indica alegría, por despique, si a alguien le ocurre algo desagradable; puede también tomar la forma ‘ándale'; otras veces, si se quiere apurar a alguien para que se dé prisa o para que empiece a cumplir una acción, se le dice "¡andando!": "Andando, ya es la hora de realizar lo previsto". Y, si no existe un tratamiento de tuteo con la persona con que se relaciona, se dirá ‘ande usted'.

Cuando se usa la locución ‘andar a derechas / a derecho', significa en forma coloquial que se obra con rectitud: "No va a tener problema alguno porque siempre anda a derecho".

En cambio, a nadie le agrada que le atribuyan que ‘anda/se echa a la briba' porque, con ello, se desea indicar que alguien es un holgazán o pícaro o que se da a este género de vivo: "Siempre se lo mira con desconfianza porque anda a la briba". En sentido análogo, aparece la locución ‘anda a la que salta', ya que con ella se connota coloquialmente que alguien se aprovecha, para sus fines, de cualquier acción que se le presenta: "Es un vivillo que siempre anda a la que salta".

Finalmente, hay dos locuciones que dan cuenta del modo de accionar de las personas: ‘andar tropezando y cayendo' muestra a quien comete varios errores o corre varios peligros consecutivos en algún trabajo o negocio: "No todo es color de rosa, anda tropezando y cayendo". Por su lado, la locución ‘todo se andará' da a entender que una cosa, que se creía olvidada, será ejecutada o tratada a su tiempo: "Tenga paciencia en relación con el problema porque todo se andará".