Pablo Neruda, a 50 años de la muerte del poeta
Fue ganador de un Premio Nóbel y férreo luchador contra la dictadura de Pinochet, pero un tramo de uno de sus libros volvió su figura controversial.
Si durante muchos años la obra literaria y el compromiso político hicieron de Pablo Neruda uno de los escritores latinoamericanos más importantes a nivel mundial que lo llevó en 1971 a obtener el Nobel de Literatura, otros aspectos de su vida privada empañaron su figura en los últimos años, bajo un signo de época que a 50 años de su muerte lo vuelve controversial y a la vez víctima de la dictadura pinochetista, sospechada de provocarle la muerte por envenenamiento.
Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, mejor conocido como Pablo Neruda, nació el 12 de julio de 1904 y pese a que tuvo un perfil político que desplegó en paralelo a la literatura -fue embajador en Francia, senador, miembro del Comité Central del Partido Comunista (PC) y precandidato presidencial- ganó popularidad como uno de los grandes poetas del amor, título que empezó a ganarse ya desde muy joven, cuando publicó "Veinte poemas de amor y una canción desesperada", que lo convirtió en el poeta más amado del siglo XX, el más memorizado y popular.
Bisagra en su devenir político fue la guerra civil española, que lo impulsó a militar en el partido comunista, al que perteneció hasta el final de su vida en 1973, pocos días después de la muerte de Salvador Allende, que marcó el final del gobierno progresista chileno.
En 1945, Neruda fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura de Chile. Pero las cosas se complicaron para el poeta cuando hizo pública su enérgica protesta por la persecución del entonces presidente Gabriel González Videla a los sindicatos. Valiéndose de su cargo de senador, el vate denunció esa situación, lo que provocó la persecución gubernamental y su posterior exilio en Argentina.
Tras su paso por Argentina, se exilió en México y más tarde viajó a la URSS, China y otros países de la Europa del Este. Durante su periplo, escribió una serie de poemas propagandísticos que le valieron el Premio Lenin de la Paz. De nuevo en Chile, su poesía adquirió una gran intensidad lírica y un tono general de serenidad. La obra central de esa época fue "Odas elementales", escrita entre 1954 y 1957. En 1956 se separó de su segunda esposa, Delia del Carril, para unirse a Matilde Urrutia, que sería su compañera hasta el final de sus días.
Si "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" fue un canto de amor juvenil, sus siguientes obras van mostrando su evolución y capacidad para tomar lo mejor de cada movimiento literario y para dar rienda suelta a un enorme potencial que vuelca en potentes imágenes como las que retrata en "Residencia en la tierra" (1933-1935), donde traslada la amargura del hombre sumergido en un mundo caótico. Un libro que sitúa a Neruda -junto a César Vallejo- en la cumbre del vanguardismo.
En 1971 el poeta recibió el Premio Nobel de Literatura, y la academia sueca, entre sus fundamentos para otorgarle el máximo galardón de las letras mundiales, sostuvo que escribía "una poesía que con la acción de una fuerza elemental da vida al destino y los sueños de un continente".
La figura de Neruda se volvió controvertida a partir de un breve tramo de su autobiografía, "Confieso que he vivido", en el que el autor evoca un "encuentro" en su pasado como joven diplomático en Ceilán (actualmente Sri Lanka) con una mujer pobre y paria cuyo trabajo era asear el sitio donde él se encontraba. "Una mañana, decidido a todo, la tomé fuertemente de la muñeca y la miré cara a cara. No había idioma alguno en que pudiera hablarle. Se dejó conducir por mí sin una sonrisa y pronto estuvo desnuda sobre mi cama", narra. Y concluye: "El encuentro fue el de un hombre con una estatua. Permaneció todo el tiempo con sus ojos abiertos, impasible. Hacía bien en despreciarme. No se repitió la experiencia".
Desde entonces, distintos colectivos feministas salieron a repudiar al poeta por este comportamiento que puede ser considerado una violación. También le cuestionan otro hecho: la actitud desaprensiva hacia su hija, Malva Marina, que murió de hidrocefalia a los 8 años cuando estaba al cuidado de unos amigos de la madre, a los ocho años. Una de las pocas menciones de Neruda hacia la menor es una carta que envía a unos amigos en Argentina, un testimonio que se ha vuelto a citar nuevamente por estos días. "Mi hija, o lo que yo denomino así, es un ser perfectamente ridículo, una especie de punto y coma, una vampiresa de tres kilos", le cuenta a su amiga Sara Tornú.
Neruda conoce a la madre de su hija, Maryka Antonia Hagenaar, en 1930, en Indonesia, donde el joven poeta es cónsul honorario en la isla de Java. La mujer, a quien el poeta rebautiza Maruca, era hija de colonos holandeses que llevan siglos en el sudeste de Asia, y solo se comunicará con él en inglés.
Con Neruda se traslada a Santiago de Chile y luego emigran a Buenos Aires, ya que el poeta había obtenido el cargo de agregado, lo que le facilitará contactos clave con españoles, como su par Federico García Lorca.
En junio de 1934, Neruda es transferido al Consulado chileno en Madrid, donde gracias a Lorca conoce a los escritores de la generación del 27, como Vicente Aleixandre y Miguel Hernández, María Teresa León y a otros republicanos. Ese mismo año publica en Madrid "Residencia en la tierra" y conoce a la argentina Delia del Carril, una mujer rica y afiliada al Partido Comunista francés, que le lleva 20 años al chileno. El flechazo será instantáneo, por lo que se convertirá en su segunda esposa. Precisamente en agosto de ese año, Maryka da a luz a Malva Marina Trinidad Reyes, quien nace con hidrocefalia.
El 8 de noviembre, Neruda se separa de Hagenaar y verá a Malva por última vez; partirá entonces con Delia del Carril, primero a Barcelona y luego a París. Entre su compromiso político y las restricciones financieras de ese tiempo tampoco podrá enviar dinero a su ex mujer y a su hija, que se refugian en Montecarlo y luego en La Haya, donde la mujer tiene familiares.
El 2 de marzo de 1943 Malva Marina muere a consecuencia de la hidrocefalia, pero también debido a que no ha recibido los tratamientos médicos recomendados. Neruda se entera de la muerte de su hija en México por un telegrama, que no responde.
Pese al olvido en el que fue sumido esta historia por muchos años, parte de estos hechos fueron condensados en dos novelas: "Es tan largo el olvido", de la holandesa Pauline Slot, sobre "Maryka" Hagenaar, y "Malva" (Del nuevo extremo), primera novela de la poeta Hagar Peeters, un monólogo que interpela a la figura de Neruda en una suerte de diatriba amorosa.