La Tierra se encuentra en el centro de una 'burbuja' vacía de 1.000 años luz de diámetro
Conocida como 'Burbuja Local', los astrónomos la descubrieron en la década de 1970 al darse cuenta de que en su interior no se habían formado nuevas estrellas durante los últimos 14 millones de años.
La Tierra, junto con el Sol y los demás planetas de nuestro sistema, se encuentra justo en medio de una 'burbuja vacía' de cerca de 1.000 años luz de diámetro. Sobre la superficie de esa burbuja, densas nubes de gas están dando a luz a miles de nuevas estrellas. Durante décadas, los investigadores se han preguntado qué fue lo que pudo causar esta burbuja. Y ahora, un nuevo estudio publicado hace unos días en Nature y llevado a cabo por investigadores del Centro de Astrofísica Harvard Smithsonian, el Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial (STSci), el Observatorio de Múnich y las Universidades de Viena y Toronto sugiere que por lo menos 15 supernovas diferentes 'inflaron' este enorme vacío cósmico, según ABC.
Conocida como 'Burbuja Local', los astrónomos la descubrieron en la década de 1970 al darse cuenta de que en su interior no se habían formado nuevas estrellas durante los últimos 14 millones de años.
Y que las únicas estrellas que hay dentro de ella o bien ya existían cuando ésta se formó, o bien nacieron fuera de ella y ahora la están atravesando. El Sol, sin ir más lejos, es uno de esos 'intrusos'.
Ya entonces se apuntó a varias supernovas como responsables de la creación de ese 'agujero' en el espacio. Las violentas explosiones estelares, propusieron los científicos, habrían arrojado los materiales necesarios para formar nuevas estrellas, como el hidrógeno, hasta el borde de un área enorme de espacio, dejando atrás un vacío (la Burbuja Local) rodeada por una frenética actividad de nacimiento de estrellas.
En el nuevo estudio, los investigadores hicieron un detallado mapa en 3D con las regiones de formación estelar que rodean a la Burbuja Local y, al hacerlo, calcularon también lo rápido que se está expandiendo. Lo cual permitió al equipo estimar con exactitud cuántas supernovas fueron necesarias para crear ese inmenso vacío cósmico y comprender mejor cómo surgen las regiones de formación estelar en la Vía Láctea.