Guillermo Marconi, en los orígenes del mundo contemporáneo
En esta serie que comenzamos hoy sobre Grandes Protagonistas de la historia mundial veremos vida y obra de quienes nos precedieron dejándonos un legado tecnológico, científico y cultural.
Telegrafía sin hilo
Guglielmo Marconi fue el iniciador de una de las mutaciones más extraordinarias en los orígenes del mundo contemporáneo: su invento, un sistema de telegrafía sin hilos desarrollado en 1895, inició las comunicaciones por radio. Gracias a su capacidad para combinar una habilidad tecnológica singular y un espíritu emprendedor concreto, Marconi se dedicó al desarrollo de su invento y, a lo largo de una carrera que duró cuarenta años, fue inventor, empresario, científico, gran protagonista y más. todo innovador del sector que había iniciado con apenas veinte años: el de las comunicaciones inalámbricas.
Nacido en Bolonia el 25 de abril de 1874, de padre italiano (Giuseppe, un rico terrateniente dedicado a la gestión de importantes propiedades y diversas actividades comerciales) y de madre irlandesa (Annie Jameson), Guglielmo Marconi tampoco siguió un curso de estudios tradicional. Esto porque la familia se mudó en numerosas ocasiones, primero a Inglaterra y luego a Toscana. En Livorno, el joven Marconi tomó clases particulares en el campo científico y desarrolló un fuerte interés por la ingeniería eléctrica, que exploró en profundidad con Vincenzo Rosa (1848-1908), profesor de física en la escuela secundaria local y única figura del profesor. que Marconi reconoció más tarde, repasando los años de su formación.
En el laboratorio instalado en casa de su padre en Villa Griffone, en la campiña boloñesa (hoy el Lugar se llama Pontecchio Marconi), el joven se dedicó a experimentos y a lecturas de notable nivel (estaba, entre otras cosas, suscrito a la revista «L'Elettricità»), desarrollando pronto la ambición de convertirse en inventor. Desde su primer proyecto técnico (el intento, emprendido a los dieciocho años, de crear una nueva batería eléctrica para presentarla en un concurso internacional convocado por «L'Elettricità»), mostró interés por las aplicaciones tecnológicas concretas y su posible explotación comercial. Tuvo la oportunidad de discutir sus primeros proyectos con Augusto Righi, conocido profesor de la Universidad de Bolonia involucrado en importantes experimentos sobre ondas electromagnéticas; pero tras recibir la sugerencia de terminar sus estudios, decidió dedicarse en total secretismo al proyecto que inició a los veinte años y que revolucionaría el mundo de las telecomunicaciones. La obstinación en intentar innumerables modificaciones y la excelente habilidad manual fueron elementos decisivos para permitirle mejorar algunos dispositivos (en particular, perfeccionó el detector de ondas electromagnéticas - el coherer - dándole una sensibilidad excepcional) y para la introducción de la antena, un elemento fundamental elemento del sistema Marconi.
En 1894 comenzó a realizar experimentos con ondas electromagnéticas (en aquel momento objeto de investigación en muchos laboratorios de investigación europeos), con la intención de utilizarlas como medio para enviar señales a distancia sin recurrir a los habituales cables de telegrafía. Es bien sabido que la elección de Marconi, de veintiún años, de ir a Londres para desarrollar su propio sistema de radiotelegrafía estuvo a menudo asociada a una supuesta negativa o desinterés de las autoridades italianas (¿nadie es profeta en su tierra, no?) ante un intento de contacto del joven- hombre. El joven inventor sabía que en Londres podría contar con el apoyo de varios familiares para perseguir dos objetivos importantes: garantizar el reconocimiento legal y científico de su invento y encontrar las mejores condiciones para la explotación comercial de la radiotelegrafía.
Entre manifestaciones públicas y numerosos contactos hubo momentos de tensión, hasta el punto de inflexión decisivo: en julio de 1897, tras una considerable presión de su primo Henry Jameson Davis, Marconi fundó la Wireless Telegraph & Signal Company (más tarde conocida como Marconi Company). En sólo seis años, durante los cuales actuó como un verdadero pionero de la nueva tecnología, Marconi logró una hazaña verdaderamente sensacional para la época: en diciembre de 1901 se eliminaron las señales invisibles e inalámbricas, que hasta hace unos años no traspasaron los muros de los laboratorios científicos, fueron enviados al otro lado del Atlántico.
El desafío transatlántico fue el mayor desafío de toda la carrera de Marconi y lo afrontó con sólo veintisiete años: al ganarlo, sentó las bases sólidas para un vasto desarrollo de las comunicaciones por radio, cuya relevancia constituye un legado extraordinario de su trabajo tenaz. Estas características le convirtieron en un gran protagonista de las primeras décadas del siglo XX: con apenas treinta y cinco años fue el primer italiano en ganar el Premio Nobel de Física (1909); a los cuarenta años fue nombrado senador del Reino de Italia, y en esos mismos años su nombre fue asociado insistentemente a los servicios de radio para la seguridad en el mar.