Silvia Garguir: embajadora de los ponchos argentinos
Silvia Garguir es considerada Embajadora e historiadora cultural del Poncho argentino. Desde hace más de veinte años desarrolla su labor viajando por el país y enseñando nuestra historia a través de esta prenda.
Silvia Garguir, gran conocedora de la historia y características de nuestros ponchos, fue invitada a Singapur por el Embajador argentino de ese país, el pasado mes de julio. Viajó por ser considerada una especial representante cultural argentina para una celebración doble.
Silvia Garguir Masera, es considerada Embajadora e historiadora cultural del Poncho argentino. Desde hace más de veinte años desarrolla su labor viajando por el país y enseñando nuestra historia a través de esta prenda, un elemento físico que permite mostrar también distintas particularidades: sus partes, usos y la toda la indumentaria del gaucho y la paisana. En esta ocasión, realizó un largo viaje al ser elegida para exhibir parte de su colección en Asia y enarbolar así nuestras raíces y tradiciones.
-¿Cómo llegó la invitación al evento?
El Embajador argentino en Singapur, Dr. Mauricio Nine Sánchez, quien conocía mi trayectoria, me invitó especialmente a una importante actividad que se desarrolló del 11 al 14 de julio en el Paragon mall, ubicado en la capital de ese país. Esta interesante actividad fue planificada y llevada a cabo entre nuestra Embajada conjuntamente con el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Singapur. La ocasión de este evento era la conmemoración conjunta de los 50 años de relaciones diplomáticas entre Argentina y Singapur, el día de nuestra Independencia y el día del Tango.
-¿Qué obsequios ofreciste a las autoridades?
-Para el señor Embajador llevé especialmente el poncho oficial de la República Argentina. Está realizado enteramente en lana celeste con una guarda lisa blanca y nuestro escudo. Al Canciller de Singapur, Vivian Balakrishnan, le regalé un poncho rojo con detalles en amarillo oro. Elegí esos colores porque para los singapurenses, el rojo representa la fraternidad universal y la igualdad entre los hombres, en tanto que el color oro significa el progreso y la prosperidad. El Embajador no residente de Singapur en Argentina, Leong Horn Kee, lució el poncho tucumano, por ser el lugar donde se declaró nuestra Independencia.
El poncho que llevé puesto durante el evento fue el del Bicentenario, dado que celebrábamos nuestra fecha patria. Mi marido estaba vestido con uno negro que ostentaba cabezas de caballos, simbolizando la llegada de estos animales a la Patagonia, traídos por los españoles.
El 11 de julio tuvo lugar el acto protocolar que inició con los discursos de las autoridades ante la presencia de numerosos diplomáticos acompañados por sus cónyuges. El resto de los días todos los visitantes del mall, pudieron disfrutar de la exposición de los 30 ponchos que forman parte de mi colección.
-¿Cómo se desarrolló el acto de apertura?
-Previamente a la inauguración, algunos estilistas proveídos por la Embajada, colocaron los ponchos en maniquíes sobre tarimas y les agregaron elementos urbanos para mostrar a la gente que esta vestimenta ancestral también puede utilizarse con accesorios de moda. Para acercar y hacer conocer aún más nuestra cultura, se realizó un video que fue proyectado en pantalla gigante. El video mostraba los animales que proporcionan las fibras y lana para la confección de nuestros ponchos e incluía imágenes de la gente con sus manos curtidas, se dedican a diario a teñirlos y tejerlos.
-¿Qué otras actividades tuvieron lugar?
-Dado que el 11 de julio es el "Día Nacional del Tango", una pareja singapurense bailó sobre el escenario. Un músico tocó el bandoneón para acompañarlos y se inauguró en la entrada del mall una escultura en homenaje a Aníbal Troilo. Su creador es el escultor argentino Daniel Brandimarte. Finalmente, el público pude disfrutar también de una exposición a cargo del fotógrafo y diplomático argentino Andrés Basbus.
-¿Cuál fue tu principal tarea?
-Como representante de nuestra tradición y específicamente del poncho, acompañé al Canciller a recorrer todos los maniquíes vestidos con estas prendas que representaban a cada provincia argentina. Fui explicándole en inglés las características y particularidades de cada uno de ellos. Es importante destacar que se encontraban presentes los representantes del cuerpo Diplomático de todos los países del mundo acreditados en Singapur. Eran alrededor de 300 personas, embajadores, cónsules, agregados culturales, traductores, secretarios y personal de seguridad. Todos los presentes mostraron su admiración por esas prendas originarias de un país tan alejado de ese lugar de Asia, lo cual permitió visibilizar en ese distante país de un modo tangible, la riqueza histórica y diversidad cultural y paisajística de nuestro extenso país y su pueblo.
Se me ocurrió llevar también la música cuyana de Sergio Santi que se escuchó en distintos momentos de la ceremonia y obsequié algunos CD a las autoridades. Se degustaron vinos de una conocida bodega mendocina y la televisión de Singapur estuvo presente transmitiendo en directo las partes principales del evento.
-¿Unas palabras finales?
-Quiero agradecer enormemente al Sr. Embajador, a las autoridades de Singapur y al personal encargado de nuestra visita, por ofrecernos una hermosa estadía en ese lejano país. Fuimos tratados como huéspedes de honor, conocimos lugares y tradiciones singapurenses y logramos transmitir parte de nuestra rica cultura argentina a muchas personas del sudeste asiático y de los países que participaron en el evento.