Bougainville y el sueño soberano

Entre las paradisíacas islas de Oceanía, Bougainville busca convertirse en un nuevo Estado soberano en el corto plazo.

Entre las paradisíacas islas de Oceanía, Bougainville busca convertirse en un nuevo Estado soberano en el corto plazo. Las fechas que se han colocado, la mirada de los pobladores y los antecedentes de esta isla perteneciente a Papúa Nueva Guinea.

En medio de las montañas de Papúa Nueva Guinea y de las aguas del Pacífico, la isla de Bougainville busca comenzar su vida independiente como Estado soberano. Esta región, marcada por un pasado de conflicto y resiliencia, ha fijado el año 2027 como su horizonte para convertirse en la nación más joven del mundo.

El proceso que busca culminar en la independencia arrancó con fuerza en 2019, cuando el 97,7 % de los 300 mil habitantes de Bougainville (un poco más que Guaymallén) votaron a favor de separarse de Papúa Nueva Guinea en un referéndum histórico no vinculante. Fue el desenlace de décadas de lucha, incluido un sangriento conflicto que dejó 20.000 muertos y que finalmente fue pacificado con un acuerdo en 2001.

Durante reuniones en Wabag (en la isla norte de Nueva Guinea), el presidente de Bougainville, Ishmael Toroama, y el primer ministro de Papúa Nueva Guinea, James Marape, trazaron un cronograma que incluye la transferencia de poderes a las autoridades locales para 2023 y la redacción de una constitución propia. Todo apunta a que, en 2027, Bougainville emitirá una "declaración de independencia". Incluso, en la reciente Conferencia de la Semana de las Inversiones, el presidente Toroama invitó a los países asiáticos a "ser parte de nuestro viaje".

Mientras Toroama insiste en una soberanía completa y palpable, Marape pide cautela. "No podemos apresurar este proceso; el futuro de nuestra nación está en juego", afirmó. La decisión final recae en el parlamento de Papúa Nueva Guinea, cuyos 111 miembros aún deben ratificar la independencia. Las dudas y los temores de que esta separación pueda fragmentar un país de gran diversidad étnica y lingüística están sobre la mesa.

Pero Toroama lleva un mensaje claro: "No hay nada que temer de un Bougainville independiente. Seguiremos siendo hermanos melanesios". Con estas palabras, busca calmar las aguas y dar esperanza a los suyos.

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