Arquitectura y patrimonio de Malargüe
Memo realizó una entrevista de lujo a un matrimonio de excelentes y experimentados profesionales que realizan su trabajo en el Sur de la provincia desde hace mucho tiempo.
Laura Salgán, es Doctora en Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata, Investigadora del CONICET en el Instituto de Evolución, Ecología Histórica y Ambiente y Profesora de Arqueología de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo.
Hugo Tucker, es Licenciado en Antropología de la Universidad Nacional de La Plata. Está a cargo del área de Proyectos Patrimoniales de la Dirección de Promoción y Políticas Turísticas de la Municipalidad de Malargüe y es Profesor en la Tecnicatura Superior en Conservación de la Naturaleza, con sede en ese departamento.
¿Qué van a mostrarnos de Malargüe?
En el año 2007, por iniciativa de las autoridades municipales, se pusieron en marcha trabajos para la puesta en valor de sitios patrimoniales del área urbana y periurbana del Departamento. Vamos a compartir con ustedes los trabajos de rescate, restauración y conservación arqueológicos, realizados en los edificios patrimoniales correspondientes al área fundacional de fines del siglo XIX. Dicha área se encuentra en el acceso Norte de la ciudad sobre la ruta 40 y comprende 52 hectáreas donde encontramos sitios patrimoniales y también edificios públicos.
¿Cuál fue su tarea y la de los demás investigadores?
Los trabajos realizados en los sitios históricos se encuadran en un proyecto mayor que vincula el contexto histórico de La Orteguina con el resto de la región y definimos tres líneas de investigación:
1) Aportar evidencias de la presencia indígena en el periodo de conformación del estado nacional, de los modos de interacción de los distintos grupos sociales y de la forma en que se determinó el nuevo escenario social cultural;
2) Conocer el modo de ocupación hispano criolla del territorio, los predios que albergaron edificios conspicuos y los distintos usos del espacio;
3) Conocer los cambios en la dinámica poblacional del sector ubicado entre los ríos Salado y Malargüe entre los siglos XVI y XX.
¿Cuál fue el contexto histórico?
A principios del siglo XIX, el territorio actual del departamento presentaba un componente social y cultural multiétnico, compuesto por poblaciones originarias, mestizos, criollos y escasa población inmigrante, que compartían un paisaje de límites y fronteras, sociales y geográficas fluctuantes, distinto al conocido en la actualidad. Esta situación favoreció la integración de un vasto circuito social y comercial, que interconectaba las regiones que se venían afianzando desde los siglos XVII y XVIII y perduró hasta el siglo antepasado.
La necesidad de agrandar el territorio del nuevo Estado Nacional y de ampliar la economía, complejizaron el contexto político social y cultural. El proyecto de expansión de la "frontera interna" fue instrumentado a través de la "Campaña al Desierto", justificando el genocidio a través de la aniquilación cultural, ideológica y física de las poblaciones originarias en diferentes incursiones en sus territorios, comenzando con la fundación del fuerte de San Rafael en 1805, luego con la del fortín de Malargüe en 1848 y culminando en 1879 con la campaña de Los Andes, a cargo del Teniente General Rufino Ortega.
Paralelamente, las leyes de enfiteusis otorgaban tierras a oficiales y soldados que hubieran participado de las luchas "contra el indio", lo que aseguraba el cambio de manos de ese recurso de 'indios' a 'blancos' y la invisibilidad de los pueblos originarios para las historias regionales. En este marco, el gobierno de Mendoza otorgó en concesión, las tierras de Malargüe, al entonces Teniente General Rufino Ortega. Los reiterados intentos de ocupar los campos ubicados al sur del río Salado y los denominados "potreros de cordillera", se hicieron efectivos una vez culminada la incursión militar de1879.
¿Qué comprende la Estancia La Orteguina?
En ese espacio se reconocen 4 espacios edificados, con declaratoria patrimonial: los Corrales históricos de Rufino Ortega, el edificio de la antigua Capilla Nuestra Señora del Rosario, el Molino harinero histórico de Rufino Ortega y la Casa de la estancia donde hoy funciona el Museo Regional Malargüe "Don Jorge Luna". Queremos compartir con ustedes los trabajos realizados en la Antigua Capilla y en el Molino histórico. Creemos importante destacar que la restauración de las estructuras la hicieron obreros municipales sin capacitación previa. A medida que las obras avanzaban fueron adquiriendo las habilidades necesarias para la recuperación de las construcciones.
Capilla Nuestra Señora del Rosario
Actualmente el bien está bajo la custodia de la Municipalidad y según la Ley Nº 6500 del 17 de junio de 1997 se declaró Patrimonio Cultural y Monumento Histórico de la Provincia, la casa, corrales y capilla del que fuera el casco de la estancia La Orteguina.
Los trabajos de restauración y conservación comenzaron ese mismo año y se llevaron a cabo por un equipo interdisciplinario, compuesto por la Arquitecta Adriana Saua (que ya fue entrevistada por ustedes), el Historiador Ernesto Ovando, La Dra. Laura Salgan, 4 técnicos en conservación y obreros municipales con conocimiento en construcción de tierra cruda. El edificio tuvo una segunda intervención en el año 2009 a cargo de la arquitecta Sofía Donegane, del Lic. Hugo Tucker, del Historiador Sergio Eshler y tres técnicas en conservación.
"La Dra. Laura Salgán en acción"
El bien patrimonial está compuesto por un conjunto de construcciones de adobe, formado por un edifico principal de 13,60 metros de largo por 4,20 metros de ancho destinado a la capilla y está acompañado por siete habitaciones con distintas funciones.
En la etapa de intervención, se procedió a la restauración de la nave central con actividades de remoción de materiales y sedimento: remoción de revoques de cemento y adobe, restitución de adobes, costura de grietas, refuerzo de cimientos, impermeabilización de acequia y nivelación del terreno. Como estas tareas podían afectar el registro arqueológico ocasionando la pérdida de materiales y objetos del pasado, se planteó una metodología de rescate para la conservación de estos bienes.
En el proceso de restauración se excavó (siguiendo estos lineamientos de preservación) una superficie equivalente al 90% del total del área bajo intervención. El análisis estratigráfico y documental permitió diferenciar dos contextos arqueológicos e históricos. El primero, se ubica temporalmente entre las décadas de 1830 y 1932, denominado contexto rural. El contexto urbano o segundo periodo de análisis, se corresponde con el momento de gradual aumento de la población y reacondicionamiento del espacio religioso estudiado.
En el año 1932, se produjo la erupción del volcán Quizapu. La emisión de cenizas afectó particularmente al poblado de Malargüe, posibilitando su identificación estratigráfica y marcando el comienzo de un proceso económico y social distinto al precedente. Se estudió el cambio de modelo feudal agroganadero de Rufino ortega (1830-1930) al de poblado urbano (1930-2000), diferente de un ámbito rural. Este desarrollo implicó cambios en la organización económica y social de la región, en el número de habitantes, en el acceso a los recursos y en los modos de ocupación del espacio. Estuvo basado principalmente en la cría extensiva de ganado caprino a través de la trashumancia, modo de vida ya conocida con anterioridad y en la incorporación de la minería y el petróleo en forma más tardía.
Molino Histórico Harinero de Rufino Ortega.
En el año 2011 comenzaron las tareas de restauración y puesta en valor de este importante sitio declarado Monumento Histórico Nacional en 1962.
El antiguo molino habría sido construido entre los años 1880 y 1884, utilizando como mano de obra las poblaciones originarias capturada durante las campañas militares de fines del siglo XIX. La producción económica de la estancia se basaba en la cría de ganado vacuno, caballar, caprino y ovino. El molino formaba parte de los molinos harineros de todo Cuyo que se encargaban de procesar los cultivos de la región, destinados al consumo interno y la exportación. La Orteguina habría funcionado hasta la década de1930, cuando las tierras pasaron a manos del Banco Hipotecario por las deudas que poseía la familia.
Los trabajos arqueológicos y dirección estuvieron a cargo de dos equipos de investigación: uno dirigido por la Dra. Laura Salgan, del Dpto. de Antropología Ambiental y el segundo por el Lic. Hugo Tucker en ese momento responsable del Área de Arqueología del Centro Regional de Investigaciones y Desarrollo Cultural de la Municipalidad de Malargüe. El grupo de trabajo quedó conformado por una empresa privada contratada según el requerimiento del pliego de obra y una parte pública gestionada desde la Municipalidad. Esto aseguró el monitoreo constante de todas las tareas realizadas y el cumplimiento de las normativas legales patrimoniales.
Los trabajos de intervención, recuperación y conservación tuvieron como objetivo el rescate integral de los cuatro espacios del conjunto edilicio que en la actualidad siguen en pie: el Depósito" y la Sala de máquinas del "Molino" como así también las dos Habitaciones anexas en ruinas al oeste contiguas a la sala de máquinas (que cuenta con dos plantas). Tanto el depósito como la sala de máquinas fueron intervenidos en el año 1995, cuando se los reforzó con columnas de cemento y vigas de vinculación, cimientos, paredes y encadenados, dando al edificio una estructura antisísmica.
El depósito tiene 40 metros de largo por 12 de ancho y la sala de máquinas 20 metros de largo por 12 de ancho. Ambos cubren una superficie de 720 metros cuadrados. En la pared oeste de la sala de máquinas se encuentran dos habitaciones anexas de 16 metros de largo por 6 metros de ancho, que cubren 96 metros cuadrados.
El conjunto presenta en su construcción, cimiento de roca volcánica identificada como ignimbrita. Los muros de adobe tienen un espesor de un metro que varía entre 90 y 70 centímetros de ancho en el área más elevada de la sala de máquinas. Originalmente el techo poseí cumbreras y la carpintería de alomo cubiertos por una enramada de jarilla (a modo de cielorraso) y sobre ésta una capa de barro de 10 a 15 cm de espesor, recubierta por alquitrán. En la actualidad los techos se remplazaron por chapas de zinc.
Las tareas se intervención arqueológica se planificaron en tres etapas integradas. Los materiales recuperados fueron procesados, inventariados y analizados en el laboratorio del área de Arqueología del Centro Regional de Investigación y Desarrollo Cultural de la Municipalidad. Se excavaron en total 62 cuadrículas y la cantidad estimativa de materiales arqueológicos recuperados, entre restos óseos, metales, vidrios, líticos y otros fue de 40.000.
Estas tareas permitieron encontrar en el sector interno del depósito, tres niveles distintos de solares y la tolva que comunicaba con la sala de máquinas. En la primera habitación se hallaron restos de herramientas que posiblemente fueran para el mantenimiento de la maquinaria de moler. En el extremo Sureste y en el muro Sur de la sala de máquinas se encontró el canal que servía para impulsar y generar energía hidráulica para la maquinaria de molienda. Son muchos los espacios que pudieron reconocerse y lograron cotejarse los distintos usos que tuvieron, en base a todo lo hallado.
¿La Capilla y el Molino pueden visitarse hoy?
Ambos sitios son públicos y se encuentran gestionados por la Municipalidad. La antigua Capilla Nuestra Señora del Rosario, fue el primer museo de sitio habilitado en Malargüe. Se puede visitar el edificio de la nave principal y observar las diferentes modificaciones edilicias que se realizaron para componer el espacio religioso. Las excavaciones arqueológicas a la vista cuentan las diferentes formas en que se ocupó y aprovechó este lugar. La construcción adjunta que funcionó como despacho parroquial hoy es una sala del museo donde encontramos exhibidos los materiales y objetos arqueológicos recuperados en las tareas de rescate. Se suma una secuencia cronológica con la historia del edificio y también pueden observarse fotos e imágenes de la vida social de la Capilla aportada por la comunidad malargüina, dando vida e identidad patrimonial a la historia de la capilla.
El caso del molino es bastante particular. En mayo de 2012 se terminaron los trabajos de restauración y se inauguró, habilitándolo como espacio cultural identitario y museo de sitio. Este lugar funcionó como espacio comunitario donde se hicieron talleres, muestras, proyecciones documentales, encuentros del club de ciencias y astronomía, conversatorios de comunidades originaria, entre muchas otras actividades. En el interior del edificio, gracias a las excavaciones, se pueden ver los distintos pisos de ocupación, la tolva, el entrepiso de la sala de máquinas y la piedra de moler. En el exterior, los cimiento originales y las construcciones del patio interno. Por pedido y reconocimiento de las poblaciones originarias se construyó un espacio de memoria por el significado simbólico que representa el molino en cuanto a los hechos de la campaña del desierto reconociendo lo sucedido. Lamentablemente hoy el Molino Histórico se encuentra cerrado, debido a una secuencia de hechos desafortunados, que reflejan la importancia de gestionar el patrimonio más allá de los gobiernos políticos de turno. Solo existe la posibilidad de visitarlo y observarlo externamente.
¿Sus proyectos futuros?
Queremos continuar con las excavaciones del patio interno del Molino para determinar los espacios en uso de ese sector, integrándolo al resto del edificio y nos gustaría también ampliar los trabajos realizados en los Fortines correspondientes a fines del siglo XIX.