La NASA descubrió túneles en la Luna en el mismo lugar donde Neil Armstrong estuvo en 1969

La cueva está situada en Mare Tranquillitatis, la llanura de lava donde Neil Armstrong pisó la Luna por primera vez en 1969 en la misión Apolo 11. Los datos de radar sugieren que la cueva tiene unos 45 metros de ancho y hasta 80 metros de largo.

Nuestro satélite natural es uno de los misterios más fascinantes del espacio. Aunque está a una distancia muy corta de la Tierra, hay una infinidad de preguntas que no hemos podido resolver. 

Ahora, la NASA ha revelado que la Luna posee túneles subterráneos que podrían ser la clave para que astronautas pasen largas temporadas en su superficie (y debajo). Esto es lo que sabemos.

Después de medio siglo

Por al menos 50 años, la ciencia ha debatido la existencia de túneles en la superficie de la Luna. Sin saber con certeza su contenido o siquiera si son reales o no, se ha teorizado sobre su posible origen, contenido y sobre todo utilidad. El nuevo estudio publicado por Nature Astronomy contiene información del pozo lunar Mare Tranquillitatis. Explorado por el Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA, este agujero en la superficie de nuestro satélite a revelado ser un túnel de lava.

Así se ven las entradas

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¿Habitar los túneles de la Luna?

Si bien es cierto que las condiciones de la Luna hacen imposible que un humano pueda pasar mucho tiempo en su superficie, este nuevo descubrimiento abre la posibilidad de estancias más largas en el satélite ya que estar bajo "tierra" podría proporcionar de una protección nunca antes vista. Estos agujeros ofrecen el resguardo de la radiación y de los impactos de objetos espaciales, razones que no habían permitido largas estancias en la superficie lunar.

Medidas y ubicación. La cueva está situada en Mare Tranquillitatis, la llanura de lava donde Neil Armstrong pisó la Luna por primera vez en 1969 en la misión Apolo 11. Los datos de radar sugieren que la cueva tiene unos 45 metros de ancho y hasta 80 metros de largo. Cuentan los investigadores que no es el enclave más propicio para construir una futura colonia, pero donde hay una cueva, podría haber muchas más.

Qué sabemos del pozo. Mare Tranquillitatis es el más profundo conocido. Tiene alrededor de 100 metros de ancho y paredes tan empinadas que pueden sobresalir. Eso lo convierte en uno de los pocos lo suficientemente grandes como para detectar características internas con la resolución que podría proporcionar el radar del LRO. De hecho, el nuevo estudio reveló una mancha brillante en el lado oeste del pozo en las imágenes de radar.

Ubicación

Aunque las medidas que se le suponen a la cueva en las simulaciones no darían para una ciudad, los investigadores creen que es lo suficientemente grande como para albergar una base lunar. Además, se piensa que el suelo de la cueva es lo suficientemente plano como para ser utilizable (podría tener una pendiente máxima de 45 grados). Sí, hay más de 100 metros desde la entrada de la cueva hasta la superficie, pero en la baja gravedad lunar eso podría no ser un impedimento importante.

Pros de vivir en una cueva así. Lo cierto es que existen una serie de ventajas significativas a la hora de construir una base lunar en una cueva como la descubierta. Como explicaron los investigadores, la construcción en una cueva así es mejor que en la superficie de la Luna, porque protege contra los rayos cósmicos y la radiación solar (perjudiciales para el ser humano y golpean constantemente la superficie lunar).

No solo eso. También por la estabilidad térmica (en interior hay temperaturas más estables), por la protección contra micrometeoritos (las rocas de la cueva proporcionan un escudo natural contra los impactos), o por la disponibilidad de recursos, ya que las cuevas podrían estar más cerca de una fuente de agua helada u otros minerales.

Vida complicada. Con todo, Mare Tranquillitatis, como decíamos, no es el mejor lugar para "vivir". Se sabe que el pozo carece del otro ingrediente crucial para habitar la luna: el hielo. Es casi seguro que existe agua congelada en los polos lunares, particularmente en el polo sur, de hecho, eso es lo que mueve toda la carrera por aterrizar allí.


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