Similitudes y diferencias: qué dice el proyecto de Chile de Impuesto a la Riqueza
En Chile es para personas que detenten un patrimonio igual o superior a US$22 millones, y según la diputada Karol Cariola (PC) esto abarcaría a 1.900 personas que en conjunto suman un patrimonio de cerca de US$200 mil millones.
El Partido Comunista, la Democracia Cristiana y el Socialismo de Chile plantea en el Congreso un Impuesto a la Riqueza, con objetivos similares al presentado por Máximo Kirchner y Carlos Heller en la Argentina, aprobado el viernes pasado.
Según explican medios chilenos que ponen en contraste su proyecto, "en Argentina, esta ley abarcaría a más de 12 mil personas que declararon un patrimonio mayor al equivalente a US$2,5 millones".
En tanto, en Chile es para personas que detenten un patrimonio igual o superior a US$22 millones, y según la diputada Karol Cariola (PC) esto abarcaría a 1.900 personas que en conjunto suman un patrimonio de cerca de US$200 mil millones.
El impuesto que tendrán que pagar los de mayores ingresos en Argentina va desde el 2%, que es el mínimo y se aumenta progresivamente a medida que sube el patrimonio, hasta llegar a 3,5%, cuando la fortuna declarada supere los US$35 millones. En total, habría 380 personas con un patrimonio declarado de este último nivel en Argentina, por lo que el dinero que pagarán al fisco representará el 55% del total recaudado por el nuevo tributo.
Pero esas tasas son para los bienes que están ubicados dentro del mismo país, ya que en caso de que se encuentren en el extranjero, los activos pagarían tasas más altas, que van desde 3% a 5,25%. Esto último, siempre y cuando no se repatrien al menos el 30% de los activos dentro de dos meses.
En Chile, en cambio, la propuesta es que este impuesto transitorio sea el equivalente al 2,5% del patrimonio de las personas más ricas de ese país.
Con todo, el gobierno argentino espera recaudar unos US$3.500 millones que prometió usar en planes productivos y sanitarios. En tanto, de acuerdo a la propuesta chilena, el establecimiento de este impuesto podría allegar recursos al fisco equivalentes a US$6.500 millones.
Según los parlamentarios que impulsan este proyecto, esa recaudación permitiría implementar políticas públicas de emergencia social y económica, tales como una Renta Básica de Emergencia, por sobre la línea de la pobreza ($369.205 para un grupo familiar de 3 personas. Casen, abril 2020), al menos al 80% de los hogares más vulnerables, por 3 meses, sin distinguir entre trabajadores formales e informales, lo que beneficiaría a cerca de 11 millones 500 mil personas.
Por otro lado, según la agencia de noticias AFP, en Argentina, el 20% del monto que se recaude será destinado para garantizar el abastecimiento de suministros médicos, 20% para socorrer a pymes, otro 20% para becas estudiantiles, 15% para desarrollos sociales y el 25% restante para proyectos de gas natural.
Si bien en Argentina el proyecto fue ingresado al Parlamento por el kirchnerismo, en Chile fue presentado por un grupo de diputados de oposición, entre los cuales están Gabriel Ascencio (DC); Karol Cariola (PC); Daniel Núñez (PC); Camila Vallejo (PC); Giorgio Jackson (RD); Luis Rocafull (PS); Alejandra Sepúlveda (Federación Regionalista Verde Social) Alexis Sepúlveda (PR); Raúl Soto (Independiente) y Esteban Velásquez (Federación Regionalista Verde Social).
En otros países
Estos seis países aplican actualmente un impuesto a la riqueza o impuesto patrimonial no tradicional[3]. El patrimonio afecto corresponde a los activos menos los pasivos (deudas) y en algunos casos se descuenta la vivienda habitual (España y Colombia) u otro tipo bienes (Uruguay). Los montos exentos, aquella parte del patrimonio que no paga impuesto, en 3 de ellos es bastante bajo, afectando a capas medias y medias altas; a pesar de este problema, el impuesto patrimonial perdura y con un alto porcentaje de recaudación respecto del total de la recaudación tributaria y del PIB (Suiza y Uruguay).
El caso de Colombia es interesante, se implementó en 2002 con el apoyo del FMI y ha sufrido varias modificaciones (aumento del monto desde el cual se paga el impuesto, incorporación de una tasa única, mejores medidas en la fiscalización, etc.), logrando actualmente recaudar un 0.4% del PIB, contribuyendo con el 2,7% del total de impuestos, sin afectar a las capas medias. Mas importante aún, existen pruebas de que la aplicación del impuesto patrimonial ha contribuido a reducir sustancialmente la evasión del impuesto a la renta (Londoño-Vélez, 2017).
Por su parte, otro país de la región, Uruguay, aplica el impuesto desde 1996, logrando una recaudación equivalente a casi un 5% del total de país, y, pese a no cumplir con todas las exigencias que uno podría pedirle a un tributo de este tipo, ha sido considerado como exitoso (CEPAL, 2017).
El caso de Suiza es también muy importante. A pesar de mantener un secreto bancario estricto este impuesto ha contribuido casi el 4% de la recaudación total. Una de las principales razones para su éxito ha sido el eficaz sistema desarrollado en Suiza para valorar los activos que no se transan en mercados y su muy intenso uso de los sistemas de transparencia de la información disponible en la OCDE para todos los países miembros.
Un problema frecuente en los países considerados es que varios de ellos aplican una variedad de tasas y también el hecho que las tasas varían con el tipo de activos. Esto aumenta la complejidad del sistema y facilita la evasión. Este problema es agravado por el hecho que estos países aplican el impuesto a una gran número de individuos incluyendo parte de las clases medias.