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El derrotero de las terceras fuerzas que llegaron gracias al drama de consumidores y usuarios

Un antecedente al rol de "oficialismo alternativo" de José Luis Ramón lo dio otra fuerza con un referente que surgió, también, de la presunta defensa desde los medios de usuarios y consumidores. Pero hay más casos.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

La historia es quien debe dar su veredicto sobre el derrotero de las terceras fuerzas políticas en Mendoza que llegaron a otorgarle a sus efímeros líderes algún cargo de exposición pública, tras apalancarse en el drama de los usuarios y consumidores.

Hoy es José Luis Ramón quien vive "su momento" y logró que Mario Vadillo y Marcelo Romano integren la Legislatura local al transformar a la ONG Protectora y sus programas radiales en una fuerza política. Pero hubo otros nombres a lo largo de los años, sobre todo desde el clamor que pedía "que se vayan todos", que intentaron representar el descontento de la ciudadanía y lo lograron, aunque se esfumaron tan rápidamente como llegaron.

Así, el ex fiscal de Estado Aldo Giordano conformó por el año 2001 el Frente Integración Social para un Cambio en Libertad (FISCAL), que llevó al Congreso de la Nación al abogado Daniel Esaín, quien si bien tenía una anterior militancia radical y había ejercido el derecho laboral, se hizo popular por sus columnas en defensa de usuarios y consumidores. 

Esaín fue pionero en esto de formar un bloque "oficialista alternativo": en 2004 se sumó a un colectivo en la Cámara de Diputados de la Nación al que llamaron Convergencia y que presidió Francisco Gutiérrez (Polo Social) e integraron, además del mendocino, Miguel Bonasso, José Roselli, Araceli Méndez de Ferreyra, Diego Sartori y Daniel Carbonetto. "Sin ser oficialistas queremos apoyar al Gobierno", señalaron en tiempos de Néstor Kirchner.

Esaín falleció en 2013 ya fuera de la vista del ambiente político.

Como escisión a este grupo surgió otro fenómeno temporal: el de Ricardo Puga, "El Defensor", y su partido Proyecto Independiente Mendoza (PIN). También se mostró en los medios como quien resolvía los problemas de las personas perjudicadas por los servicios de empresas públicas y privadas, pero no llegó más allá que la Legislatura provincial y, luego, desapareció de la vida pública.

Y en ese mismo tren podría sumarse a Cristina Zuccardi de Flamarique con el Frepaso, pero con algo a su favor: su impulso a la ONG de defensa de usuarios y consumidores Prodelco (Protección del Consumidor) fue en paralelo a una trayectoria política que la precedía: no la usó de catapulta. Las activistas Susana Yelich y Marta Rizzo no cayeron en la tentación partidaria, aunque nadie pudo negarles que tuvieran y hasta defendieran sus ideas.

Finalmente el caso del FIT debería categorizarse en otras razones y aspectos, ya que su ingreso a cargos legislativos municipales, provinciales y a la banca de Nicolás del Caño vino por el lado del "voto bronca", que recogieron no solo en los sectores populares que dicen representar, sino con una performance de alto nivel de votantes en zonas como la Quinta Sección, el barrio Dalvian y Chacras de Coria.

Hoy Protectora está compuesta por gente que, ante temas puntuales, opina distinto y culpa a quien exhibe sus contradicciones por ponerlos en evidencia. Pero, volviendo al inicio, el trabajo de evaluar su desempeño y aportes a la democracia es una tarea que le corresponderá al tiempo y su paso inexorable.

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