Un nuevo tiempo, también para el comercio

Desde que asumí como legislador me enfrenté a muchos desafíos, siempre con el eje puesto en dejar una huella positiva en la vida de los mendocinos. Creo que el horario corrido de comercio en Mendoza será un pequeño, pero gran aporte, para la provincia que merecemos. Una provincia que promueva un ambiente más sustentable para todos sus habitantes, que incentive de manera integral la salud de la ciudadanía, teniendo en cuenta su calidad de vida en innumerables aspectos: su desarrollo económico, sus relaciones familiares, la salud física y psíquica de cada uno de los individuos que la integran, como así también el cuidado del ambiente y la utilización de energías limpias.

La seguridad, que no es un tema menor, es otra de las razones que me motivaron a presentar este proyecto. Es de público conocimiento y está a la vista de todos que durante esta época de pandemia, con la consecuente limitación en el horario de circulación en horarios nocturnos, se vio ampliamente reducida la actividad delictiva. Que podamos salir de nuestros hogares con luz solar y regresar a ellos antes de que anochezca, se ve traducido en múltiples beneficios, que han sido considerablemente probados por la ciencia.

El ahorro en el transporte, al no tener que regresar a sus domicilios durante la siesta para luego volver a asistir nuevamente a sus lugares de trabajo, significaría un alivio económico mensual para muchos trabajadores. Sin hacer mención de la optimización del tiempo y de la mejor predisposición para cumplir con sus tareas.

Este proyecto de ley, además, contempla el horario escalonado para la administración pública y las entidades bancarias. Esta estrategia sería de mucha utilidad a la hora de reducir los embotellamientos, haciendo más fluido el tránsito vehicular y generando mejores condiciones para el uso de medios de transportes más sustentables.

Durante estos últimos meses, los mendocinos hemos comprobado que somos capaces de adaptarnos a grandes cambios. Se han puesto en manifiesto cualidades que siempre tuvimos como sociedad. La solidaridad, el respeto por las normas que apuntan al bien común, la responsabilidad, la tolerancia y la paciencia han sido valores que prevalecieron en la mayoría de nosotros. Somos ejemplo para otras provincias, en muchos aspectos.

Hoy nos encontramos ante una situación de fuerza mayor que nos enfrenta con nuestras propias creencias y tradiciones, que nos hace rever hasta los hábitos más arraigados. Algunos de ellos muy beneficiosos que decidimos conservar y otros, que sentimos la necesidad de revisar.

Estamos, como nunca antes, ante una oportunidad invaluable. En este contexto, es necesario que tracemos planes que nos proyecten hacia un futuro a corto y a largo plazo mucho mejor para vivir. En este marco, pensando en ese concepto de "nueva normalidad" tan escuchado durante esta época, es que debemos orientar nuestras acciones. El comercio, el turismo, la gastronomía, la educación, la organización de la sociedad toda, necesitan adaptarse a una realidad que ya no es ni será la misma.

Es cierto que a veces la incertidumbre nos domina, pero tenemos que trabajar en equipo para encontrar soluciones eficaces y nuevos caminos para salir de esto. Lo que se viene puede ser muy superador de lo que teníamos antes de la pandemia. Para eso necesitamos animarnos, romper viejas estructuras, aprovechar esta gran oportunidad y mostrarle al mundo que los mendocinos podemos superarnos siempre. Es ahora, Mendoza se merece reabrir este debate y darse la oportunidad de vivir mejor.