Ocho años de prisión para dos mendocinos por el envío de más de mil kilos de cocaína a Canadá

Dos hombres fueron condenados por integrar una empresa falsa con la que se enviaba el estupefaciente hacia Montreal, acondicionado en cargamentos de cuarzo.

El Tribunal Oral Criminal Federal N° 2 de Mendoza condenó a ocho años de prisión a dos personas por el tráfico de más de una tonelada de cocaína a Canadá. Orlando Maturano y Alejandro Rigoletti fueron hallados responsables de exportar el estupefaciente en cargamentos de cuarzo a través de una empresa falsa con una sociedad integrada por "prestanombres". En el juicio intervino la Fiscalía General ante ese tribunal, a cargo de Gloria André.

La causa comenzó como una investigación derivada de otra conocida como "Bobinas Blancas", en la que se detuvo a seis personas que exportaban cocaína dentro de bobinas de acero. En julio de 2017 se iniciaron las actuaciones para ahondar en una posible maniobra de narcotráfico, luego de que fuese hallada en Montreal, Canadá, más de una tonelada de clorhidrato de cocaína escondida en un cargamento de cuarzo. La investigación determinó que la firma Tele Exbe SA, establecida en Mendoza, era la encargada de la exportación de este mineral, tanto desbastado como picado en bloques y en placas.

Según pudo confirmar la AFIP-DGI, durante 2015 se registraron 25 operaciones de exportación de cuarzo, 24 de ellas ante la aduana de la ciudad de Mendoza, y una en la de San Rafael. Al año siguiente, se realizaron otras 25 operaciones en Mendoza, todas con destino a Canadá y facturadas a una misma firma: Starlight FarEast Trading. En comparativa, las exportaciones de cuarzo a países como Canadá, México y España tuvieron poca actividad, de las cuales casi la totalidad de ellas estuvieron a cargo de Tele Exbe.

La firma se constituyó en 2013, con un domicilio fiscal en San Rafael, Mendoza. En junio de ese mismo año se realizó una transferencia de acciones y designación de nuevas autoridades, de las que luego se pudo confirmar que ninguna de ellas poseía una solvencia económica suficiente que justificase el giro comercial ni los montos operados por la empresa. El único empleado declarado en blanco, Rigoletti, poseía más bienes que los integrantes iniciales, y nunca se pudo identificar quién era el proveedor de la firma, ya que no estaba declarada como empresa productora.

Conforme la acusación, Maturano desarrolló las gestiones administrativas contables y de logística para garantizar el funcionamiento de la firma, mientras que Rigoletti llevó adelante diversas tareas de operario bajo la pantalla legal de la empresa

El cargamento enviado a Montreal fue interceptado gracias a la información recibida por las autoridades canadienses, ya que los perros detectores de narcóticos no pudieron advertir la presencia de cocaína, dado que se encontraba acondicionado en bloques de cemento. Por esta operación fueron detenidos dos ciudadanos canadienses y otro costarricense. Luego de notar la intervención de Tele Exbe en la exportación, se concluyó que la empresa era en realidad una sociedad con "prestanombres".

Para poder llevar a cabo la maniobra, conforme la acusación, Maturano desarrolló las gestiones administrativas contables y de logística para garantizar el funcionamiento de la firma, mientras que Rigoletti llevó adelante diversas tareas de operario bajo la pantalla legal de la empresa en cuestión, participando del almacenamiento y preparación de las cargas en las cuales disimular la cocaína exportada.

De esta manera, ambos fueron imputados por el delito de contrabando de estupefacientes en calidad de coautores penalmente responsables. Para el Ministerio Público Fiscal, Maturano y Rigoletti "realizaron diferentes aportes para el tráfico de estupefacientes en las modalidades antes mencionadas con división de funciones y en el marco de la organización delictiva de la que formaban parte, con el objetivo ulterior de llevar a cabo su contrabando a Canadá".

Al momento de ser enviados al debate oral se destacó también "una desarrollada capacidad operativa y de traslado, como también un poderío económico para llevar adelante el contrabando de sustancia ilícita que, en el caso, solo fue desbaratado por la pericia en el accionar del personal de División Operaciones Federales de la Policía Federal Argentina". Pesa además un pedido de captura internacional sobre dos ciudadanos mexicanos, que serían los líderes de esta organización: Gustavo Martorell y Arturo Rendón.

En su alegato, la fiscal André solicitó que Rigoletti y Maturano fueran condenados a ocho años de prisión por ser partícipes primarios, al considerar que las dos personas prófugas serían los responsables detrás de la maniobra. El Tribunal impuso la pena solicitada por el Ministerio Público Fiscal, pero cambió la figura a la de coautores.

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