Opinión

Cómo explicar la Navidad a los niños y una pedagogía de la inclusión

A nivel pedagógico no puedo dejar pasar esta ocasión para reflexionar sobre cómo explicar la Navidad a los niños.

José Jorge Chade
Presidente de la Fundación Bologna Mendoza

Cuando se acerca la Navidad, es fácil dejarse llevar por el torbellino de las compras y las listas de regalos. Sin embargo, el verdadero espíritu de la Navidad va mucho más allá de lo que hay bajo el árbol. Para los padres, es un momento precioso para transmitir a los niños valores profundos como la generosidad, la gratitud y el amor a la familia. Exploraremos algunas ideas prácticas para hacer de la Navidad una celebración significativa en la que los niños puedan aprender el valor de compartir, de la comunidad y de la unión familiar.

¿Qué es la Navidad además de regalos?

La Navidad se asocia a menudo con el intercambio de regalos, pero su verdadero valor reside en un significado mucho más profundo: es una época en la que se invita a las personas a reflexionar sobre el amor, la unión y la conexión con los demás. Contar a los niños el verdadero significado de la Navidad significa ayudarles a entender que los regalos son sólo una pequeña parte de esta celebración y que hay valores, como la solidaridad y la generosidad, que duran mucho más que cualquier juguete. Este enfoque anima a los niños a vivir la Navidad como un momento especial para dar afecto y crear vínculos más fuertes con sus familiares y amigos.

Empecemos por la generosidad: cómo enseñar a los niños el placer de dar

Uno de los valores fundamentales de la Navidad es la generosidad. Es importante que los niños comprendan que el verdadero placer está en dar sin esperar nada a cambio. Para acercarles a este concepto, los padres pueden proponerles actividades sencillas pero significativas, como hacer pequeños regalos a mano o escribir tarjetas para amigos y familiares. Estos pequeños gestos pueden ayudar a los niños a descubrir lo gratificante que es hacer felices a los demás.

Contar historias de generosidad es otra forma de inspirar a los niños. Se pueden compartir historias navideñas o cuentos de hadas sobre personajes dispuestos a ayudar a los demás, enseñándoles que la Navidad también es una oportunidad para hacer del mundo un lugar mejor, un pequeño paso cada vez.

La magia de la gratitud: por qué es importante dar las gracias

Hace unos días por este medio exploramos también la gratitud. La Navidad también es una época ideal para enseñar a los niños la importancia de la gratitud. Una forma divertida y atractiva de hacerlo podría ser crear un «tarro de la gratitud»: d los niños pueden escribir en una tarjeta una cosa por la que se sientan agradecidos y añadirla al tarro. Este ritual puede convertirse en una valiosa oportunidad para reflexionar sobre los pequeños y grandes momentos de felicidad, donde reside la verdadera magia de la Navidad.

La gratitud ayuda a los niños a reconocer y apreciar lo que tienen, haciendo de la Navidad una celebración más profunda y memorable. Al enseñar a los niños a dar las gracias, les ayudamos a crecer con una visión positiva de la vida.

La inclusión educativa y social: la Navidad como tiempo de comunidad

La Navidad es una celebración de comprensión e inclusión, un momento para sentirse parte de una comunidad más amplia. Implicar a los niños en actividades benéficas o de voluntariado es una forma concreta de enseñarles lo que realmente significa la Navidad. Participar en iniciativas como recoger juguetes para los menos afortunados, visitar una residencia de ancianos para llevar buenos deseos y sonrisas o contribuir a una recogida de alimentos son gestos sencillos que pueden transmitir a los niños el valor de la solidaridad.

A través de estas experiencias, los niños pueden aprender que todos formamos parte de una gran familia y que incluso una pequeña ayuda puede marcar una gran diferencia. Así, la Navidad se convierte para ellos en una época de conexión y pertenencia.

Afecto y unión: el corazón de la Navidad para vivirlo en familia

Más allá de los regalos y las celebraciones, la Navidad es ante todo un tiempo de afectividad y unión familiar. Los padres pueden crear pequeños rituales que hagan especial este periodo, como hacer juntos el árbol, hornear galletas navideñas o leer cuentos de Navidad o mirar películas navideñas. Estos momentos compartidos no sólo ayudan a los niños a comprender el valor de la unión, sino que también crean recuerdos preciosos y duraderos.

A través de estos sencillos gestos, los niños pueden experimentar el amor y el calor familiar que hacen que la Navidad sea única. Es este espíritu de cercanía y afecto lo que está en el corazón de la Navidad, un mensaje que permanecerá con ellos para siempre.