La estabilización macroeconómica 2024: ¿Qué nos espera en 2025 en economía, política y sociedad?
El análisis de Rubén Zavi sobre la evolución de las políticas de Javier Milei en el año que se inicia.
Año de contrastes. Así podría resumirse el 2024 en Argentina bajo la gestión de Javier Milei. Mientras el gobierno celebra la estabilización de indicadores económicos clave, como la caída de la inflación y el superávit fiscal, en los hogares persisten las dificultades. La narrativa oficial habla de un "camino hacia la libertad económica", pero el camino social aún se percibe empinado.
Los indicadores sociales: la cara invisible del ajuste
Pero el éxito macroeconómico tiene un costo visible en la calle. Si bien las variables financieras se ordenan, las sociales continúan deteriorándose.
La pobreza y la indigencia, aunque tienen un leve retroceso todavía mantiene números devastadores, sumado que el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones no logra alcanzar la velocidad de los precios, especialmente en alimentos y servicios esenciales
El empleo formal se estanca, mientras crece la precarización laboral y la informalidad, golpeando con fuerza a las clases medias y bajas.
El consumo se desploma. La recesión y el ajuste fiscal recortan los ingresos de millones de familias, que priorizan lo básico y aplazan cualquier gasto adicional, baja en el consumo privado (-3,2%), consumo público (-4,0%).
El desempleo crece. La tasa de desocupación mostró un ascenso de 1,2 p.p., de 5,7 % a 6,9% en comparativa del tercer trimestre del 2023 al 2024
En barrios y fábricas, la sensación es otra: la espera por un "rebote" económico no termina. Y esa percepción será central para el humor social en 2025.
El relato del éxito: los indicadores económicos
Desde el inicio de su gestión, Milei apostó todo al equilibrio macroeconómico. La receta incluyó un ajuste fiscal inédito, la eliminación de la emisión monetaria y la apertura de mercados. Los resultados no tardaron en aparecer: tales como que la inflación mensual, aunque aún alta, muestra signos de desaceleración, el superávit fiscal se convirtió en la bandera de un gobierno que promete austeridad y eficiencia y los mercados financieros, con un dólar estable y mayor confianza inversora, parecen dar crédito al plan.
Desde la comunicación política, estos logros son amplificados. El pasado 14 de diciembre de 2024 Milei, al recibir el Premio Milton Friedman, reafirmó su compromiso con el liberalismo y aprovechó para proyectar confianza hacia dentro y fuera del país. "No hay futuro en el intervencionismo estatal", sentenció, reforzando su relato de cambio cultural y económico.
¿Qué nos espera en 2025?: Economía, política y sociedad
El año próximo promete ser de definiciones. A la espera de resultados concretos, el gobierno enfrenta tres desafíos clave:
Economía:
El 2025 será el año de la prueba. La estabilización debe traducirse en crecimiento económico. Sin inversión privada, generación de empleo y aumento del poder adquisitivo, el plan corre riesgo de agotarse.
La sociedad en tensión:
El ajuste económico afecta a los sectores más vulnerables y deja en el horizonte posibles conflictos sociales. El gobierno deberá decidir cómo manejar una población que exige soluciones rápidas y concretas. La promesa de "libertad económica" será puesta a prueba por el bolsillo de los argentinos.
Elecciones de medio término:
Las legislativas de 2025 serán un termómetro clave. Para Milei, el desafío será mantener su base electoral con una narrativa de cambio que, hasta ahora, no muestra resultados palpables en la sociedad. La oposición, fragmentada pero expectante, buscará consolidarse como una alternativa creíble.
Estabilización sin alivio
El gráfico refleja con claridad el complejo panorama social del país. La inseguridad lidera las preocupaciones con un 65%, mostrando el temor cotidiano de los ciudadanos. Le siguen la incertidumbre económica (54%) y la inflación (53%), indicadores que afectan el poder adquisitivo y generan angustia sobre el futuro. La combinación de estos problemas profundiza un clima social marcado por el malestar, donde la falta de respuestas visibles y la persistencia de ajustes económicos mantienen el descontento generalizado, tensionando el vínculo entre gobierno y sociedad.
El cierre de 2024 deja un gobierno fortalecido en lo discursivo, pero debilitado en lo social. Mientras Milei insiste en que la estabilización es el único camino, los argentinos aún esperan señales de alivio. El 2025 definirá si el equilibrio macroeconómico logra dar frutos en la vida cotidiana o si la paciencia de la sociedad se agota.
En tiempos de crisis, las palabras ordenan, pero son los resultados los que finalmente convencen.