Quién es Miguel Pesce, el mendocino en el centro de la escena nacional desde el Banco Central
Este técnico con 30 años de experiencia en la gestión, aunque de origen radical, es de confianza del Presidente. Miguel Pesce, el mendocino que más influye a nivel nacional, en silencio y lejos de los flashes.
Miguel Ángel Pesce tiene que tener el doble de cuidado que cualquier otro miembro del gobierno nacional a la hora de dar un paso: camina en territorio minado. Si bien nadie duda de su capacidad técnica, para la surtida canasta ideológica que compone el Frente de Todos es un "bicho raro" que alguna vez fue radical. Podrá decirse que Leopoldo Moreau y Ricardo Alfonsín también. Pero cuando se trata de manejo de tareas técnicas, como la que le toca al frente del Banco Central, los radicales (o ex) son más sospechosos que cuando ejercitan el biri biri de comité. Es que lo financiero no admite guitarreo y lo otro, sí.
Ahora está en el centro de la escena por las medias tomadas para controlar al dólar.
Según Infobae, Pesce, mendocino con origen en la zona este, "ensayó una suerte de disculpa el día después de haber endurecido el cepo cambiario hasta el límite. Le dijo a una agencia internacional que las restricciones se suavizarían una vez que el Gobierno termine la negociación con los acreedores. Le trasladó así la responsabilidad a Martín Guzmán. Un público pase de factura al ministro de Economía, que desde el 10 de diciembre viene dando vuelta con la renegociación de la deuda, cayó en default y ahora definiría la tercera prórroga para cerrar el canje, ante las dificultades para llegar a un acuerdo definitivo con los bonistas".
Marcelo Bonelli contó en TN que "Pesce culpa a Guzmán por la incertidumbre que genera en el país la falta de acuerdo con los acreedores de la deuda externa. Cree que la poca adhesión a la propuesta argentina hizo que el mercado se volcara al dólar".
En tanto, otro titular que los puso frente a frente fue de La Política Online: "Pesce resiste la emisión sin límites". Guillermo Laborda escribió allí que "el presidente del Central es el último dique frente a las presiones del Gobierno y las provincias para que suelte la emisión de billetes".
Pero, ¿por qué Pesce aun hoy, después de tantas señales a favor del nuevo Gobierno, genera sospechas? ¿De dónde salió y por qué los radicales lo siguen respetando en forma inversamente proporcional con la que consideran a Moreau? Para reafirmarlo, desde el gabinete de Rodolfo Suarez una voz potente señaló a Memo: "Pesce es un tipo que sabe y es muy interesante. Hay que prestarle atención".
Su padre es primo hermano de Félix Pesce, quien fuera dos veces intendente de Rivadavia, diputado y senador provincial, además de conocido dirigente del peronismo que también pasó por los ministerios de Gobierno y Seguridad en diferentes cargos, como ministro primero con Arturo Lafalla como gobernador y como miembro de la Inspección General de Seguridad después. Fue diputado nacional y candidato a vicegobernador de Guillermo Amstutz. El abuelo del presidente del Banco Central, José Pesce, era hermano del padre de Félix, y lo trascendente es que fue diputado provincial por el radicalismo lencinista.
Miguel Angel Pesce nació el 20 de septiembre de 1962, es licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires, donde después de su egreso se desempeñó como profesor en las cátedras de Análisis de Datos Económicos y en el Seminario sobre Economía de Gobierno. Experto en cultivar el perfil bajo, es un conocedor del Estado, con 30 años de tránsito por sus pasillos.
De extracción radical, comenzó en la política asesorando al diputado radical Rubén Rabanal. Pero luego fue quien no recibió públicamente el lustre que sí le tocó a Raúl Baglini en sus años de líder de la bancada alfonsinista y de su alto protagonismo en temas tan actuales entonces como ahora, como por ejemplo, la deuda.
Raúl Alfonsín decidió "prestarle Baglini a Mendoza por 4 años" en 1987, tal como rezaba su eslogan por la gobernación, pero los mendocinos lo devolvieron, porque votaron por José Bordón. Pesce y Baglini establecieron una relación profesional afiatada.
Años después comenzó a militar en el Grupo Centenario de Jesús Rodríguez, que se presentaba como un radicalismo de centroizquierda, autodenominado "alfonsinismo crítico". Con el tiempo tomó protagonismo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a punto tal de convertirse en el principal pilar del desembarco en territorio porteño del vicepresidente de la Nación de Cristina Kirchner, su comprovinciano Julio Cobos. Cobos, confiaba en los consejos de Baglini y Enrique Vaquié.
En su rol de armador del cobismo porteño, Pesce trabó una buena relación con Alberto Fernández y fue el encargado de sellar el apoyo de varios sectores del radicalismo del interior del país a la fórmula Cristina-Cobos para las elecciones de 2007.
Por ello hay respeto por Pesce en fuerza similar a la resistencia de los sectores más ultras del partido gobernante.
Pero en su curriculum, ofrece bastante más que aplausos para unos u otros, sino gestión. Pesce fue ministro de Economía de la Intervención en Santiago del Estero, representante del Ministerio de Economía en el Banco Central, presidente del Fondo Fiduciario para la Reconstrucción de Empresas, secretario de Hacienda y Finanzas de la Ciudad de Buenos Aires. Cobos lo coló sin problemas como vicepresidente del Banco Central en tiempos de la Convergencia Programática, detrás de Martín Redrado, y quedó como presidente interino cuando éste se fue, aunque sin cambiar de despacho. El diario Crítica que dirigía Jorge Lanata le atribuyó, además, que "avanzó en política como unade las caras porteñas de la Corrientede Opinión Nacional de FedericoStorani; y al finalde los años '90 llegó a la Secretaría deHacienda de la Ciudad en la primeragestión de Aníbal Ibarra".
En 2010 Néstor Kirchner avanzó sobre el Central, desplazando a Redrado. El diario de Lanata puso en foco a Pesce, el hombre sin prensa:
En las dos semanas que lleva elescándalo del Banco Central, cercade Pesce aseguran que no recibióni un solo llamado de la cúpuladel radicalismo. Ni del mendocinoErnesto Sanz, que preside el partido;ni de Gerardo Morales, su antecesor."Nadie me llamó, Sanz tampoco",asegura. Detrás del titular del partido,de todos modos, se mueve un viejoconocido de Pesce: el inefable Baglini.Mendocino como Sanz -"no comoyo, que soy porteño y a Mendoza sóloiba de vacaciones", dice Pesce-, elexperimentado dirigente asesoró a losradicales frente al conflicto del Central.Baglini comparte además el Centro deEstudios para el Cambio Estructural(CECE) con Jesús Rodríguez, secretariogeneral de la UCR y ex compañerode militancia de Pesce en CienciasEconómicas. Si el vínculo se mantiene,el presidente interino del BancoCentral prefiere no hacerlo público ymantener el bajo perfil que siempre locaracterizó. "El año había terminadotranquilo como para pensar que iba aempezar así", descarga Pesce ante suscolaboradores reclinando el sillón de suescritorio, en el despacho del segundopiso del Banco Central.
Durante la década del 90´ había sido fue asesor del radicalismo en la legislatura de Tierra del Fuego, provincia a la que viajaba por lo menos una vez por mes para trabajar
Pesce es un hombre del mercado obligado a ser práctico. De allí, que prometa aflojar con el cepo al dólar en cuanto asome un acuerdo con los bonistas.
"Si hay puja real con Guzmán, no habrá perdedores. O al menos, Pesce no lo será", coronó la búsqueda de datos de Memo sobre el protagonista un analista de la política económica portea que sigue paso a paso una situación de conflicto que, si persiste, obligará al Presidente a oficiar de árbitro.