Los 801 años en la historia del Pesebre (1223-2024)

El profesor José Jorge Chade continúa con sus notas sobre las fechas de fin de año.

José Jorge Chade
Presidente de la Fundación Bologna Mendoza

Hace 801 años, en la Navidad de 1223, San Francisco creó el Pesebre viviente en Greccio (una localidad italiana de la provincia de Rieti, región de Lacio, con 1549 habitantes. La localidad es sobre todo famosa por ser el lugar donde, el 24 de diciembre de 1223, San Francisco ideó el primer belén viviente para disuadir a los posibles peregrinos de ir a Belén, entonces bajo control de los turcos.) Mientras hoy el pesebre se prepara o se completa en los hogares y en muchos otros lugares, es bueno que redescubramos sus orígenes.

Justo tres años antes de abandonar aquel cuerpo de hermano fraile, agotado por una vida vivida en la humildad, dio a luz algo que influiría en los 800 días de Navidad que siguieron.

Se trata de San Francisco, Patrono de Italia y de la región de Umbría, Pobre de Dios y amigo de los animales: ¡no es casualidad que una de las representaciones más conocidas lo vea con el lobo de Gubbio o que, también en esta ocasión, los protagonistas sean precisamente dos animales!

Diciembre, identidades y tradiciones

Entre los siglos XII y XIII, Francisco nació y murió en Asís, y aún hoy es Asís la ciudad que, entre un fresco giottesco (del Giotto) y una arquitectura encantadora, mantiene vivo su recuerdo y los valores que esta figura dejó en el seno de la Iglesia católica.

Era el año 1223 cuando Francisco, tras recibir el reconocimiento de los Hermanos Menores y su Regla, realiza lo que será recordado como el primer pesebre viviente de la historia.

En Greccio, en un lugar que a Francisco le recordaba a Belén, se crea un pesebre con pasto en el interior de una cueva y se conduce allí sencillamente a un asno y un buey. Un pesebre bien distinto de lo que cabría esperar hoy, representado sólo por dos animales, con el que Francisco da vida a la Navidad bajo el estandarte de la sencillez y de todos los valores que había acariciado durante su vida.

Este acontecimiento se relata en diversas hagiografías sobre la vida de San Francisco y en numerosos frescos, como el de la Basílica Superior de Asís. "El pesebre de Greccio", decimotercera escena de los frescos atribuidos a Giotto y su escuela sobre la vida de San Francisco.

Esta no es la primera representación de la Natividad de Francisco: ya en el siglo III se encuentran imágenes de este episodio, con la representación de la Virgen y el Niño Jesús en las catacumbas de Santa Priscila en Roma.

Desde sus orígenes, la palabra pesebre ni siquiera significaba la Navidad, sino que procede de la fusión de dos palabras latinas: prae, delante, y saepes, recinto. Por lo tanto, pesebre significaba originalmente el «lugar delante del recinto», es decir, un pesebre, el que Francisco había hecho para contar la historia del nacimiento del Niño Jesús de una manera totalmente nueva.

Precisamente por eso, el Pesebre de Francisco es especial. Su sencilla pero innovadora representación de la Natividad se recuerda aún hoy como el primero de todos los pesebres vivientes, y quizá sea gracias a ese primer pesebre, hecho hace 800 años para albergar un burro y un buey, por lo que el pesebre se sigue llamando así hoy en día, y permanece más allá de las distintas creencias religiosas. Desde el punto de vista humano el pesebre podría interpretarse como uno de los tantos momentos de inclusión social.

Tenemos que considerar el Pesebre como un pequeño pozo del que extraer la cercanía con los hombres y con la naturaleza toda, fuente de esperanza y alegría. Como un lugar del encuentro con todos, donde llevar las expectativas y las preocupaciones de la vida.

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