Historia

La Isla de los Muertos

El cementerio de Venecia y su riqueza artística e histórica, en el relato de la historiadora Luciana Sabina @kalipolis.

Luciana Sabina

Entre Venecia y Murano, a poca distancia del bullicio de la ciudad de los canales, se encuentra San Michele, una isla que desde principios del siglo XIX se ha convertido en el lugar de descanso eterno para los habitantes de Venecia.

 Conocida como "La Isla de los Muertos", el cementerio de San Michele encierra siglos de historia, cultura y arte, siendo un reflejo de la singular relación que los venecianos tienen con la vida y la muerte.

Hasta principios del siglo XIX, los muertos en Venecia eran enterrados en pequeños cementerios anexos a iglesias dentro de la ciudad. Sin embargo, las condiciones sanitarias de esta práctica eran cada vez más insostenibles, especialmente tras las epidemias que afectaron a Europa en ese tiempo. En 1807, por decreto napoleónico, se ordenó la creación de un cementerio fuera de la ciudad para evitar la contaminación del agua y mejorar las condiciones de salubridad. Por entonces la ciudad se hallaba en manos de los franceses, al igual que otras zonas de Italia y de Europa.

Originariamente se trataba de dos islas cercanas: San Michele y San Cristoforo della Pace que fueron unidas para establecer allí el cementerio. San Michele se hallaba ocupada por un monasterio camaldulense. Los monjes abandonaron el lugar, y en 1813 se enterró al primer difunto en la nueva necrópolis. Desde entonces, San Michele se ha consolidado como el principal cementerio de Venecia.

Este cementerio no es solo un lugar de descanso, sino también un espacio cargado de belleza arquitectónica y artística. La iglesia de San Michele in Isola, diseñada por Mauro Codussi en el siglo XV, es una de las primeras construcciones renacentistas de la región. Su fachada de mármol blanco resplandece bajo la luz del sol, recordando la magnificencia de la Serenísima República de Venecia.

Hasta principios de los años 70' los cuerpos eran llevados en góndola después de los funerales, también llamadas "barcas dei Morti". Esta costumbre cambió rotundamente y hoy son llevados en lanchas comunes sin cortejo.

El diseño del cementerio refleja una mezcla de tradiciones religiosas y culturales. Los cipreses, símbolo de inmortalidad, así como de la unión entre la tierra y el cielo, flanquean los caminos, mientras que las tumbas varían desde las más humildes hasta elaborados mausoleos que honran a figuras destacadas de la historia veneciana y mundial. Aquí descansan artistas, escritores y compositores, entre los que destacan Igor Stravinsky y Sergei Diaghilev, cuyos sepulcros son visitados por admiradores de todo el mundo.

Dado que San Michele es una isla, el espacio para los entierros es limitado. Esto ha llevado a que muchas tumbas sean alquiladas por períodos de doce años. Una vez vencido este plazo, los restos son exhumados y trasladados a osarios comunes, dejando lugar para nuevos entierros. Este sistema, aunque práctico, ha suscitado debates sobre la preservación de la memoria histórica en una ciudad tan rica en patrimonio como Venecia.

En esta isla, la muerte se encuentra con la belleza y el arte, dejando un testimonio imborrable de la eternidad de Venecia. 

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