Opinión

Al pueblo lo toman por idiota: libertad o libertinaje

El abogado Pablo Giordano y su punto de vista.

Pablo Giordano

Conforme el anuncio esgrimido por el vocero presidencial sobre la convocatoria a sesiones extraordinarias que se extenderán desde el 5 al 27 de diciembre del corriente, todos esperábamos, sea esta la instancia con la que el gobierno de turno contaba para redimirse del papelón protagonizado por sus legisladores acólitos en la cámara baja, al no dar quorum y así tornar asequible el tratamiento de proyectos que revisten vital importancia, sin embargo, el llamado no incluyo a uno de ellos en su agenda especial, ni más ni menos que al de "Ficha Limpia", lo cual despierta sorpresa, incertidumbre y repulsión en los ciudadanos a pie, por cuanto se ve conculcado uno de los puntos que nutrían el contrato social implícito que celebramos quienes depositamos el sobre en las urnas y constituimos la génesis de su llegada al poder.

No tratar ficha limpia, aunado a lo ya expuesto, es tomar por idiotas e ignorantes, a los habitantes, por cuanto los delitos de corrupción perpetrados por políticos deshonestos, sin moral ni ética alguna, afectan directamente al pueblo, ya que implican el uso indebido del poder público o privado para obtener beneficios personales en detrimento del interés colectivo, generando consecuencias atroces como ser

Desvío de recursos públicos: Los fondos destinados a servicios esenciales como salud, educación o infraestructura son mal utilizados, afectando el acceso y la calidad de estos servicios para la población; Incremento de la pobreza y desigualdad: Al limitar el desarrollo económico y social, la corrupción perpetúa la exclusión y el empobrecimiento de los sectores más vulnerables. ; Erosión de la confianza en las instituciones: La corrupción debilita la legitimidad de los gobiernos y las instituciones públicas, generando desconfianza y desencanto en la ciudadanía; Impunidad y debilitamiento del Estado de Derecho: La falta de sanciones adecuadas para los responsables refuerza la percepción de que la corrupción es tolerada, perpetuando un ciclo de injusticia y abusos de poder.

En este sentido, la corrupción victimiza al pueblo en su conjunto, ya que afecta el bienestar colectivo, vulnera los derechos fundamentales y obstaculiza el desarrollo sostenible. Por ello, estos delitos son de interés público y su sanción es prioritaria para proteger el bien común y garantizar el ejercicio pleno de los derechos de todos los ciudadanos.

Jactarse de "no garantistas" y eludir el tratamiento de dicho proyecto engendra una contradicción ensordecedora, puesto que no se está castigando al delincuente sino al contrario se lo premia por su ingenio y se le otorga la chance de poder postularse a un cargo electivo y acoger fueros como escudo protector de tipo blindaje.

No hay que confundir libertad con libertinaje, entendido este último como la actitud irrespetuosa de la ley, la ética o la moral de quien abusa de su propia libertad con menoscabo de la de los demás. Simplemente un absurdo papelón.