Educación

Se consolida la cultura de la evaluación, pero no mejora el aprendizaje

De acuerdo a un estudio realizado por el Cippec, la acumulación de evaluaciones en los últimos 30 años no se ha traducido en una mejora de los aprendizajes; los especialistas reclaman una mayor utilización de los datos.

De acuerdo a un análisis hecho por el programa de Educación del Cippec, en Argentina existen varios tipos de evaluaciones, que han ido creciendo a lo largo del tiempo, pero no se ha traducido en una mejora de la calidad educativa.

Al calendario de evaluaciones en las escuelas argentinas que aplica cada docente, pueden contabilizarse varias pruebas "masivas" para medir lo que saben los alumnos argentinos:  desde 1993, se suman las pruebas nacionales Aprender (antes ONE); a las que se añadieron las evaluaciones internacionales, como las de la UNESCO desde 1997 y las PISA a partir del año 2000. 

Recientemente, varias evaluaciones provinciales han sido agregadas: entre 2019 y 2024, 21 de las 24 jurisdicciones del país han implementado algún tipo de evaluación a gran escala: las FEPBA, TESBA, Pensar en Aprender, Prisma, COPE, ALEER, Saber Más, MAP, Mendoza Mejora, Queremos Aprender, EMeCE, ect. El catálogo de evaluaciones educativas que las provincias implementan incluye pruebas censales y muestrales, tanto de nivel primario como secundario (algunas también abarcan el nivel inicial), con varios años de trayectoria o recién creadas en 2024, que cobraron mayor fuerza luego de la firma durante la última campaña electoral del Compromiso Federal por la Alfabetización.

Además de la prueba nacional Aprender de tercer grado, 11 provincias, entre ellas Mendoza, implementaron pruebas de fluidez y comprensión lectora. Únicamente Neuquén, Río Negro y Tierra del Fuego no han realizado evaluaciones provinciales en los últimos cinco años, de acuerdo al informe de de CIPPEC, titulado "El diseño de sistemas provinciales efectivos de evaluación de aprendizajes en Argentina".

El documento muestra este "auge evaluativo" en el sistema educativo argentino, que se da en un contexto de "fenómeno" global. Esta semana, un nuevo informe realizado por Educar 2050 y Argentinos por la Educación, que se presentó en el Foro de Calidad y Equidad Educativa, destacó igualmente el creciente consenso sobre las evaluaciones nacionales y la consolidación de una cultura evaluativa.

Evaluar no es sinónimo de aprender mejor

Las investigaciones coinciden en otro punto: hasta ahora, la acumulación de evaluaciones no se tradujo en una mejora de los aprendizajes. "Una de las debilidades principales de las políticas de evaluación a gran escala en Argentina es la falta de definiciones acerca de cómo se espera que ocurran las mejoras en el sistema educativo a partir de sus resultados. En consecuencia, se ha generado una gran cantidad de información sobre el desempeño del sistema educativo en términos de aprendizajes, pero que, en general, ha sido subutilizada como herramienta para la mejora de su calidad", señala el estudio de CIPPEC, elaborado por Juan Cruz Perusia y Juan Xanthopoulos.

La evaluación a menudo se compara con un termómetro: en esta analogía, las escuelas ya se han medido la temperatura varias veces, el termómetro ha mostrado números preocupantes, los ministerios los han anotado y compartido, y algunas personas se han alarmado. Sin embargo, no parece evidente que el diagnóstico haya servido para prescribir una cura que reduzca la fiebre. Entonces, ¿cómo podemos asegurarnos de que las evaluaciones se conviertan en herramientas para el mejoramiento de la educación?, sostiene el informe.

Evitar la superposición 

El informe de CIPPEC destaca inicialmente la necesidad de una mejor planificación para prevenir la duplicidad entre las evaluaciones nacionales y provinciales. Por ejemplo, algunas provincias evalúan las mismas asignaturas (Lengua y Matemática) que la Secretaría de Educación en las pruebas nacionales Aprender, en el mismo año y grado. Esta superposición, que a menudo se debe a la falta de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno, resulta en un uso ineficiente de los recursos públicos.

"Fortalecer la articulación entre la política nacional de evaluación y las jurisdiccionales resulta clave para evitar la duplicidad de esfuerzos que pueden alterar el calendario escolar y generar una carga extra de trabajo para las escuelas", explicó Juan Cruz Perusia, investigador principal de Educación de CIPPEC. 
Perusia planteó la necesidad de que haya una instancia de coordinación federal más efectiva: "Se debería fortalecer el trabajo de la Red Federal de Evaluación Educativa para planificar y alinear los calendarios, áreas temáticas y grados evaluados por las evaluaciones nacionales y provinciales".

Algunos de las evaluaciones en provincias argentinas

Darle previsibilidad

Continuar fortaleciendo la previsibilidad de las evaluaciones es una de las sugerencias destacadas del estudio. Este aspecto también coincide con el informe realizado por los especialistas Alejandro Ganimian y Verónica Mesalles para Educar 2050 y Argentinos por la Educación, presentado en el auditorio de la Fundación Telefónica Movistar, al igual que el informe de CIPPEC.

A nivel nacional, en los últimos cuatro años se implementaron dos planes nacionales de evaluación bienales: uno para el período 2021-2022 y otro para 2023-2024, comenzado por el gobierno anterior y continuado, con ciertas modificaciones, por el actual. No obstante, los expertos sugieren la creación de planes con un alcance más amplio, como de 10 años, que establezcan metas comunes y esfuerzos conjuntos entre la Nación y las provincias.

La cuestión de la complementariedad resulta clave. "Las provincias deberían considerar enfocar sus evaluaciones en áreas o niveles que no cubren las evaluaciones nacionales, como asignaturas específicas, grados no evaluados por dispositivos nacionales o poblaciones con características particulares", sugirió Perusia. En ese sentido, las mayores vacancias parecen estar en el nivel inicial, en los primeros años de primaria y secundaria, y en materias distintas de Lengua y Matemática. Fortalecer las capacidades de los equipos provinciales, sobre todo en las jurisdicciones con menor recorrido en este tema, es otra recomendación que surge de los estudios sobre evaluación presentados esta semana.

Evaluaciones para el aula

El informe de CIPPEC marca como positivo el hecho de que en los últimos años se han desarrollado evaluaciones "formativas" por parte de los gobiernos provinciales -por ejemplo, los censos de fluidez y comprensión lectora, implementados primero en Mendoza. Esto es así, porque las evaluaciones "sumativas", como el programa Aprender, que miden el rendimiento al final de un ciclo, las evaluaciones "formativas" forman parte del proceso de enseñanza y aprendizaje y buscan proporcionar retroalimentación útil tanto para docentes como para estudiantes. En resumen, las evaluaciones formativas pueden influir de manera más directa en la mejora de la educación.

El gobierno nacional también está promoviendo las evaluaciones formativas. A principios de 2023, se introdujo la plataforma Acompañar, que facilita a los docentes la creación de evaluaciones en Lengua, Matemática, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales."adaptadas a los procesos de enseñanza y aprendizaje que desarrollen en sus aulas".

El detalle de Mendoza

Durante el Foro de Calidad y Equidad Educativa organizado recientemente por Educar 2050, Carlos Torrendell, secretario de Educación, destacó la importancia de las evaluaciones al referirse a un libro de Alverno College, una institución privada estadounidense, titulado "Feedback is teaching" ("la retroalimentación es enseñanza")

"La evaluación formativa, por su naturaleza, debería ser parte de las estrategias docentes que estos implementan de manera continua, a lo largo del año escolar, como parte del proceso de enseñanza regular", plantea el informe de CIPPEC. Y señala, en este sentido, la importancia de "fortalecer la formación docente inicial y continua en la utilización de la evaluación formativa como parte del proceso de enseñanza". Este es un aspecto fundamental al considerar cómo las evaluaciones pueden conducir a mejoras: si no proporcionan información útil a los docentes, es complicado concebir que puedan emplearlas para reevaluar sus métodos de enseñanza.

"Un sistema de evaluación efectivo requiere contar con distintos tipos de dispositivos, que se administren de manera coordinada, con objetivos claros, donde se identifiquen los destinatarios de los resultados, reportes y estrategias de uso de esos reportes, que incluyen la formación de equipos directivos y docentes sobre cómo utilizar los resultados", sintetizó Perusia.

El buen uso de los datos

El estudio de CIPPEC destaca algunas experiencias provinciales en las que, por ejemplo, los resultados fueron utilizados para definir que las escuelas con peores desempeños recibieran más recursos. "Por ejemplo, en la provincia de Córdoba, los programas Maestro+Maestro y el Compromiso Alfabetizador Córdoba utilizan resultados de evaluaciones para asignar recursos adicionales a escuelas, fortalecer la formación docente y distribuir materiales educativos", explicó Juan Xanthopoulos, coordinador de Educación de CIPPEC.

También CABA aplicó una estrategia similar en el programa Escuelas en Foco, que asigna recursos adicionales para 500 escuelas en función de sus resultados en las evaluaciones, con el objetivo de acompañar y apoyar sus planes de mejora.

"Mendoza es la provincia con más trayectoria en la implementación de censos de fluidez lectora con propósitos claramente formativos y, en base a sus resultados, se avanzó en la identificación de necesidades en alfabetización temprana y luego en el diseño de estrategias remediales concretas que ya están dando resultados", señaló Xanthopoulos, y mencionó que allá también están implementando ahora un operativo similar en Matemática ("Mendoza Mejora Aprendiendo Matemática"). En esta materia, los desempeños de los estudiantes son incluso más bajos que en Lengua.

El impacto de la AI

El estudio menciona también el potencial de la inteligencia artificial para procesar la información proveniente de las evaluaciones, permitiendo su uso de forma más ágil y efectiva: "Tecnologías como la IA y el aprendizaje automático permiten optimizar el análisis de grandes volúmenes de datos, identificar patrones de riesgo y personalizar intervenciones en función de las necesidades específicas de los estudiantes".

La integración de diversos dispositivos y herramientas en el sistema de evaluación es fundamental para enfrentar los desafíos del sistema educativo, desde la alfabetización temprana hasta la deserción escolar en el nivel secundario. El informe de CIPPEC señala: "A través de sistemas de alerta temprana y plataformas de visualización accesibles, los resultados de las evaluaciones se pueden integran a sistemas de gestión educativa, donde se combinan con otros datos escolares para mejorar la precisión de las estrategias de apoyo y prevención del abandono escolar".

Los especialistas insisten en que la evaluación es fundamental, pero por sí misma no mejora los aprendizajes. Xanthopoulos subrayó que es necesario que haya "coherencia entre políticas educativas, currículo escolar, procesos de enseñanza y el sistema evaluativo, lo que significa que deben estar alineados para garantizar que todo el sistema esté trabajando hacia un conjunto común de objetivos de aprendizaje".

cippec/infobae

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