Desaire al Vaticano

Excancilleres tildaron de "desprecio gratuito" el faltazo argentino al 40° Aniversario del Tratado de Paz con Chile

Felipe Solá, Rafael Bielsa, Jorge Taiana, Susana Malcorra y Santiago Cafiero firmaron la declaración donde recalcan el menosprecio del gobierno libertario a la tradición diplomática argentina.

Los exministros de Relaciones Exteriores de Argentina de los últimos tres gobiernos, Rafael Bielsa, Jorge Taiana, Susana Malcorra, Felipe Solá y Santiago Cafiero, firmaron una declaración condenando la decisión del Gobierno nacional de no asistir al acto conmemorativo del 40º aniversario de la firma del Tratado de Paz y Amistad con Chile, que se llevará a cabo este lunes 25 en El Vaticano.

En el documento dado a conocer ayer por la tarde, señalan que "les resulta "incomprensible" que la gestión del presidente Javier Milei, tenga "un gesto de semejante desprecio gratuito" a uno de los eventos "más trascendentes de nuestra diplomacia en el último medio siglo".

También recordaron que el Tratado de Paz y Amistad con el país trasandino "no solo puso fin a una rivalidad carente de sentido con un pueblo tan vecino como hermano, sino que abrió un nuevo capítulo en la historia" de ambas naciones, donde se logró destacar "la cooperación, el intercambio y la construcción de una confianza mutua".

Para cerrar, los firmantes indicaron que "el marcado desdén de la política exterior del Presidente por las mejores tradiciones diplomáticas de nuestra República pone en riesgo décadas de trabajo y de reconocido liderazgo. La decisión del Gobierno es un claro menosprecio hacia la diplomacia papal que ha cumplido un rol clave como arquitecta de la paz en nuestra región", concluyeron los exfuncionarios nacionales.

La decisión del Vaticano

Durante la reunión del G20 en Brasil los cancilleres de la Argentina y Chile habían acordado encontrarse en el Vaticano. Pero al día siguiente, terminada la cumbre, todo cambió abruptamente.

De acuerdo a la Nacion,  debido a la rigidez de la política exterior argentina y más allá del desaire al Vaticano, se ordenó reducir el nivel de la delegación argentina. Según lo informado, esto fue resultado de las discrepancias ideológicas evidenciadas en el G20, cuando el presidente chileno, Gabriel Boric, de tendencia izquierdista, contradijo el discurso ultraliberal de su homólogo argentino.

Informado de la ausencia del canciller argentino Gerardo Werthein, ante las diferencias entre ambos líderes en temas que abarcan desde la intervención estatal en la economía para evitar desigualdades, hasta la Franja de Gaza y el cambio climático, el Vaticano respondió con prontitud. Se decidió continuar con la ceremonia a pesar de la disparidad entre las dos delegaciones y la contradicción que ello implica, en un evento que busca resaltar la importancia de la diplomacia, el diálogo y las negociaciones, especialmente entre naciones hermanas y vecinas.