Di Zeo vs. Bullrich: ¿guerra contra los barras o maniobra política contra Boca Juniors?

La controversia entre la barra más áspera de Boca Juniors y sus amenazas a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en el análisis de Eduardo Muñoz.

Eduardo Muñoz
Criminólogo y Criminalista. Especialista en Criminología Aplicada a la Seguridad. Consultor en Seguridad Integral y Riesgos. Analista Criminal @educriminologo

El reciente enfrentamiento entre Patricia Bullrich y Rafael Di Zeo, histórico líder de la barra brava de Boca Juniors, ha reavivado el debate sobre la relación entre el fútbol, las barras y la política.

La ministra de Seguridad, no solo comparó a Di Zeo con los narcotraficantes de Rosario, sino que aseguró estar "en guerra contra todas las organizaciones criminales".

Pero ¿qué se oculta detrás de este conflicto? ¿Es realmente una lucha contra las barras o forma parte de una estrategia política más amplia que involucra a Boca Juniors ya su dirigencia?

Comparación con los narcos de Rosario

La polémica se desató cuando se filtró un audio en el que Di Zeo amenazaba con una "guerra" si no se permitía el ingreso de dos de sus lugartenientes, Fabián Kruger y Fernando Gatica, a los estadios tras los incidentes en el partido entre Boca Juniors. y Gimnasio de La Plata.

Bullrich respondió de inmediato, denunciando penalmente a Di Zeo y comparándolo con las bandas narco de Rosario, señalando que ambos grupos buscan el control territorial y actúan bajo "la ley de la mafia".

Esta retórica forma parte de la estrategia de Bullrich para proyectarse como una figura firme en la lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, sus declaraciones parecen estar dirigidas no solo a las barrabravas como fenómeno general, sino específicamente a Boca Juniors y a su barra liderada por Di Zeo. Esto plantea una interrogante:

¿Es realmente una guerra contra todas las barras o hay intereses políticos en juego?

La mediatización del conflicto: ¿oportunismo o estrategia?

Un elemento clave es el momento en que este conflicto se ha hecho público. La filtración del audio y la rápida respuesta de Bullrich parecen alinearse con una estrategia política más amplia.

Exponer a Di Zeo y sus amenazas permite al gobierno posicionarse como defensor de la seguridad y la legalidad, mientras la dirigencia de Boca queda expuesta por su relación con las barras bravas.

Este enfrentamiento no solo está marcado por la lucha contra el crimen, sino también por el contexto político en el que Boca Juniors ha adoptado una postura crítica frente a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).

Bajo la presidencia de Juan Román Riquelme, Boca ha defendido su estructura como Asociación Civil Sin Fines De Lucro, una postura que choca con los intentos del gobierno de implementar las SAD como parte de la modernización del fútbol. Esto sugiere que la mediatización del conflicto con Di Zeo podría estar vinculada a estos intereses.

La barra brava como instrumento de poder

Di Zeo ha dejado claro que sus lugartenientes son los encargados de "mantener el orden" en las tribunas. Su ausencia, según el propio líder barra, desataría luchas de poder y posibles actos de violencia.

Esta confesión expone a las barras no solo como grupos violentos, sino también como actores con poder dentro de los clubes, un rol que la dirigencia de Boca parece tolerar como inevitable.

Al comparar a Di Zeo con los narcotraficantes, Bullrich resalta cómo ambos grupos buscan ejercer el control territorial mediante la violencia.

Sin embargo, esta "guerra" podría verse también como una forma de debilitar a la dirigencia de Boca, que sigue oponiéndose a las políticas del gobierno.

El futuro del fútbol y el control de las barras

El conflicto entre Bullrich y Di Zeo no se limita a la seguridad. Refleja una lucha por el control del fútbol argentino. Boca Juniors, uno de los clubes más influyentes del país, continúa resistiéndose a las SAD, y este enfrentamiento podría ser aprovechado para desprestigiar a su dirigencia.

Si Boca no logra controlar a sus barras, la necesidad de una reforma más profunda se hace evidente.

La "guerra" declarada por Bullrich no solo busca combatir a las barrabravas, sino también generar consenso público sobre la necesidad de cambiar la administración del fútbol.

La exposición de Di Zeo y su relación con la dirigencia de Boca podría formar parte de una estrategia política para allanar el camino hacia estas reformas.

¿Guerra o estrategia política?

Aunque Bullrich ha presentado este enfrentamiento como una cruzada contra el crimen organizado, el trasfondo político es innegable. La barra de Boca, una de las más poderosas de Argentina, lleva años siendo un actor clave en el fútbol. La exposición pública de Di Zeo podría ser una maniobra para debilitar la posición de Boca en su oposición a las SAD.

Así, la "guerra" de Bullrich parece tener múltiples frentes: por un lado, una lucha contra el crimen; por otro, un intento de consolidar el control del gobierno sobre los clubes de fútbol, utilizando a Di Zeo como el rostro visible de esta disputa.

¿Un enemigo más visible?

Finalmente, no podemos ignorar el valor simbólico que representa Di Zeo en este conflicto. Su figura, expuesta públicamente en los medios, sus cenas de lujo en Puerto Madero y su rol como líder visible de la barra de uno de los clubes más grandes del país, lo convierten en un enemigo valioso para el gobierno.

A diferencia de otros líderes de barras que operan en las sombras, Di Zeo es una figura pública, lo que lo hace más susceptible de ser utilizado en una estrategia mediática y política.

Atacar a Di Zeo no solo permite que al gobierno se presente como defensor del orden y la legalidad, sino que también exponen las conexiones entre las barrabravas y los sectores más privilegiados de la sociedad. Esta estrategia presiona a la dirigencia de Boca para que tome medidas más drásticas contra estos grupos.

Un conflicto complejo entre fútbol, política y poder

El enfrentamiento entre Patricia Bullrich y Rafael Di Zeo no es solo una cuestión de seguridad pública. También refleja la compleja intersección entre el fútbol, la política y el poder en Argentina. La mediatización del conflicto y su contexto sugieren que esta "guerra" va más allá de las barrabravas, tocando intereses políticos y económicos más profundos.


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