Opinión

Mondino, y el precio de rebelarse

"Ella nunca preguntó cómo votar; se dejó llevar por el cuerpo diplomático", justificaron desde la Presidencia sobre el desplazamiento de la excanciller Diana Mondino. Escribe la socióloga Verónica Piñol.

Verónica Piñol

El mantra que se repitió ayer en Casa de gobierno de "ella nunca pregunto cómo votar, se dejó llevar por el cuerpo diplomático", sirvió para dar vuelta la página rápido a una jugada tan evidente como aleccionadora sobre la ex-canciller Diana Mondino. Si la culpa es del pibe Caputo ¿creen que hubiera corrido la misma suerte? ¿En serio la creen tan estúpida?¿Imponer ideologia por sobre la mismisima diplomacia? ¿ eso no era el gobierno anterior? ¿no es mucha paciencia la que estamos teniendo?

"Ya arreglamos Brasil, ya arreglamos Colombia y estamos arreglando España. A ver, todo se resuelve hablando", le dijo Mondino a elDiarioAR durante una extensa conversación con Sebastián Fest que tuvo lugar en Washington, en su último día completo al frente de la Cancillería. ¿Me pregunto si la conversación no es una herramienta de negociación en la política exterior de los países?, sino queda preguntarnos desde qué lugar quiere instalar este gobierno la posición en el mundo de Argentina. ¡Aislarnos no es una opción, aliarnos con los violentos tampoco!

Lejos de estar alineada con la excanciller, de su expulsión aparece el síntoma de no aportar una política exterior como política de Estado que delimita sus interacciones con otros países, movimientos y actores no estatales, de una manera en que se priorice la paz, la igualdad de géneros, la integridad ambiental y los derechos humanos de todas las personas.

Una política exterior integral debería acercarse a un enfoque amplio traduciendo los diferentes lenguajes entre países para acordar comercio, convivencia, intercambios. Sino es como mirar al vecino y cerrar las ventanas para no saludar, aún más grave que eso, para no socializar y creerlo peligroso.

Superar la visión de las relaciones Internacionales como un espacio de defensa exclusiva de intereses nacionales es lo oportuno. Articularla con intereses colectivos es no dejar a nadie atrás . Las políticas exteriores dan cuenta de los de los intereses nacionales, pero también es una política en construcción que no se debe delegar a caprichos insostenibles en el tiempo. La paz, la igualdad, la justícia para todos/as, y la sostenibilidad son innegociables.

Mondino es una mujer, con criterios que de seguro no comparto, pero de ahí a subestimar su inteligencia demuestra una vez más los sesgos de género que aún en los roles de alta decisiones siguen vigentes en nuestro país.

A propósito, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha creado un nuevo índice de normas sociales de Género (GSNI por sus siglas en inglés) que revela el retroceso en la superación de los prejuicios contra las mujeres en los últimos 10 años, ya que aproximadamente 9 de cada 10 mujeres en el mundo siguen en la actualidad sufriendo este sesgo. La mitad de la población global todavía cree que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres y más del 40 % opina que los hombres son mejores ejecutivos empresariales.

Según el informe, estos sesgos siguen alimentando los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres, que se manifiestan en el desmantelamiento de los derechos de estas en muchas partes del mundo por la reacción organizada contra la igualdad de la mujer, además de la escalada de violaciones de los derechos humanos en algunos países. Estos sesgos son tangibles también en la enorme falta de representación de las mujeres en posiciones de liderazgo.

Silenciar, salirse del patrón, quedarse en rídiculo, no hacer lo que orgánicamente se dispuso, rebelarse no solo es violento, sino que tiene un precio alto, de eso sí sabemos bien las mujeres.

Esta nota habla de: