Entrevista

Luciano Ortega, un poeta que también es titiritero

Este hombre de la cultura mendocina siempre supo en su interior que el arte debía ser parte de su vida.

Alejandra Cicchitti

Este hombre de la cultura mendocina siempre supo en su interior que el arte debía ser parte de su vida. Comenzó con la actuación, continuó con los títeres y nunca dejó de lado la poesía. Pelusa Oliveras, su esposa y compañera, ha sido su aliada en infinidad de proyectos que realizaron juntos.

Ortega en la presentación de su última obra

- ¿Cómo te definirías?

-Puedo hacerlo con una sola palabra, soy un "aprendiz". Pensando en nosotros, los hombres que habitamos el planeta y en referencia a mi último libro "Estallar en el silbo. Inquilino del planeta", entiendo que no somos dueños de nada, en realidad nadie lo es. La Tierra no es el lugar que habitaremos siempre, es solo un paso. La vida es nacer y morir en estado de permanencia. No se trata de definirla sino de habitarla hasta el día que nos vayamos de aquí. Teniendo claro que este es un estado pasajero, hay que elegir qué tipo de vida vivir. Entre una vida prosaica y una poética, mi decisión ha sido habitar lo poético. Vivir intensamente cada segundo que nos toca poblar, es el desafío. Como artista podemos tomar distancia y ver nuestra obra en calidad de espectador, lo cual no significa que se nos vayan los humos a la cabeza. Creo que es una suerte que la poesía me haya elegido. Esa es mi hipótesis, la poesía elije a la persona, anda buscando alguien que esté en sintonía para anclar en ella.

La tapa del tercer libro de Ortega

- ¿Cuál es tu formación?

-Hice la primaria en la escuela "República Oriental del Uruguay", luego fui alumno del CUC (soy huarpe) con Irma Suarez como directora. Ella dispuso que el teatro que se impartía en el colegio fuera leído y no actuado. La profesora a cargo era Elsa Cortopassi y me contó que existía la Escuela Superior de Teatro y Escenografía que dependía de la Facultad de Artes de la UNCUYO. Al llegar el momento de definir mi carrera universitaria, elegí el teatro pensando que jamás podrías vivir de eso. Esta elección que tomé, apoyado por mis padres, fue sabiendo que, si no seguía algo relacionado con lo artístico, dejaría de respirar, literalmente hablando. Con los años pude hacerme de un nombre, armar una familia, comprar una casa. Siempre he agradecido haber logrado todo esto.

- ¿Cómo entra a tu vida tu esposa Pelusa?

-Pelusa Oliveras, es mi compañera de vida y juntos creamos el teatro de títeres "Los Juglares". Nuestro vínculo data de muchos años y continua hasta hoy. La conocí en la casa de María de las Mercedes Gobbi, una gran poeta y hay detrás de esta hermosa relación toda una historia.

Publiqué mi primer poemario "Cantata para quien" en 1976. Lo escuchó una pianista muy conocida, Giocasta Corma, cuyo marido era primer violín de una importante orquesta. Ella había empezado a tocar temas de Piazzola y música popular y gozaba de mucha fama en Mendoza. A esta mujer le encantaron mis poesías y me invitó a participar en un espectáculo muy original llamado "El día más largo del arte" en el teatro Quintanilla. Al público le encantó la performance que hice acompañado por un amigo en el piano. Entonces me convocó ella nuevamente para hacer algo juntos en el "Instituto de Cultura Hispánica" (que se encontraba en la calle Arístides Villanueva). El profesor de cine del instituto me propuso una atractiva actividad para realizar: producir pequeñas películas filmadas con una cámara Super 8, destinadas a escuelas cuyos contenidos tuvieran temáticas pedagógicas. El equipo de producción estaba conformado por Mercedes Gobbi, una psicopedagoga y yo, pero necesitábamos una titiritera y fue así que apareció Pelusa en mi vida. Debo confesar que, al verla, me dije: "Con esta mujer podría casarme"...

Durante los ensayos sucesivos nos enteramos de que vivíamos a solo tres cuadras de distancia y empezamos a frecuentarnos. El 28 de diciembre de 1976, nos dimos cuenta de que nuestra amistad podía transformarse en algo más profundo y decidimos probarlo "solo por hoy". Esa experiencia se ha extendido durante todos estos años.

Decidimos casarnos en julio de 1977, al año siguiente de habernos conocido y ella aceptó gustosa. Nació nuestro teatro de títeres y tuvimos mucha suerte al ser entrevistados por los diarios de la época. El diario "Andino" anunció que dos artistas se casarían y que pasarían su luna de miel rodeados de niños en la Plaza Independencia. En el diario "Mendoza", colocaron fotos nuestras, en "Los Andes" también. Además, los sábados hacíamos a un programa de radio escuchado por mucha gente.

En ese tiempo fui convocado por el director de la Escuela de Teatro de la Universidad. Me contó que, en la ciudad boliviana de Santa Cruz, iban a crear una escuela de teatro y me propuso acompañarlo. En esa misma época el director de Cultura de Capital estaba por reabrir el Teatro Quintanilla y al conocer nuestro trabajo y nuestra fama en los medios, nos brindó el espacio para trabajar allí. De más está decir que aceptamos gustosos y dejamos de lado el proyecto de Bolivia. Estrenamos juntos el espectáculo "Había una vez" con el que obtuvimos más fama y mucho público.

- ¿Trabajaron también en Buenos Aires?

-Sí, viajamos a Buenos Aires para sacarnos el pasaporte y por esas cosas de la vida, terminamos en una prueba de televisión en un programa para niños. Al responsable le gustaron las escenas que hicimos, fuimos contratados y vivimos y trabajamos un año en la Capital.

- ¿Has sido muy feliz haciendo radio?

-Realmente sí. Comencé el 1 de mayo 1993 con el programa "Giros" que cumplió el año pasado 30 años ininterrumpidos en el aire. Lo inicié en Radio Universidad y luego hicimos con Pelusa "Los cuentos del altillo". A partir de 2006 trasladamos los dos programas a Radio Nacional. Quisiera destacar que estuvimos nominados cinco veces al premio "Martín Fierro Federal". Había música, personajes, títeres y era apto para todo público.

- ¿Cuáles son tus obras poéticas?

-Tengo tres libros editados. El primero en 1976 fue "Cantata para quién", el resultado de mis poemas y relatos hechos en el recital junto a Giocasta Corma, luego publiqué "Con apenas lo puesto" y el último poemario es de 2006: "Estallar en el silbo. Inquilino del planeta".

"Siempre he sido un -decidor- de poesía oral, de poemas propios y de poemas parientes que elijo seguir haciendo"

Con Dulce Chisari, la editora y presentadora de su último poemario  

- ¿Proyectos futuros?

-Estoy dedicándome a la poesía, porque en general los mendocinos me relacionan siempre con los títeres. Comencé a un trabajo muy serio y me estoy posicionando como poeta. Tengo planificada ya una tercera presentación de mi ultima obra, la cual expuse en la pasada Feria del Libro. Haremos otra próximamente en bibliotecas públicas y estoy armando además un espectáculo unipersonal. En verdad tengo muchas cosas pensadas para concretar.

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