El cáncer de mama diagnosticado y tratado a tiempo se cura
Es una de las patologías más prevalentes entre las mujeres, pero afortunadamente, cuando se diagnostica y trata a tiempo, tiene una tasa de curación muy alta, alcanzando el 90% en estadios iniciales.
La información sobre el cáncer de mama es muy amplia, al punto de que existe una subespecialidad médica llamada Mastología. El mastólogo es el profesional idóneo para la educación, prevención, diagnóstico, manejo quirúrgico y el pilar del abordaje multidisciplinario de esta enfermedad tan prevalente. El equipo médico que interviene está compuesto por: mastólogo, oncólogo clínico, cirujano plástico, radioterapeuta, psicooncólogo, nutricionista y genetista.
En Argentina, y en Mendoza que no es ajena a esto, las campañas de concientización y educación sobre el cáncer de mama son insuficientes. La falta de conocimiento, los miedos infundados, la dificultad- en muchos casos- para acceder a estudios en el sistema público en plazos razonables y, actualmente, los problemas económicos, dificultan el diagnóstico precoz del cáncer de mama. Esta demora disminuye drásticamente la tasa de sobrevida de las pacientes.
Cuando el cáncer de mama es diagnosticado y tratado en sus fases iniciales, la tasa de curación asciende al 90%. Por ello, la realización de estudios anuales y la consulta con un médico mastólogo son esenciales, ya que no solo reducen la cantidad de estudios innecesarios, sino que también permiten actuar a tiempo. La experiencia y el acompañamiento del mastólogo contribuyen a disminuir la ansiedad y angustia que suele acompañar a este diagnóstico.
El impacto psicológico que genera el diagnóstico de cáncer de mama es significativo. La mayoría de las mujeres experimentan sentimientos de ansiedad, incertidumbre, miedo o depresión. Sin embargo, tras el shock inicial, surge la esperanza. Uno de los mayores desafíos de esta enfermedad es el miedo, que a menudo se asocia erróneamente con la idea de muerte. Adaptarse a vivir con una enfermedad requiere tiempo, paciencia, apoyo y la voluntad de participar activamente en el cuidado de la propia salud. Este proceso implica enfrentar nuevos retos, y entender lo que sucede ayuda a afrontarlos mejor.
Es esencial que los profesionales de la salud conozcan y comprendan las necesidades emocionales de las pacientes con cáncer de mama, ya que el estado emocional influye directamente en su capacidad para afrontar y recuperarse de la enfermedad.
Es importante subrayar que la palabra "cáncer" no es sinónimo de muerte. Las posibilidades de curación en estadios iniciales son muy altas, y hoy en día existen múltiples tratamientos modernos para combatir esta patología.