En la cornisa, ahora la apuesta es a las buenas noticias económicas
Por 160 a 84, Javier Milei logró blindar el veto. En el PRO están cansados, pero igual acompañan. En la UCR, el diablo metió la cola. Miguel Pichetto, de Encuentro Federal, dijo que "creen que ganan, pero pierden". En LLA están felices: lograron resistir.
"Esto recién empieza. La universidad es el peor enemigo que podés tener cuando sos gobierno", dijo un diputado del PRO que conoce el área educativa al anticipar a esta cronista, hace una semana, que la Casa Rosada había decidido vetar la ley de financiamiento educativo. Así y todo, el bloque que integra respaldo la decisión del Presidente en un comunicado donde no ahorró críticas a la gestión de este conflicto en el que se dejó estar, y sobre el que solo reacciono cuando el Congreso aprobó la ley.
El PRO no la tuvo fácil a la hora de explicar su posición. El lunes emitió un comunicado de prensa criticando al Gobierno por haber prorrogado el presupuesto 2023 en acuerdo con Sergio Massa, sin establecer los fondos que se iban a asignar a las universidades durante 2024, tampoco conformo las autoridades de la Auditoría General de la Nación, ni derogo el decreto de Carlos Zanini por el que se limito la auditoria de las universidades, "llegando el último trimestre del año sin acordar con los gremios una paritaria que traiga tranquilidad a docentes y estudiantes".
Dijo el PRO todavía algo más, que "habiendo pasado diez meses de gestión el gobierno se encuentra con un conflicto agravado por cuestiones internas del propio gobierno". Pero, ya sabemos, el partido de Mauricio Macri blindó el veto, pagando el costo político frente a su propio electorado, ese 23 por ciento que aportó al balotaje y hoy no avala los modos violentos de un Presidente que cree que hay fondos sin formas.
Silvana Giúdice expuso las dificultades que tuvo el PRO cuando felicitó a Cristian Ritondo por haber mantenido el bloque unido a pesar del propio Gobierno que, como posteo el ex secretario general Fernando De Andreis, se comporta como un es escorpión que mata la rana que lo está ayudando a cruzar el rio, porque está en su naturaleza.
El PRO está cansado y ya no lo oculta. A pesar de que horas antes de las sesiones especial anunció que llevaba el retroactivo a abril de la oferta de 6.8% de aumento, más una garantía contra la inflación de los salarios más bajos, lo que Alejandro Finocchiaro intentó que formara parte de una propuesta formal del Gobierno antes de que el conflicto se desatara. "Son agotadores", comentan.
Aunque tampoco el bloque radical la tiene mucho más sencilla. Es verdad que la agenda educativa forma parte del ADN del partido centenario, sin diferencias entre los sectores más de izquierda o más de derecha. Es una bandera compartida sin vueltas. Pero el diablo logró meter la cola y algunos diputados, quizás cansados de los debates internos que recrudecieron en los últimos tiempos, votaron con LLA.
"Por un capricho, y por dar una supuesta batalla cultural, están generando este conflicto", dijo la radical Danya Tavella, una de las diputadas que mejor defendió la educación pública en el recinto, donde no se privó de hacer un llamado a sus pares para no ser cómplices de una votación que quedara para siempre en la memoria de las luchas universitarias.
Otro discurso que se destacó fue el de Miguel Ángel Pichetto: "creen que ganan, pero pierden. Podrian haber construido un espacio de mayoría y optaron por consolidar el partido del bloqueo y la minoría". Se trató de una crítica política, pero también apuntó a la opinión pública.
Es que, como dijo el consultor Carlos Fara, entre otros, el Gobierno blindó el veto a la ley de movilidad jubilatoria pero la caída de la imagen de Milei fue notable, y transversal a todas las consultoras, aun las más dependientes de la contratación estatal. Todo indicaría que ahora sucederá algo similar, quizás bajando un peldaño más.
Como sea, al Gobierno poco le importa. Su apuesta es resistir hasta el año próximo, cuando espera que las buenas noticias económicas le permitan ganar las legislativas y apostar a la reelección. Que Cristino Fernández de Kirchner asuma la presidencia del PJ es una gran ayuda para lograrlo