Opinión

Universidades públicas en peligro

Por Paloma Moyano. Estudiante Ciencia Política y Administración Pública. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNCUYO.

Paloma Moyano

Una vez más las universidades públicas se encuentran en peligro. Venimos de varios gobiernos y años de ajuste presupuestario y de presupuestos reconducidos que nos han llevado a esta situación. Todo esto no es casualidad y manifiesta una clara voluntad de no priorizar a la Educación Pública Superior como política de Estado. Las medidas de ajuste destinadas a la educación están impactando de lleno en el futuro de los estudiantes, siendo cada vez más las personas que dejan de asistir a clases. No podemos hablar de un buen futuro para nuestro país sin una universidad a la altura de las demandas de la sociedad, sin garantizar un salario digno para nuestros docentes, sin infraestructura suficiente para condiciones dignas de cursado y sin fondos para el desarrollo científico y académico.

Estamos atravesando un momento crítico, las políticas actuales no acompañan ni garantizan el buen desempeño de nuestras casas de estudio. Nuestro sistema universitario nacional ha sido siempre un modelo educativo de excelencia y de ejemplo en toda América Latina, siendo el semillero de grandes profesionales que resaltan en sus labores dentro y fuera de nuestro país.

La educación pública en Argentina ha sido históricamente revolucionaria, desde la Reforma Universitaria de 1918, los estudiantes han impulsado y luchado por la democratización de las universidades, han reclamado el cogobierno estudiantil, defendido su autonomía y promulgado la libertad de cátedra. La universidad pública, gratuita y de calidad, ha sido para muchas generaciones de argentinos un orgullo indiscutible.

Las mujeres y la universidad pública

Las mujeres cumplen un rol fundamental en la comunidad educativa impulsando la igualdad de oportunidades y distintas causas sociales. Sin embargo, aún enfrentan desafíos como la brecha salarial y la falta de representación en cargos directivos.

El acceso de las mujeres al sistema universitario nacional ha sido un proceso de lucha y conquistas. Si bien a fines del siglo XIX y principios del XX, las mujeres enfrentaban barreras estructurales para acceder a la Educación Superior, con el tiempo, estas restricciones fueron superadas. A lo largo del siglo XX, el número de mujeres en la Educación Superior creció de manera constante. Según datos recientes, las mujeres representan más del 60% de la matrícula universitaria en Argentina, y en muchas carreras, especialmente en las áreas de humanidades y ciencias sociales, son mayoría. Este fenómeno ha sido clave en la transformación social, ya que la universidad ha permitido que más mujeres accedan a posiciones de liderazgo en diversas áreas, incluyendo la ciencia, la política, la salud y el arte. Su contribución es esencial para construir una sociedad más inclusiva y equitativa.

El desafío y la importancia de la educación superior

Para muchas familias de bajos ingresos, la universidad pública es la única posibilidad de que sus hijos accedan a una formación de calidad. Además, el sistema científico argentino, desarrollado en gran parte dentro de las mismas, es fundamental para el avance tecnológico y científico del país. Concebimos a la educación como un derecho humano fundamental, como un motor del desarrollo humano que aporta instrumentos eficaces para la transformación de cualquier sociedad. Es una herramienta de movilidad social ascendente, permitiendo a muchas personas y familias aumentar sus estándares de vida.

La educación pública es igualdad de oportunidades. El desafío a futuro es asegurar que este sistema siga siendo accesible y de calidad, enfrentando los retos de la modernización sin perder de vista los principios de inclusión y equidad que lo han definido desde su creación. Solo así, la educación pública podrá seguir siendo el motor del progreso y la esperanza para todos los argentinos. Cómo coordinadora de la carrera de Ciencia Política y Administración Pública me veo la obligación de invitar e insistir a toda la comunidad universitaria a participar en cualquier instancia en defensa de la educación pública. Es un derecho que bajo ninguna circunstancia podemos permitir que siga siendo vulnerado. Cada día veo más compañeros de nuestra facultad teniendo que abandonar sus estudios por la situación económica con la cual se les hace insostenible asistir a cursar o afrontar los costos que conlleva asistir a la universidad. En estos contextos tristísimos y dolorosos para toda la sociedad debemos luchar cada día levantando nuestras voces para seguir defendiendo nuestros derechos. Nuestros sueños no le pertenecen a nadie.

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